Afganist¨¢n marcar¨¢ el mando de Rasmussen en la OTAN
El ex gobernante dan¨¦s asume la direcci¨®n de la Alianza
Anders Fogh Rasmussen, de 56 a?os y ex primer ministro dan¨¦s, asume ma?ana el cargo de secretario general de la OTAN al tomar el relevo del holand¨¦s Jaap de Hoop Scheffer. Rasmussen mantendr¨¢ su primera reuni¨®n de trabajo el lunes, con Afganist¨¢n como principal desaf¨ªo del mandato que comienza, en el que tratar¨¢ de normalizar las relaciones con Rusia y ganarse la confianza del mundo isl¨¢mico. El nuevo secretario general deber¨¢ conducir los debates para la adopci¨®n del concepto estrat¨¦gico que ha de sustituir al de 1999 para adaptar la Alianza al siglo XXI.
Scheffer, de 61 a?os, se despidi¨® ayer de su cargo con una sencilla ceremonia en la que deposit¨® una corona de flores, acompa?ado por su mujer, ante la l¨¢pida que honra a los ca¨ªdos en operaciones de la OTAN. Tres minutos despu¨¦s pon¨ªa fin a cinco a?os y medio como secretario general.
El nuevo secretario general deber¨¢ normalizar la relaci¨®n con Rusia
Su legado es el que a partir del lunes deber¨¢ gestionar y enriquecer Rasmussen, el primer jefe aliado que ha sido antes primer ministro, circunstancia que habr¨¢ de servirle a la hora de reclamar un mayor compromiso, entrega, recursos y soldados a l¨ªderes europeos y compa?eros de fatigas en otros m¨²ltiples foros.
El m¨¢s acuciante reto es Afganist¨¢n, primera operaci¨®n militar de la Alianza fuera de su escenario natural europeo. Rasmussen tendr¨¢ que resolver positivamente la m¨¢xima, repetida una y otra vez, de que el futuro de la OTAN se juega en Afganist¨¢n, donde el liderazgo de la OTAN a trav¨¦s de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF, en sus siglas en ingl¨¦s, formada por 42 pa¨ªses) desde 2003 sigue sin despejar el horizonte. Una nueva directiva t¨¢ctica da otro giro a la estrategia de la campa?a con el objetivo de minimizar el n¨²mero de bajas civiles entre la poblaci¨®n. ISAF cuenta en la actualidad con unos 64.000 soldados, de los que alrededor de la mitad son estadounidenses.
Rasmussen, un pol¨ªtico liberal que gan¨® tres elecciones en su pa¨ªs, fue un halc¨®n en tiempos de George W. Bush, a quien apoy¨® sin reservas en la invasi¨®n de Irak y no regate¨® recursos en Afganist¨¢n, donde Dinamarca cuenta con unos 700 militares. Fue elegido para el nuevo cargo en abril, en la cumbre aliada de Estrasburgo/Kehl, donde los aliados debieron aplicarse a fondo para vencer la oposici¨®n turca. Ankara alegaba que el jefe de Gobierno que se inhibi¨® en la crisis de las caricaturas de Mahoma, suscitada por un peri¨®dico dan¨¦s en 2006, no serv¨ªa para tender puentes con el mundo isl¨¢mico, como pretende la Alianza. Se da por hecho que el nuevo jefe aliado se esforzar¨¢ pronto en disipar dudas.
Un socio crucial para la Alianza es Rusia, con la que la OTAN mantiene relaciones irregulares y acuerdos de cooperaci¨®n que nunca han dado el fruto deseado. Rasmussen cuenta con la ventaja de llegar a Bruselas cuando se sale de la congelaci¨®n de relaciones provocada por la guerra de agosto del a?o pasado en Georgia y cuando la relaci¨®n bilateral Washington-Mosc¨², de la que tanto depende la OTAN, parece encarrilada hacia un entendimiento pragm¨¢tico. No obstante, siguen vivas las tensiones creadas por la idea americana, ahora en reconsideraci¨®n, de instalar un escudo antimisiles en Europa y la promesa aliada de que "alg¨²n d¨ªa" Ucrania y Georgia ser¨¢n miembros de la OTAN.
La elaboraci¨®n del concepto estrat¨¦gico que debe aprobarse en la cumbre de octubre de 2010 en Lisboa es el punto m¨¢s trascendente para su gesti¨®n, como marco de pensamiento de defensa aliado durante los pr¨®ximos lustros. Rasmussen se propone desarrollar los debates con la m¨¢xima transparencia, abrir foros de participaci¨®n ciudadana e introducir en la futura doctrina cualquier idea v¨¢lida que pueda llegar de la voz de la calle.
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