La conspiraci¨®n fascina a muchos
Francia se divide por las rebuscadas versiones de la explosi¨®n de una f¨¢brica en 2001 - Parte de la poblaci¨®n tiende a creer en lo inveros¨ªmil
El 21 de septiembre de 2001, a las diez y cuarto de la ma?ana, una impresionante explosi¨®n sacudi¨® la ciudad de Toulouse. Un hangar de la f¨¢brica qu¨ªmica AZF, enclavada en el sur de la ciudad, a s¨®lo cinco kil¨®metros de la plaza del Capitolio, saltaba por los aires llev¨¢ndose la vida de una treintena de obreros e hiriendo a miles de personas. La explosi¨®n dej¨® la f¨¢brica (una verdadera bomba de relojer¨ªa implantada casi en medio de la poblaci¨®n) convertida en un laberinto de hierros oxidados y ennegrecidos al lado de un cr¨¢ter inmenso al que se asomaban, con incredulidad y horror, los polic¨ªas, los m¨¦dicos y los vecinos.
La hip¨®tesis de un accidente (de una negligencia por parte de la empresa y de su sistema de almacenaje de productos peligrosos) se hizo p¨²blica en seguida. Pero tambi¨¦n otra m¨¢s complicada que sosten¨ªa que la empresa (la ciudad y el pa¨ªs) hab¨ªan sido v¨ªctimas de un ataque terrorista. La acumulaci¨®n de pruebas, y la seguridad expresada por las autoridades, no desalent¨® a los que construyeron toda una "teor¨ªa del complot" en torno al suceso. Con notable ¨¦xito popular, porque hoy muchos franceses est¨¢n convencidos de que se les oculta algo.
El creyente en las tramas es un tipo informado y muy preocupado
La explosi¨®n de Toulouse ocurri¨® s¨®lo diez d¨ªas despu¨¦s del 11-S
La teor¨ªa de un atentado se apoya en una v¨ªctima con cuatro calzoncillos
Como en Espa?a, las v¨ªctimas asistieron divididas al juicio
El fiscal diho que estaba seguro al 99% y dispar¨® la especulaci¨®n
"Todav¨ªa no s¨¦ qu¨¦ pas¨®, y eso es algo frustante", dice el abogado de AZF
El caso guarda muchas similitudes con lo ocurrido en Espa?a despu¨¦s del 11-M, durante la investigaci¨®n del caso e incluso tras el juicio en la Audiencia Nacional. Entonces ni siquiera la sentencia call¨® a quienes vieron manos negras y tramas distintas a los islamistas encausados. Y como all¨ª, las v¨ªctimas se mostraron divididas.
No ocurre s¨®lo en Francia y Espa?a. Existe una fascinaci¨®n entre una parte de la poblaci¨®n de todo el mundo por encontrar verdades ocultas aunque las pruebas no las sostengan. Pero a veces dudar de las tesis oficiales es saludable. Como dice Pascal Froissart, profesor de la Universidad de Par¨ªs VIII y autor de libros y art¨ªculos sobre los rumores informativos y el desarrollo de las teor¨ªas conspirativas, los ciudadanos llevaban raz¨®n al cuestionar la afirmaci¨®n tajante de que Irak escond¨ªa armas de destrucci¨®n masiva. Ni Bush ni Aznar dijeron la verdad entonces. ?Es imposible escapar a este tipo de teor¨ªas? ?Cu¨¢ntos son los que piensan que la parte oculta es mayor que la evidente? ?Siempre habr¨¢ quien piense que Neil Armstrong no pis¨® la Luna sino que bailote¨® en un plat¨® de cine?
El experto franc¨¦s a?ade que "siempre hay un 10% de personas que tiende a creer en este tipo de teor¨ªas, no importa cu¨¢les: en la no llegada del hombre a la Luna, en una trama oculta en el 11 de septiembre..." Froissart los ha estudiado: por lo general, son gente informada, culta, hiperpreocupada por lo que les rodea. "Los periodistas, los profesionales de la informaci¨®n, se preguntan extra?ados: ?C¨®mo puede ser? ?C¨®mo es posible que a pesar de todo lo que hacemos haya gente que no nos crea? ?Qu¨¦ crea esas teor¨ªas sin fundamentos? Pero, si lo pensamos fr¨ªamente, un 10% no es tanto".
En el caso de la explosi¨®n de Toulouse, no era dif¨ªcil pensar en un atentado terrorista. S¨®lo 10 d¨ªas antes, el 11 de septiembre, el mayor atentado del mundo hab¨ªa dejado sin habla al planeta frente al televisor contemplando en directo c¨®mo dos aviones se ensartaban contra las Torres Gemelas de Nueva York.
