Feminismo y legitimidad democr¨¢tica
Ensayo. Tenemos en Espa?a en la actualidad una democracia paritaria. Eso no se improvisa. Ha requerido un esfuerzo de muchos a?os, que se remonta al ¨²ltimo tramo del franquismo. Durante el r¨¦gimen del dictador se "liber¨®" a "la mujer casada del taller y de la f¨¢brica"; la "democracia org¨¢nica" le neg¨® cualquier tipo de representaci¨®n someti¨¦ndola a un r¨¦gimen de cobertura jur¨ªdica: no pod¨ªa, por ejemplo, viajar ni adquirir ni enajenar bienes sin el permiso del marido. El adulterio femenino -no as¨ª el masculino- estaba penalizado con la c¨¢rcel, el divorcio no exist¨ªa y tampoco se permit¨ªa el uso de anticonceptivos. La Secci¨®n Femenina de Falange troquel¨® una feminidad normativa en la l¨ªnea de los fascismos: una mujer impuesta en las tareas dom¨¦sticas, sometida al marido como su complemento y madre de una familia numerosa.
El movimiento feminista en Espa?a en los a?os 70
Carmen Mart¨ªnez Ten, Pilar Gonz¨¢lez Ruiz y Purificaci¨®n Guti¨¦rrez L¨®pez (editoras)
C¨¢tedra. Madrid, 2009
416 p¨¢ginas. 20 euros
Desde este punto de partida, las mujeres feministas se encontraron frente a una tarea ingente. Era importante recuperar la memoria hist¨®rica y tender sobre el r¨ªo tenebroso del franquismo puentes que les llevaran a conectar con sus ra¨ªces, pues la genealog¨ªa legitima y "empodera": as¨ª, se reconstruy¨® la historia del logro del sufragio femenino en la Segunda Rep¨²blica por parte de Clara Campoamor. Y al mismo tiempo que se reclamaban cambios legales irrenunciables en el orden de los "derechos formales", se produjo la recepci¨®n en Espa?a de la llamada Segunda Ola del feminismo de los setenta, en la estela de mayo del 68 y del freudomarxismo (Wilhem Reich, Marcuse). En este contexto cobra importancia la liberaci¨®n sexual y la autonom¨ªa personal -bajo el lema "lo personal es pol¨ªtico"-, trabajadas laboriosamente a trav¨¦s de "grupos de concienciaci¨®n" donde las mujeres pon¨ªan en com¨²n sus experiencias dando el paso de la an¨¦cdota a la categor¨ªa. La categor¨ªa se concret¨® en el concepto de patriarcado (Kate Millet) con sus m¨²ltiples implicaciones.
Los movimientos feministas en el Estado espa?ol surgieron en el espectro de la izquierda y mantuvieron con los partidos una relaci¨®n compleja. Fueron celosos de su autonom¨ªa y de la sustantividad de sus vindicaciones: en el ¨¢mbito de la sexualidad, la despenalizaci¨®n del adulterio, el divorcio, el acceso a los anticonceptivos y el aborto; en el laboral "a trabajo igual, salario igual", y en el educativo la coeducaci¨®n, entre otras. Se negaban a condicionar su lista vindicativa a las prioridades de los partidos. En estas condiciones, las opciones fueron, bien constituirse en grupos de presi¨®n organizados dentro de los partidos (¨¦ste fue el caso del Movimiento Democr¨¢tico de mujeres, vinculado al Partido Comunista), bien mantener una doble militancia, como el Frente de Liberaci¨®n de la Mujer, o bien constituirse aut¨®nomamente al margen de ellos, como lo hicieron el Seminario Colectivo feminista y el Partido Feminista de Lidia Falc¨®n.
A su vez, los partidos de izquierda vieron aparecer los grupos feministas bajo el signo de la perplejidad y de la ambivalencia. Sus reivindicaciones se les antojaban particularistas si no facciosas: perd¨ªan de vista los objetivos generales. Sin embargo, les vino muy bien poder divorciarse, acceder a los anticonceptivos y beneficiarse de una democracia moderna homologable con las europeas, pues la situaci¨®n de las mujeres es un par¨¢metro de modernizaci¨®n.
Por su parte, Pamela Radcliff estima que el estilo de la militancia feminista chocaba con el de la cultura pol¨ªtica de la transici¨®n, presidido por la moderaci¨®n y el consenso, mientras que las vindicaciones de las f¨¦minas eran percibidas como estridentes e innegociables.
M¨®nica Threlfall, historiadora del periodo, se queja de la ausencia de cualquier referencia a las luchas de las mujeres en las obras sobre esta etapa; afirma, entre otras autoras, que la incorporaci¨®n al relato de la transici¨®n de las actuaciones feministas implicar¨ªa cambios relevantes en cuanto a la caracterizaci¨®n de la naturaleza misma del proceso: sin la aportaci¨®n de la militancia feminista la democracia espa?ola hubiera sido otra, pues los logros igualitarios feministas son un test de legitimidad democr¨¢tica. -
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