Mallorca llora su primer golpe mortal
"Juntos somos mucho m¨¢s fuertes", dice en la concentraci¨®n de repulsa un hermano de Salv¨¢ - La isla trata de recuperar la actividad en medio del duelo
Palmanova trat¨® de retomar ayer una cierta normalidad despu¨¦s del atentado del jueves, el primero con v¨ªctimas mortales en la historia de Mallorca. En el ecuador de una temporada alta marcada de antemano por la crisis, el aspecto que ofrec¨ªa la zona tur¨ªstica estaba lejos del lleno habitual por estas fechas.
Las playas estuvieron semivac¨ªas y las piscinas de los hoteles, llenas a reventar. La mayor¨ªa de los turistas optaron por no moverse de sus hoteles. Un hamaquero lo tradujo en cifras: "Esta ma?ana habremos alquilado una cuarta parte menos de las hamacas que normalmente". En la v¨ªspera anterior, los bares y discotecas tambi¨¦n notaron un baj¨®n en la afluencia de clientes.
El Gobierno balear y el sector tur¨ªstico se han conjurado para paliar, con las acciones que sean necesarias, el da?o que el atentado pueda hacer a la imagen internacional de las islas. "ETA ha matado la temporada de verano", se lamentaba el propietario de una tienda de souvenirs. La cajera de un supermercado le daba la raz¨®n: "Est¨¢ claro que, por este a?o, el negocio se ha acabado". M¨¢s optimista, el presidente de la Federaci¨®n Hotelera de Mallorca, Antoni Horrach, se felicit¨® de que "en los hoteles y las playas se respira calma y tranquilidad".
Miles de personas se concentraron a las siete de la tarde de ayer en el aparcamiento de Palmanova, a pocos metros del lugar del atentado, bajo el lema Tots junts contra el terrorisme. Tras los parlamentos de las autoridades, tom¨® la palabra uno de los seis hermanos de Diego Salv¨¢, uno de los agentes fallecidos: "Amo a mi hermano y nunca me podr¨¦ olvidar de ¨¦l. Gracias por venir. S¨®lo quer¨ªa decir que todos juntos somos much¨ªsimo m¨¢s fuertes". Entre l¨¢grimas, la novia de Salv¨¢ tambi¨¦n se dirigi¨® a los asistentes para reclamar justicia.
Diego Salv¨¢ Leza¨²n, de 27 a?os y nacido en Pamplona, resid¨ªa en Mallorca desde los tres a?os y pertenec¨ªa a una familia muy conocida en la isla. Su padre, Antoni Salv¨¢ Verd, ha ejercido como ur¨®logo desde hace d¨¦cadas en diversos centros hospitalarios. El padre curs¨® estudios de medicina en la Universidad de Navarra, donde conoci¨® a la que ser¨ªa su esposa, Montserrat Leza¨²n Portillo, con quien tuvo siete hijos.
Diego, que fue enterrado a las tres de la tarde, era el segundo de la saga y se decant¨® enseguida por la vocaci¨®n militar, heredada de su abuelo materno, que fue agente de la Guardia Civil, y de su t¨ªo, polic¨ªa nacional. Tras trabajar como vigilante de seguridad en un centro comercial de Palma, ingres¨® hace un a?o en el instituto armado, donde ejerc¨ªa como agente en pr¨¢cticas desde el pasado mes de enero. Sus familiares lo definen como "un chico simp¨¢tico, un poco golfete, amante de las motos y seguidor ac¨¦rrimo de Osasuna".
Su afici¨®n por el motor estuvo a punto de costarle la vida hace s¨®lo cuatro meses, cuando sufri¨® un grave accidente al colisionar contra otra motocicleta que invadi¨® su carril en una autov¨ªa mallorquina. Durante varias semanas permaneci¨® en coma en el Hospital Sant Joan de D¨¦u de Palma y, contra todo pron¨®stico, se recuper¨®. Se hab¨ªa reincorporado al servicio el lunes pasado.
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