Se viv¨ªa bajo una psicosis terrorista dif¨ªcil de extirpar. Y un par de d¨ªas despu¨¦s de que la planta qu¨ªmica francesa estallase en pedazos, un m¨¦dico forense, al examinar el cad¨¢ver de Hassan Jandobim, un obrero de origen tunecino de 35 a?os muerto en el hangar, descubri¨® que llevaba cuatro calzoncillos superpuestos. El m¨¦dico apunt¨®: "Podr¨ªa responder a un ritual de ciertos kamikazes islamistas".
En ning¨²n manual de terrorismo isl¨¢mico figura el precepto de que tengan que inmolarse protegidos con sobreabundancia de ropa interior. S¨ª que deben hacerlo limpios, para llegar al para¨ªso en buenas condiciones a fin de que las hur¨ªes que all¨ª les aguardan les reciban como se merecen. El m¨¦dico debi¨® de confundir las dos cosas, seg¨²n la polic¨ªa que investig¨® el caso.
El cu?ado de Jandobin manifest¨® que, probablemente, ¨¦ste se pon¨ªa cuatro calzoncillos porque estaba muy delgado y quer¨ªa disimularlo a base de enfundarse en capas de ropa. Hubo quien prefiri¨® una explicaci¨®n m¨¢s acorde con las condiciones de trabajo, lejos tambi¨¦n de la hip¨®tesis terrorista: de esa manera se proteg¨ªa a la hora de cargar cajas de 50 kilogramos, una de las labores que Jandobin ejerc¨ªa en la f¨¢brica.
Con todo, el apunte del m¨¦dico trascendi¨®; el dato de los cuatro calzoncillos se filtr¨®. El fiscal de Toulouse, Michel Br¨¦ard, respond¨ªa, cuatro d¨ªas despu¨¦s de la explosi¨®n, a la pregunta de si descartaba un atentado terrorista: "Es un accidente... al 99% de probabilidades".
Ese 1% abr¨ªa el hueco suficiente como para que por ¨¦l se colaran todas las hip¨®tesis posibles. El mismo fiscal, a?os despu¨¦s, cuando la tesis oficial hab¨ªa descartado completamente un atentado, asegur¨® que la expresi¨®n empleada entonces era no s¨®lo apresurada sino desafortunada.
Pero la hip¨®tesis de un ataque terrorista y la consecuente afirmaci¨®n de que la polic¨ªa y el Estado franc¨¦s escond¨ªan pruebas y datos para tapar la "verdadera" causa del accidente -y as¨ª exculparse frente a un descuido sobre la seguridad- se abri¨® paso en determinados c¨ªrculos. Y se ha seguido abriendo paso hasta hoy. Hasta el ¨²ltimo d¨ªa del macrojuicio sobre la explosi¨®n, cuya ¨²ltima sesi¨®n se desarroll¨® el 30 de junio y cuya sentencia no se conocer¨¢ hasta mediados de noviembre.
El episodio de AZF reun¨ªa todos los elementos necesarios para que, a su alrededor, revolotearan interpretaciones de todo tipo. Entre estos, se cuenta una menci¨®n expresa en los diarios del ex director general de Informaci¨®n, Ives Bertrand. Una frase suya, sin aportar ninguna prueba, bast¨® para aumentar la bola de nieve que ya rodaba a gran velocidad: "Toulouse, el asunto va subiendo: un magreb¨ª con cinco slips".
A lo largo de los a?os, los partidarios de la "teor¨ªa del complot" sobre la explosi¨®n de AZF se han ido sucediendo, aunque todos, m¨¢s o menos, han ido repitiendo los mismos elementos. Uno de ellos es el periodista Franck H¨¦riot, autor del libro AZF, una investigaci¨®n asesinada. En su volumen, H¨¦riot se defiende de toda acusaci¨®n de complotitis y arremete contra la manera de llevar la investigaci¨®n por parte de la polic¨ªa: "Ninguna pista ha sido examinada como habr¨ªa debido ser, y ¨¦sa es la mejor manera de fomentar la aparici¨®n de todo tipo de rumores. La metodolog¨ªa empleada durante la investigaci¨®n sobrepasa toda forma de incompetencia. Y el resultado de la tesis oficial, la del accidente por productos qu¨ªmicos, no se sostiene", asegur¨® este periodista recientemente a la revista Le Point.
En esta misma revista, uno de los investigadores replicaba con cierta amargura: "Es terrible. A partir de un hecho algo desconcertante, la historia de los calzoncillos, alguien construye toda una teor¨ªa que no se basa en ning¨²n hecho concreto, en ninguna pista, en ninguna reivindicaci¨®n, ni siquiera en ning¨²n hecho cre¨ªble: AZF era una f¨¢brica de quinta zona no un objetivo estrat¨¦gico par nadie".
