?Debe la ONU proclamar el Estado palestino?
La comunidad internacional quiz¨¢ est¨¢ empezando a tomar nota de lo absolutamente in¨²tiles que son las expectativas de que un gobierno israel¨ª acepte un acuerdo de paz justo y viable que acabe con el sometimiento y la negaci¨®n de todos los derechos nacionales e individuales que sufre el pueblo palestino desde hace m¨¢s de cuarenta a?os. Y es de esperar que ¨¦se sea el sentido en el que el jefe de la pol¨ªtica exterior de la Uni¨®n Europea, Javier Solana, ha propuesto que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas asuma la responsabilidad de instaurar un Estado palestino en un plazo determinado de tiempo si para entonces no se ha llegado a un acuerdo entre las partes. Despu¨¦s, el Consejo de Seguridad establecer¨ªa las fronteras internacionales de Israel y el nuevo Estado y formular¨ªa los par¨¢metros para la resoluci¨®n de cada uno de los otros problemas relacionados con el estatus permanente: Jerusal¨¦n, los refugiados y la seguridad.
Es in¨²til esperar que Israel acepte un acuerdo que reconozca los derechos palestinos
Las resoluciones 242 y 338 piden el regreso de Israel a las fronteras de 1967
Evidentemente, todo esto es imposible sin el consentimiento y el liderazgo de Estados Unidos, que no parece probable que se den si se considera, equivocadamente, que dicha propuesta supone un castigo por la falta de acci¨®n, y no lo que realmente es: la intenci¨®n original de las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que reclamaban la vuelta de Israel a las fronteras de 1967.
Como he escrito en ocasiones anteriores, la responsabilidad del Consejo de Seguridad a la hora de resolver las consecuencias de la guerra de 1967 si las partes son incapaces de lograrlo estaba claramente impl¨ªcita en el lenguaje de las resoluciones, que subrayaba que era inadmisible la adquisici¨®n de territorios ajenos como resultado de una guerra.
Sin embargo, la pol¨ªtica de ocupaci¨®n de Israel y su vasta campa?a de asentamientos se han basado en la hip¨®tesis contraria, es decir, en que, a falta de un acuerdo de paz con los palestinos, la "situaci¨®n normal" es la prolongaci¨®n indefinida de la ocupaci¨®n de los territorios y sus habitantes. Si esta interpretaci¨®n israel¨ª fuera correcta, las resoluciones del Consejo de Seguridad supondr¨ªan todo un llamamiento a Israel -y a todos los ocupantes- a evitar las conversaciones de paz con el objetivo de preservar el statu quo. Esto es, por supuesto, exactamente lo que Israel ha venido haciendo, en clara violaci¨®n de la declaraci¨®n, en la introducci¨®n a la Resoluci¨®n 242, de que no es posible adquirir territorios mediante una guerra.
La postura de Israel desde hace mucho tiempo es que, como no exist¨ªa un Estado palestino antes de la guerra de 1967, no hay una frontera reconocida a la que Israel pueda retirarse, porque la que hab¨ªa antes de 1967
no era m¨¢s que una l¨ªnea de ar
misticio. Adem¨¢s, como la Resoluci¨®n 242 reclama una "paz justa y duradera" que permita "vivir en seguridad a todos los Estados en la zona", Israel sostiene que debe permit¨ªrsele cambiar la l¨ªnea del armisticio, de forma bilateral o unilateral, para garantizar que es segura antes de poner fin a la ocupaci¨®n.
Estos argumentos son enga?osos por muchos motivos, pero sobre todo porque la Resoluci¨®n 181 de la Asamblea General de la ONU sobre la Partici¨®n, que en 1947 estableci¨® la legitimidad internacional del Estado jud¨ªo, reconoc¨ªa tambi¨¦n el territorio palestino que quedaba fuera de las fronteras jud¨ªas como, por lo menos, el patrimonio igualmente leg¨ªtimo de la poblaci¨®n ¨¢rabe de Palestina, en el que ¨¦sta pod¨ªa establecer su propio Estado, y trazaba los l¨ªmites de dicho territorio con gran precisi¨®n.
La afirmaci¨®n del derecho de la poblaci¨®n ¨¢rabe de Palestina a la autodeterminaci¨®n nacional de la Resoluci¨®n 181 se basaba en la ley normativa y el principio democr¨¢tico que concede el car¨¢cter de Estado a la poblaci¨®n mayoritaria (en aquella ¨¦poca, los ¨¢rabes constitu¨ªan dos tercios de la poblaci¨®n en Palestina). Este derecho no se evapora porque se haya retrasado su entrada en vigor.
A lo largo de los a?os, he afirmado que la incapacidad de la comunidad internacional de rechazar la idea israel¨ª de que la ocupaci¨®n y la creaci¨®n de "hechos consumados" pueden prolongarse de forma indefinida, mientras no exista un acuerdo que Israel considere aceptable, es lo que ha acabado con todas las iniciativas de paz anteriores y con los esfuerzos de todos los enviados especiales.
Los trabajos actuales correr¨¢n la misma suerte si no se aborda de una vez por todas este aspecto fundamental. Estados Unidos y la comunidad internacional deben llevar a la pr¨¢ctica la sencilla l¨®gica de las Resoluciones que afirma que la situaci¨®n normal es el regreso al statu quo ante: la frontera anterior a 1967, sin los cambios territoriales ni de otro tipo que podr¨ªan derivarse de unas negociaciones y un acuerdo de paz.
Lo que se necesita, como propone Solana, es una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad que afirme que los cambios respecto a la situaci¨®n anterior a 1967 s¨®lo pueden hacerse mediante acuerdo entre las partes, y que las medidas unilaterales no contar¨¢n con el reconocimiento internacional; que la situaci¨®n normal de la Resoluci¨®n 242 es el regreso de las fuerzas de ocupaci¨®n israel¨ªes a las fronteras anteriores a 1967, y que, si las partes no llegan a un acuerdo en un plazo de tiempo definido, el Consejo de Seguridad invocar¨¢ la situaci¨®n normal de las Resoluciones de 1967 y 1973.
El Consejo de Seguridad adoptar¨¢ sus propios t¨¦rminos para poner fin al conflicto y dispondr¨¢ el env¨ªo de una fuerza internacional a los territorios ocupados para contribuir a instaurar el imperio de la ley, ayudar a los palestinos a construir sus instituciones, garantizar la seguridad de Israel mediante la prevenci¨®n de la violencia a trav¨¦s de la frontera y supervisar la puesta en pr¨¢ctica de sus condiciones para el final del conflicto.
El presidente Obama ha indicado que tiene intenci¨®n de presentar al Gobierno de Israel y la Autoridad Palestina una propuesta de marco para un acuerdo permanente. Lo mejor, para la causa de la paz en Oriente Medio que est¨¢ tratando de lograr antes de que desaparezca la soluci¨®n de dos Estados, ser¨ªa que ese marco se convirtiera en la base de una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad que instaure un Estado palestino.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
Henry Siegman es presidente del U. S. / Middle East Project (Nueva York) e investigador de FRIDE (Fundaci¨®n para las Relaciones Internacionales y el Di¨¢logo Exterior, Madrid).
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