Phelps vuelve a ser Phelps

Michael Phelps dignific¨® la nataci¨®n y el deporte en una carrera que se inscribir¨¢ en la historia. Puede que este deporte evolucione hacia otras formas. Puede que la gran estafa que han constituido estos Mundiales, la avalancha de r¨¦cords grotescos, no conmueva las conciencias de los representantes de la Federaci¨®n Internacional (FINA), y estas reuniones se conviertan en exaltaciones tecnol¨®gicas rutinarias en las que los nadadores se convierten en meros instrumentos de la maquinaria industrial. Sea como fuere, Phelps inscribi¨® un sello perdurable. Lo hizo con un ba?ador denostado, el Speedo, que los atletas ya no quieren pero que ¨¦l se se?al¨® tras la victoria. Lo hizo batiendo el r¨¦cord mundial, rebajando por primera vez la l¨ªnea psicol¨®gica de los 50 segundos (49,82s), y derrotando a su retador, Milorad Cavic, un histri¨®n tan oportunista y provocador, tan insolente como necesario. Phelps lo necesit¨® m¨¢s que nadie. "Las declaraciones

"Tiene mi estatura, mi espalda, mis gestos... ?pero es Phelps!", exclam¨® el espa?ol

me queman por dentro", dijo. "Yo amo la competencia. Amo correr carreras. Amo esta carrera porque me hace sentir como ninguna otra. Los 100 mariposa son la carrera m¨¢s cool".

El chico de Baltimore, que ya tiene 24 a?os, ten¨ªa mucho que perder en Roma. En los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn el verano pasado se hab¨ªa convertido sin lugar a dudas en el mejor nadador de la historia. En la capital italiana usaba un ba?ador permeable que, de salida, lo situaba varias d¨¦cimas por detr¨¢s de sus competidores embutidos en monos de goma. Se hab¨ªa pasado seis meses sin entrenarse despu¨¦s de los Juegos y no estaba en su mejor punto de forma. Adem¨¢s, las grandes corporaciones, sus clientes publicitarios, lo miraban con recelo tras la publicaci¨®n de una foto en la que se le ve¨ªa con una pipa de marihuana en una fiesta universitaria.

En este escenario adverso hab¨ªa que tener una motivaci¨®n irracional para tirarse a una piscina a nadar los 100 metros mariposa contra dos tipos que amenazaban con bajar de 50 segundos. Uno era Cavic, el serbio, que ten¨ªa el r¨¦cord del mundo con 50,01s. El otro era el espa?ol Rafael Mu?oz, plusmarquista mundial de 50 mariposa. Dos balas enfundadas en material deslizante. Dos desaf¨ªos monumentales.

Rafa sali¨® de la c¨¢mara de salidas y se qued¨® perplejo mirando el espect¨¢culo que ofrec¨ªan Cavic y Phelps en su ritual duel¨ªstico. El cordob¨¦s se qued¨® tan fascinado que tal vez gan¨® el bronce por eso. Su t¨¢ctica consisti¨® en unirse a Cavic y nadar los primeros 50 a toda mecha para dejar a Phelps demasiado lejos en el viraje. "He salido bastante bien y he cogido a Cavic. Pero ¨¦l ha hecho un viraje bastante r¨¢pido y me ha adelantado", record¨® m¨¢s tarde el espa?ol. "Tendr¨ªa que haber pasado con ¨¦l. Luego a la vuelta, en los ¨²ltimos 25, he levantado el freno de mano y he quemado todo el combustible que me quedaba".

Rafa nad¨® bien. Lleg¨® a la primera pared en segunda posici¨®n, por detr¨¢s del serbio y por delante del americano. Hizo 23,24s. Cavic hizo 22,69s. Phelps pas¨® el ¨²ltimo con 23,36. Su entrenador, Bob Bowman, estaba tan nervioso que no mir¨® la carrera. S¨®lo el panel que anunciaba el parcial. "Cuando vi que hac¨ªa 23,36 supe que ganar¨ªa", dijo; "ha sido su parcial m¨¢s r¨¢pido".

Cavic se asombr¨®: "No cre¨ª que Phelps me seguir¨ªa tan de cerca en los primeros 50. Cuando hicimos el viraje supe que el final ser¨ªa apretad¨ªsimo. Tal vez gast¨¦ demasiada energ¨ªa en la salida". La ¨²ltima piscina fue un calco de la final de Pek¨ªn. Una persecuci¨®n maravillosa. Phelps, el depredador, en vuelo rasante tras las codornices. Primero pas¨® a Rafa. En los ¨²ltimos 10 metros se ocup¨® del serbio. Lo super¨® en la ¨²ltima brazada, como en la capital china. Calcul¨® mejor las brazadas. Optimiz¨® su energ¨ªa. Ten¨ªa la carrera en la cabeza antes de nadarla.

"?l se ha reservado energ¨ªa en la semifinal y en las series", ponder¨® Rafa. "Siempre se guarda un as en la manga. Ha sido la carrera m¨¢s r¨¢pida de la historia. Hemos nadado a dos metros por segundo. Ellos dos han conseguido bajar de 50s. ?Un pecado! Cuando hemos terminado me le he acercado y me he dicho: 'Si le llamo Mike pensar¨¢ que me dirijo a Mike Cavic. As¨ª que le dije: '?Phelps! ?Good race!". "Yo lo miro", dec¨ªa Rafa; "y tiene la misma estatura que yo, la misma espalda, hace los gestos id¨¦nticos a m¨ª... ?pero ¨¦l es Michael Phelps!".