El 24 de febrero comenz¨® el macrojuicio de la explosi¨®n. La poblaci¨®n de Toulouse no las ten¨ªa todas consigo. Un 79% respond¨ªa "no" a la pregunta de si cre¨ªan que las autoridades les hab¨ªan dicho toda la verdad sobre el asunto. Los jueces, conscientes del eco que todas las hip¨®tesis hab¨ªan tenido en la prensa y en Internet, decidieron dedicar las jornadas necesarias para calibrarlas todas. No s¨®lo la del atentado terrorista consecuencia del hallazgo del hombre de los m¨²ltiples calzoncillos. Incluso la ca¨ªda de un rayo, de un meteorito o de un cohete. O los testimonios de personas que dijeron entonces haber o¨ªdo extra?os fen¨®menos.
Con todo, las asociaciones de v¨ªctimas acudieron divididas (tambi¨¦n en esto se parec¨ªa al 11-M espa?ol). Unas, compuestas por trabajadores de AZF, consideraban que la tesis del accidente -defendida por la fiscal¨ªa- era insostenible, debido a que el sistema de almacenaje era correcto; las otras culpaban a la empresa.
A lo largo del proceso, que dur¨® tres meses, la tesis del atentado islamista internacional se desinfl¨®. Pero los abogados de la empresa exclu¨ªan sistem¨¢ticamente el accidente y apelaban a una causa extra?a, ajena a la compa?¨ªa y al personal, determinada o no. "Tal vez no sea un atentado terrorista internacional, pero s¨ª es una acci¨®n local", aseguraba uno de estos abogados. Durante el juicio, criticaron que la polic¨ªa hubiera descartado completamente la hip¨®tesis criminal lo que, seg¨²n ellos, imped¨ªa aclarar un asunto oscuro. En mayo, Thierry Desmarest, presidente de Total, el grupo matriz de AZF, resumi¨® todo en una frase: "No tenemos, a d¨ªa de hoy, una explicaci¨®n cre¨ªble desde ning¨²n campo sobre la explosi¨®n. Eso resulta frustrante. Para todo el mundo".
Aparte de la empresa, que act¨²a como una parte interesada, los defensores de la denominada "teor¨ªa del complot" de AZF siguen sosteniendo que la verdad oficial ni es verdad, ni es oficial, y aseguran que la mezcla qu¨ªmica que, seg¨²n la fiscal¨ªa, caus¨® el destrozo, no explota. Otros acusan a la empresa, precisamente, de alimentar el misterio, las hip¨®tesis poco veros¨ªmiles o claras para as¨ª librarse del castigo y de las indemnizaciones o, al menos, buscar una salida que permita a sus responsables salir algo airosos del embrollo.
A juicio del soci¨®logo, profesor de Ciencias Pol¨ªticas y experto franc¨¦s en teor¨ªas de complots, Jean-Pierre Taguieb, hay cuatro elementos comunes a toda teor¨ªa de la conspiraci¨®n, y al rev¨¦s. Asegura que no se puede hablar de tal teor¨ªa si no se re¨²nen cuatro elementos:
1. "Nada responde al azar. Todo responde a un plan preparado por alguien".
2. "Todo est¨¢ relacionado".
3. "Lo que aparece por lo general en la investigaci¨®n no es lo importante: lo importante est¨¢ escondido".
4. "Nada es lo que parece. Todo guarda un significado oculto".
A juicio de Pascal Froissart, el citado profesor y autor de libros sobre la rumorolog¨ªa y el desarrollo de las teor¨ªas conspirativas, "dudar de la verdad oficial, por sistema, no es malo".
Y recuerda la afirmaci¨®n de George W. Bush, cuando era presidente de EE UU, sobre las armas de destrucci¨®n masiva que guardaba Sadam Hussein en Irak, para justificar la invasi¨®n de este pa¨ªs. Pero Froissart tambi¨¦n recuerda que "la contrapartida" a esta circunstancia es que hay gente empe?ada "en demostrar que alguien les quiere enga?ar". "Creo que hay una novela famosa de Umberto Eco que va sobre eso: si juntas a un equipo de gente especializada, te pueden elaborar -y documentar- cualquier teor¨ªa, independientemente de su naturaleza o verosimilitud. Siempre habr¨¢, adem¨¢s, gente dispuesta a creerla", a?ade este experto.
