Una 'absoluci¨®n' envenenada

Una victoria convertida en problema. As¨ª es como definen algunos dirigentes del PP de la Comunidad Valenciana el "d¨ªa despu¨¦s" del auto del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano que archiva la rama valenciana del caso G¨¹rtel. El anuncio de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n de recurrir la decisi¨®n del tribunal valenciano y la posibilidad de que el Supremo reactive la causa han obligado a los populares valencianos a estudiar los posibles escenarios a los que pueden enfrentarse, con el obst¨¢culo principal de no controlar los tiempos. Y con las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas a menos de dos a?os.

La falta de estrategia del PP valenciano ante la acusaci¨®n y posterior imputaci¨®n por un presunto delito de cohecho contra el presidente del Generalitat, Francisco Camps, ha provocado que, tras este primer "triunfo", sus dirigentes se planteen el dise?o de una "hoja de ruta" que a¨²n no est¨¢ totalmente definida pero s¨ª hilvanada. La idea de negarlo todo, no pensar que las acusaciones del caso G¨¹rtel iban a llegar a una imputaci¨®n y, por tanto, no tener previstas las distintas etapas de la causa ha sido motivo de cr¨ªtica en el seno del partido. De momento, el PP ha optado por desplegar un ataque contra el PSOE, en la persona de su secretaria de Organizaci¨®n, Leire Paj¨ªn, y contra la vicepresidenta del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega. A¨²n as¨ª, todos, o una inmensa mayor¨ªa, saben que ahora toca, para un futuro que va desde tres meses a dos a?os, ponerse en el mejor de los casos pero tambi¨¦n en el peor.

Es un riesgo que Camps se siente en el banquillo de los acusados

El hipot¨¦tico juicio podr¨ªa coincidir en fechas con las pr¨®ximas elecciones

El dise?o de la estrategia sit¨²a como positivo para los populares valencianos que no se cumpla el vaticinio realizado por el presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Juan Saavedra, quien dijo que el recurso de casaci¨®n puede verse en un plazo de entre ocho meses y un a?o. Prefieren acogerse a la opci¨®n planteada por otras fuentes del Supremo que manifestaron la posibilidad de darle una tramitaci¨®n preferente, por la sonoridad del caso y, dado que no parece tener gran complejidad, deliberar pronto sobre el recurso y resolverlo en tres o cuatro meses. En este caso, se "plantar¨ªan" a finales de 2009 o principios de 2010. En ese momento se sabr¨ªa si la causa se archiva de forma definitiva o sigue adelante. Si se archiva, el PP valenciano podr¨ªa centrarse en la campa?a electoral de 2011 con Camps como candidato. En el caso de que el Supremo decidiera llevar la causa a juicio, o lo que es lo mismo, reabrir la investigaci¨®n, el presidente valenciano anunciar¨ªa su renuncia a presentarse a la reelecci¨®n pero tratar¨ªa de agotar el mandato, siempre y cuando el juicio no se celebrara antes de las elecciones.

La posibilidad de que Francisco Camps se siente en el banquillo de los acusados siendo presidente de la Generalitat es un riesgo con el que la mayor¨ªa del PP no quiere correr.

Los populares valencianos saben que el Tribunal Supremo no es el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, cuyos componentes "son de casa". Tampoco quieren olvidar que cuatro de los seis jueces y magistrados que han visto la causa han considerado que exist¨ªan indicios de delito en los trajes regalados a Camps por la trama de corrupci¨®n.

En el caso de que la resoluci¨®n del recurso se demore, los plazos empeoran el escenario. Aunque la decisi¨®n del Supremo llegara en el segundo trimestre de 2010, la noticia se acercar¨ªa demasiado a la cita electoral y el posible juicio podr¨ªa incluso coincidir con la convocatoria. A¨²n as¨ª, las posibilidades son las mismas. Si se archiva el recurso de la fiscal¨ªa, a celebrarlo por todo lo alto. Y si se abre juicio, la idea es que Camps presente su renuncia a volver a ocupar el Palau de la Generalitat pero agote mandato. El problema es que, durante ese a?o, el PP estar¨ªa continuamente cuestionado y ante el peligro de que las cajas de documentaci¨®n que obran en el sumario del caso G¨¹rtel contengan alguna otra cuesti¨®n que les implique. Bajo su convicci¨®n de que el PSOE "maneja a la polic¨ªa y, por tanto, la documentaci¨®n del caso", los populares valencianos temen que el tiempo de espera desgaste, de forma irrecuperable, al presidente Camps.

En lo que s¨ª coinciden alcaldes, consejeros, dirigentes y militantes es en la necesidad de que Francisco Camps aborde la remodelaci¨®n de un Consell de la Generalitat anodino. Los cambios, previstos para finales de agosto o principios de septiembre, ser¨ªan el momento oportuno para encumbrar al actual secretario general del PP, Ricardo Costa, que tambi¨¦n fue imputado en el caso pero que, en la decisi¨®n del Tribunal valenciano, es el que ha quedado en "mejor posici¨®n". La incorporaci¨®n de Costa al gobierno auton¨®mico facilitar¨ªa y suavizar¨ªa adem¨¢s la salida del actual consejero de Gobernaci¨®n, Seraf¨ªn Castellano, que tambi¨¦n se ha visto envuelto en pol¨¦micas adjudicaciones a amigos. Al parecer, Camps tambi¨¦n aprovechar¨ªa para dar m¨¢s peso a alguno de sus seguidores alicantinos, como el alcalde de Benidorm, Manuel P¨¦rez Fenoll, y as¨ª gratificar su fidelidad frente al sector zaplanista que a¨²n pervive en la provincia. Otro de los nombres que suenan es el de la portavoz del grupo popular en Elche, Mercedes Alonso. Sin embargo, el PP conf¨ªa en obtener esa alcald¨ªa y alejar a su principal baluarte no resultar¨ªa recomendable.

El PP se enfrenta a unos meses dif¨ªciles pero parece haber aprendido que ha de calcular las posibilidades. Y en eso trabajan. En evitar que la victoria inicial pueda convertirse no s¨®lo en un problema, sino en un verdadero fracaso.