?tiles para el oficio de escribir

"Todo arte tiene parte de oficio y, si bien la mirada y la sensibilidad no se pueden ense?ar, s¨ª es factible trabajar las herramientas para encontrarlas". Y sigue: "?C¨®mo se planifica una novela, c¨®mo se puede dar voz a un personaje?". ?se es el argumento con el que Jordi Mu?oz piensa que es posible ense?ar el oficio de escritor. Y algo de raz¨®n debe de tener porque la Escuela de Escritura del Ateneo Barcelon¨¦s, que dirige junto a Pau P¨¦rez, cumple 10 a?os y en ella han velado armas literarias autores hoy de ¨¦xito como Ildefonso Falcones (La catedral del mar, La mano de F¨¢tima) y S¨ªlvia Alc¨¢ntara (Olor de col¨°nia), dos de los m¨¢s de 5.500 alumnos que ha tenido la escuela hasta hoy. La efem¨¦ride la celebran asumiendo la coordinaci¨®n de la Red Europea de Programas de Escritura Creativa, creada en 2005, que agrupa ya a una quincena de escuelas del continente. Del 22 al 25 de abril de 2010, coincidiendo con Sant Jordi, el ateneo ser¨¢ la sede de su sexto simposio, que Mu?oz quiere crucial para impulsar la entidad y la equiparaci¨®n de su labor en el ¨¢mbito universitario.

El centro estrenar¨¢ un curso 'on line' que se corregir¨¢ en formato audiovisual

"Hay desde las escuelas de Viena y Helsinki a la de Madrid o la de Tur¨ªn de Alessandro Baricco", calibra las fuerzas Mu?oz. Se trata de intercambiar experiencias y curr¨ªculos, pero sobre todo de reforzar un colectivo que conduzca "al reconocimiento oficial de los estudios impartidos, convirtiendo la escritura literaria en un grado universitario, como el que goza el Institut del Teatre en Catalu?a", ejemplifica; un logro que ya ha obtenido la escuela de Praga.

Por ahora, han de conformarse con que los cursos sean convalidados como cr¨¦ditos de libre elecci¨®n para alumnos que tambi¨¦n lo sean de carreras de la Universidad de Barcelona, la Aut¨®noma, la Pompeu Fabra y la Polit¨¦cnica.

En la extensa oferta curricular de la escuela estar¨¢ la incorporaci¨®n este pr¨®ximo a?o acad¨¦mico de cursos virtuales de narrativa on line con ejercicios que a los alumnos les ser¨¢n devueltos corregidos en formato audiovisual. "El programa permite que se subrayen palabras y se d¨¦ un audio simult¨¢neo con explicaciones del profesor; adem¨¢s habr¨¢ un chat trimestral con Jaume Cabr¨¦, Maria Barbal, Rosa Montero y M¨¤rius Serra", enumera el director.

Y es que las cosas han cambiado desde hace una d¨¦cada, cuando empezaron con 145 matriculados; ahora son m¨¢s de 1.300 y, contra lo que se suele creer, buena parte de ellos no piensan en ser escritores. "La mayor¨ªa no viene con la idea de publicar su libro; tenemos 60 cursos en cinco grandes ¨¢reas y los hay destinados a una escritura m¨¢s funcional, por eso damos asesoramiento a empresas o instituciones, como hace poco a personal del S¨ªndic de Greuges, o en masters de disciplinas cient¨ªficas o incluso a departamentos de comunicaci¨®n". Pero tambi¨¦n hay un gabinete de asesoramiento ling¨¹¨ªstico y literario, donde les piden "informes de lectura o editing, correcciones de estilo a fondo... eso no lo hacen ni agentes literarios ni, muchas veces, las editoriales", opina Mu?oz. Es el servicio que us¨® Falcones para su primera novela.

Siete trabajadores fijos, un profesorado de casi 60 personas (entre ellos, Mercedes Abad, Pere Guix¨¤ y Pedro Zarraluki) e invitados como Quim Monz¨®, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, Bernardo Atxaga y Perejaume, entre otros, conforman el elenco de profesores que imparten sus ense?anzas (de escritura, edici¨®n, literatura, comunicaci¨®n y narraci¨®n oral) a alumnos cuyo retrato robot es el de una mujer (el 60%) de entre 35 y 45 a?os y con estudios universitarios. "Pero los tenemos desde 15 hasta 80 a?os". Para la escritura siempre hay tiempo.