Froissart, con todo, es prudente. No conoce todos los detalles del caso de AZF como para juzgar hasta qu¨¦ punto se puede hablar de un ejemplo t¨ªpico de teor¨ªa de la conspiraci¨®n, a¨²n m¨¢s cuando todav¨ªa hay una sentencia pendiente.
El 24 de junio, la fiscal¨ªa francesa, en su ¨²ltimo turno de palabra, sostuvo, en la gran sala municipal de Toulouse que acogi¨® el macrojuicio de AZF, la tesis del accidente. Los dos magistrados pidieron para el jefe de la f¨¢brica, Serge Biechlin, tres a?os de c¨¢rcel y una multa de 45.000 euros. Para la sociedad Grande Paroisse, dependiente de Total y a la que pertenec¨ªa AZF, una indemnizaci¨®n de 250.000 euros. Detr¨¢s de todo existi¨®, a juicio de la fiscal¨ªa, "un grave y mal funcionamiento del almacenamiento y el tratamiento de los residuos qu¨ªmicos, algunos incompatibles entre ellos".
Unos d¨ªas despu¨¦s, el abogado de la empresa, Daniel Soulez-Larivi¨¨re, comenz¨® su alegato final diciendo: "Para m¨ª, este asunto es un fracaso, porque todav¨ªa no s¨¦ lo que pas¨® el 21 de septiembre de 2001, y eso es muy frustrante". Este abogado hab¨ªa sido acusado, durante los tres meses que dur¨® el proceso, de aventar la tesis de un atentado para confundir a la justicia. El d¨ªa de su ¨²ltima intervenci¨®n afirm¨®, sin embargo, que se hab¨ªa "refrenado" a la hora de alimentar dicha teor¨ªa. Pero acus¨® a los pol¨ªticos de entonces (Jacques Chirac, presidente de la Rep¨²blica, y Lionel Jospin, primer ministro) de torpeza por primar la tesis del accidente sobre cualquier otra, incluida la del atentado.
Luego record¨® tres testimonios, a su juicio, claves: uno sobre un testigo que asegur¨® haber o¨ªdo dos explosiones y no s¨®lo una; el segundo, de un trabajador que not¨® una extra?a ca¨ªda de la electricidad antes de que se produjera la detonaci¨®n; y un tercero de otro obrero que vio un cohete caer en la f¨¢brica.
"Yo no puedo arrumbar estos testimonios en la basura de la historia", continu¨® el abogado. "Ellos llaman a la puerta de este proceso como, en psicoan¨¢lisis, lo reprimido golpea a la puerta de la conciencia".
El pr¨®ximo 19 de noviembre, la sentencia atajar¨¢ las especulaciones para siempre. O no.
Bulos para todos los gustos
Lista de los bulos m¨¢s famosos de la historia, recopilados por la revista de tecnolog¨ªa y tendencias Wired.
- El hombre nunca pis¨® la Luna. Todo fue un montaje televisivo de la NASA.
- La mano oculta de Bush. Un documental creado por tres chicos, que lleg¨® a ser un ¨¦xito en YouTube, intent¨® demostrar que fue el propio Gobierno de Estados Unidos quien orden¨® demoler las Torres Gemelas repletas de ciudadanos.
- La muerte de Lady Di no fue accidental. Los servicios secretos brit¨¢nicos planearon el asesinato de la princesa Diana para impedir una supuesta boda con Dodi Alfayed, que habr¨ªa sumido en una profunda crisis a la monarqu¨ªa.
- Los jud¨ªos controlan Wall Street y Hollywood. Inacabables secuelas de El mercader de Venecia. Los jud¨ªos son usureros por naturaleza y hoy d¨ªa dominan el movimiento internacional del dinero. Tambi¨¦n se les implica en el 11-s, sin motivaci¨®n espec¨ªfica.
- La Cienciolog¨ªa domina Hollywood. La lista de celebridades que han abrazado esta religi¨®n, con Tom Cruise a la cabeza, seguido de John Travolta ambos tiburones financieros adem¨¢s de actores ha puesto de moda el bulo.
- Paul McCartney est¨¢ muerto. El ex beatle falleci¨® en 1969. El de ahora es un doble.
- El sida fue creado por el hombre. El virus fue fabricado in vitro para exterminar a todos los homosexuales del planeta.
- El pollo frito hace est¨¦riles a los negros. Teor¨ªa popularizada por el Ku Klux Klan.
- Lagartos alien¨ªgenas dominan la Tierra. La serie de televisi¨®n V no s¨®lo impact¨® en la est¨¦tica de los ochenta. Tambi¨¦n origin¨® una legi¨®n de creyentes, convencidos de que la familia real brit¨¢nica y George Bush son en realidad reptiles con forma humana.
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