UNO
Os dir¨¦ que en septiembre volv¨ª a catear la selectividad. Que en octubre fui a buscar curro a una ETT. Que en diciembre me proporcionaron uno de camarero para el que hab¨ªa que hacer un curso obligatorio. Que me descontaron la mitad de lo que gan¨¦ en las comidas de empresa de Navidad para pagar el curso de los cojones. Que en enero se acab¨® el curro. Que me pasaba el d¨ªa mirando al techo. Que mi apat¨ªa provoc¨® en casa una bronca hist¨®rica. Que di un portazo y me largu¨¦. Que pas¨¦ una semana a la intemperie. Que enferm¨¦. Que volv¨ª al hogar. Que seg¨²n el m¨¦dico hab¨ªa ca¨ªdo en un estado de estupor. Que busqu¨¦ estupor en el diccionario y significaba "disminuci¨®n de la actividad de las funciones intelectuales, acompa?ada de cierto aire o aspecto de asombro o de indiferencia". Que me inflaron a pastillas. Que mi vieja se levantaba llorando y se acostaba llorando. Que mi viejo, reci¨¦n prejubilado, padec¨ªa por su parte "estados de ansiedad" ("angustia que suele acompa?ar a muchas enfermedades"). Que publicaron Me cago en mis viejos y ni me enter¨¦ por culpa de la disminuci¨®n de la actividad de las funciones intelectuales. Que unos me acusaron de imitar a Bukowski y otros a Salinger. Que los compar¨¦ y eran incompatibles. Que los canutos empezaron a caerme como el culo. Que las birras tambi¨¦n. Que la pe?a me mataba de asco. Que las ma?anas eran negras, las tardes negras y las noches negras. Que atravesar un s¨¢bado era como atravesar una esquela. Que un d¨ªa estaba viendo por la tele una publicidad de cereales y me ech¨¦ a llorar. Que mi vieja pregunt¨® por qu¨¦ lloraba y le dije que porque me daba mal rollo esa se?ora que no pod¨ªa cagar si no com¨ªa fibra. Que mi hermana se separ¨® de su marido. Que mi sobrino, el hombre invisible, parec¨ªa tambi¨¦n atacado por un estado de estupor. Que nos ¨ªbamos todos a la mierda, igual que el pa¨ªs. Y que entonces, en medio del naufragio, lleg¨® un d¨ªa mi hermana a casa, abri¨® violentamente la puerta de mi cuarto, me se?al¨® con el dedo y grit¨®: Si no eres capaz ni de trabajar ni de estudiar, te vienes a vivir conmigo, me ayudas con tu sobrino y dejas de hacer desgraciados a tus padres.
Unos me acusaron de imitar a Bukowski y otros a Salinger. Los compar¨¦ y eran incompatibles
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