Ox¨ªmoron
El ox¨ªmoron puede parecer un recurso ret¨®rico inofensivo. Ya saben, "nieve ardiente", "instante eterno" y cosas as¨ª: la yuxtaposici¨®n de dos conceptos antit¨¦ticos. Hay gente que lo utiliza con frecuencia y no me opongo: creo en las libertades individuales y, hasta cierto punto, en la tolerancia. Que cada uno haga lo que quiera, mientras no perjudique al pr¨®jimo. Es decir, estoy a favor del uso privado, pero empiezo a pensar que, como con el tabaco y la religi¨®n, habr¨ªa que establecer restricciones en el uso p¨²blico.
Habr¨¢ quien no vea el problema. Y ese es precisamente el problema: que ya no percibimos el ox¨ªmoron. Algunos cl¨¢sicos del g¨¦nero son tan obvios que no molestan: "m¨²sica militar", por ejemplo. O aquel diario tan carca que se llamaba El pensamiento navarro y cuyas opiniones se caracterizaban por un absoluto desprecio hacia cualquier actividad intelectual.
Esto ha cambiado. Ahora, hasta personas sensatas dicen "fuerza de paz" cuando se habla de enviar tropas al extranjero. El caso es que en el ox¨ªmoron moderno una de las dos partes constituye, siempre, una mentira pu?etera. Y cuanto m¨¢s mentira, mejor cuela.
El ox¨ªmoron m¨¢s peligroso de nuestros tiempos fue creado casi como un insulto hace m¨¢s de medio siglo. En los a?os cuarenta, Adorno y otros fil¨®sofos de la Escuela de Francfort acu?aron el ox¨ªmoron "industria cultural" para definir la mercantilizaci¨®n de la cultura y su uso por parte de las clases dominantes como instrumento de control sobre la sociedad.
Ya ven lo que ha ocurrido. La "industria cultural" se llama a s¨ª misma "industria cultural", y lo hace con orgullo. Dicha industria vive mayormente del f¨²tbol, de melod¨ªas m¨¢s o menos contagiosas y de Spiderman VIII, pero ojo, es "cultural". Quien copia o utiliza sin pasar por caja uno de sus productos registrados comete el peor de los delitos: contribuye a la destrucci¨®n de la cultura. Cuando alguien se baja de Internet ?ngeles y demonios (all¨¢ cada cual con sus vicios), las artes, las letras y el pensamiento entran en crisis.
Se lo ruego: cada vez que lean o escuchen la expresi¨®n "industria cultural", sustit¨²yanla mentalmente por "negocio". Lo entender¨¢n todo mucho mejor.
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