G¨¢rgolas y entra?a de actor
ien conocidos son su Corral de Comedias, de 1605 y ¨²nico en su g¨¦nero en Europa, el Festival de Teatro Cl¨¢sico, que ha llenado el mes de julio de historias, y hasta las berenjenas, ¨²nicas merecedoras de denominaci¨®n de origen. Pero hay Almagro m¨¢s all¨¢. Ocultos en la ciudad manchega brillan otros tesoros menos obvios. No hay m¨¢s que levantar la vista hacia el cielo. Un cielo de azul insultante que a la hora del crep¨²sculo torna en una especie de descomunal escenograf¨ªa de Bob Wilson con sus imponentes cicloramas lum¨ªnicos.
Con el sol en retirada llega la hora perfecta para descubrir las g¨¢rgolas de Almagro. Son elementos decorativos llegados de Oriente y dominan la ciudad por todas partes. Una ciudad de fundaci¨®n ¨¢rabe y desde siempre divertidamente supersticiosa. Esas g¨¢rgolas se pon¨ªan para alejar el mal. Su ra¨ªz est¨¢ en las quimeras, elementos antropom¨®rficos que mezclan personajes fant¨¢sticos y animales. Las de Almagro son de lat¨®n. Y en realidad son g¨¢rgolas domesticadas: recogen las aguas y cumplen una funci¨®n cotidiana.
Sus patios se conocen en cines de medio mundo gracias a Almod¨®var
Como las de los palacios de los Wessel, los F¨²cares (F¨¹gger) y los Taxis, todos banqueros alemanes y flamencos que dejaron su influencia y sus construcciones en esta ciudad a la que llegaron despu¨¦s de que Carlos V les diera concesiones, como compensaci¨®n a los muchos pr¨¦stamos recibidos. La explotaci¨®n del azogue (mercurio) a los F¨¹gger, un negocio que atrajo a otros banqueros europeos y sobre todo a ¨®rdenes religiosas. A los Wessel la importaci¨®n y exportaci¨®n del hilo de la ciudad belga de Malina, que situaron en Almagro un peque?o imperio de elaboraci¨®n de encajes. A¨²n hoy los confeccionan las mujeres almagre?as con sus mundillos y bolillos (los mejores de madera de olivo elaborados por pastores) en la privacidad de los maravillosos patios de esta ciudad, algunos conocidos en las pantallas de medio mundo gracias a las pel¨ªculas de Almod¨®var. Bien es cierto que en otros pueblos de la zona las encajeras salen a la calle a realizar sus labores. No aqu¨ª. Las mujeres de Almagro ver¨ªan algo as¨ª como una aberraci¨®n.
Por ¨²ltimo, la concesi¨®n del monopolio de la organizaci¨®n de postas (libertad de transportes por todos los caminos y sobre todo de personas), recay¨® en 1516 en Franz von Taxis, a cuyo apellido se debe el origen del t¨¦rmino taxi.
No acaban ah¨ª las particularidades. Almagro posee el ¨²nico museo del mundo con coraz¨®n propio. Literal. El Nacional del Teatro, dirigido por uno de los personajes m¨¢s profundamente conocedores de la escena espa?ola: Andr¨¦s Pel¨¢ez. Su colecci¨®n permanente est¨¢ llena de atractivos, pero causa especial impacto la secci¨®n a la que popularmente se denomina "de casquer¨ªa". En ella brilla con luz propia una urna con el coraz¨®n del gran tenor Anselmi. Fue deseo del cantante, quien tambi¨¦n pidi¨® que tras extraerle la v¨ªscera y llevarla al museo (entonces en el Teatro Real) terminara expuesta junto a la tr¨¢quea de Gayarre: "En contra de lo que dice la leyenda, no tenemos ese fragmento del tenor navarro, se ha perdido en los m¨²ltiples traslados", se?ala Pel¨¢ez.
En el mismo departamento est¨¢n las cenizas del actor Andr¨¦s Mejuto. Son muchos los int¨¦rpretes que quieren depositar all¨ª sus restos, por lo que el director del museo se plantea hacer un columbario: "Los actores son gente sensible y delicada y les gusta estar entre los suyos". Se pueden ver las mascarillas mortuorias de Mar¨ªa Guerrero, Antonia Merc¨¦, La Argentina, y Jos¨¦ Mar¨ªa Rodero, as¨ª como el libro de firmas (entre ellas de Valle y Aza?a) del entierro de Mar¨ªa A. Tubau. Completa el sector necr¨®filo la parafernalia del entierro de Ramos Carri¨®n y la l¨¢pida del actor Juan Lamb¨ªa.
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