Las miserias de Agustina
Una anciana vive en una casa que se cae a pedazos y sin agua en Les Corts
Agustina Salgado no sabe qu¨¦ es el mobbing inmobiliario ni cree padecerlo. S¨®lo sabe, porque lo ve cada d¨ªa, que su casa se cae a pedazos y que los bomberos han tenido que limpiar el techo a fondo para evitar que una piedra le caiga encima mientras duerme. No tiene agua corriente: busca la que necesita a la fuente. Hace poco, un vecino le hizo un apa?o para que disfrute de un invento que es de hace dos siglos: la electricidad. La humedad reina en una casa con un lavabo que da miedo y un patio interior levantado por completo por las ra¨ªces de un ¨¢rbol.
Agustina, extreme?a de 74 a?os, no vive en ning¨²n pueblo remoto. Su casa semirruinosa est¨¢ a cinco minutos a pie de la Diagonal, del centro comercial L'Illa y de la comisar¨ªa central de los Mossos d'Esquadra. Vive all¨ª desde hace un mont¨®n de a?os. Paga un alquiler muy bajo al propietario, que no ha arreglado los desperfectos -m¨¢s que evidentes- de la casa. Algunos vecinos de la zona, afectada por un plan urban¨ªstico, pretenden arreglar ellos mismos la casa porque no encuentran otra soluci¨®n a la miseria que sufre Agustina en pleno coraz¨®n de Barcelona. Los vecinos reclaman que el Ayuntamiento intervenga porque, adem¨¢s, las cucarachas y las ratas campan por las calles de Piera y Montnegre.
El propietario no arregla los destrozos y el Ayuntamiento intentar¨¢ realojarla
La mujer es una hist¨®rica de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Barcelona. El Consistorio admite que no vive en condiciones adecuadas, pero apunta que su caso tiene dif¨ªcil soluci¨®n. La mujer no ha puesto denuncia alguna contra el propietario y, por tanto, no se la puede ayudar en ese aspecto. Una portavoz del Consistorio asegur¨® que, de vuelta de vacaciones, la asistenta social volver¨¢ a la casa acompa?ada por la Guardia Urbana. Los agentes har¨¢n un informe que enviar¨¢n a la Fiscal¨ªa. El Ayuntamiento ofrecer¨¢ un piso para que, en caso necesario, la mujer sea realojada.
La anciana no piensa irse de Barcelona. A lo sumo, volver¨ªa a Badajoz con su familia. Mientras tanto, se agarra a la pared para pasar, de puntillas y poco a poco, junto al enorme boquete del patio. S¨®lo quiere recoger la ropa. Que no se caiga cada vez que lo hace ya es un peque?o milagro.
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