El Sur tambi¨¦n existe, pero mal
Aqu¨ª en el Sur, la influenza estacional se suma a la crisis econ¨®mica global para aplastar el mercado de libros. El canal librero es tan d¨¦bil que una merma del 10% al 20% lo deja en su l¨ªmite de subsistencia. En los barrios de Palermo, Belgrano y San Isidro quiebran tiendas y restaurantes, pero las librer¨ªas se obstinan poniendo ¨¦nfasis en la oferta infantil. Es que a los ni?os ricos, con colegios, clubes, espect¨¢culos y centros de compras temporariamente vedados, les ha llegado, finalmente, una oportunidad para tratar de leer. No ocurre lo mismo en otras zonas donde lo ¨²ltimo que alcanza a pensar un padre es que su hijo sea capaz de quedarse quieto y mudo fuera del alcance de un televisor. Mal les va a las cadenas de librer¨ªas que apostaron a abrir locales en los shopping ahora despoblados y estigmatizados por la publicidad oficial que alienta el ausentismo. Por ahora, las p¨¦rdidas s¨®lo ocasionan moras impositivas, salariales y de arriendo, pero tarde o temprano la industria editorial pagar¨¢ las p¨¦rdidas alargando plazos y aumentando sus cr¨¦ditos a libreros y distribuidores.
A pesar de todo, siguen apareciendo buenos nombres: Zooey, Diego Meret, Felipe Polleri y Carlos Busqued
Y sin embargo siguen apareciendo libros. Como siempre las mejores novedades corren por cuenta de peque?os editores: en plena crisis y terrorismo m¨¦dico-viral, aparecieron no menos de cinco libros muy interesantes, de esos que tarde o temprano se hablar¨¢ en Espa?a. Son obras de autores j¨®venes y desconocidos hasta por sus amigos: la editorial unipersonal Paradiso, lanz¨® Sol artificial, firmado con el seud¨®nimo Zooey y atribuido a un joven y brillante profesor de filosof¨ªa. La tambi¨¦n unipersonal Mansalva, conocida por su biograf¨ªa de Lamborghini y por ostentar dise?o de cubierta m¨¢s distintivo de las editoriales de esta lengua, introdujo en julio En la pausa, de un tal Diego Meret, de quien s¨®lo se sabe que ronda los treinta a?os, que fue obrero textil y que, si logra otro libro de este nivel de calidad, figurar¨¢ muy pronto en ese seleccionado argentino donde, a falta de mejores, se nos suele poner a Pauls, a Kohan, a Piglia y a m¨ª. La peque?a editorial HUM de Montevideo ha exportado a Buenos Aires la genial Baudelaire de Felipe Polleri, un cincuent¨®n que se las ha ingeniado para componer el libro m¨¢s joven de esta terna invernal. Es una nouvelle que parece inspirada para continuar y superar al insuperable Cecil Taylor de Aira, y para cumplir ortodoxamente el dogma de Literatura de izquierda de Tabarovsky hasta el punto de que me he apurado a recomendar a los extreme?os de Perif¨¦rica para que se armen de ella antes de que, con el convincente argumento del euro y el bien ganado prestigio de su Caballito de Troya les gane de mano Constantino B¨¦rtolo. A pesar m¨ªo, debo sumar a la lista un producto multinacional impreso por la filial argentina de Anagrama: Bajo un sol tremendo, primera novela del treinta?ero Carlos Busqued, la m¨¢s argentina de la terna y la m¨¢s llamativa por su atm¨®sfera de porro y el reguero de sangre sobre el que teje su trama. Al enterarme de que esta obra fue finalista del Premio Herralde 2008 me qued¨¦ pensando que un jurado latinoamericano la habr¨ªa catapultado al primer rango del certamen y, tambi¨¦n, a un imaginario Premio Superherralde de la d¨¦cada que sigui¨® a la revelaci¨®n de Bola?o.
Sarmiento, que adem¨¢s de ser un gran escritor, fue un presidente cuya pol¨ªtica cultural marc¨® a Argentina desde el siglo XIX, descubri¨® que con la palabra "argentino" se puede componer en espa?ol uno y s¨®lo un anagrama: "ignorante". Pese a 120 a?os de barbarie populista y de su complementaria barbarie c¨ªvico-militar, las huellas de Sarmiento se siguen viendo en el entorno urban¨ªstico que promovi¨® y en la educaci¨®n laica y gratuita que sigue casi vigente a¨²n bajo el m¨¢s crudo neoliberalismo. Pero la pol¨ªtica cultural de los Gobiernos posdictadura parece programada para confirmar del acierto del anagrama que nos maldice. En 2007 Argentina fue invitada de honor de la feria del libro de La Habana y el Estado moviliz¨® una comitiva de 150 personas en las que no hubo m¨¢s de cinco escritores: funcionarios, familiares y m¨²sicos de rock se hacinaron en dachas y hoteles de cinco estrellas y probaron el embotante daiquiri de Hemingway. Hace a?os que se sabe que Argentina ser¨¢ la invitada de honor en la feria de Francfort de 2010 y desde el Estado se plane¨® utilizarla para promover la industria del cuero, el tango, el vino Malbec, y lo que llamaron "¨ªconos nacionales": las figuras de Maradona y del Che Guevara. Los Gobiernos del matrimonio Kirchner no consiguieron contratar a un funcionario que entendiese la naturaleza y las funciones de ese evento. Tard¨ªamente advirtieron que deb¨ªan promover autores y precipitaron un plan de traducciones que compromete poco m¨¢s de cien mil euros para lanzar 45 obras y no promete m¨¢s resultado que el halago a la vanidad de quienes tuvimos la suerte de integrar la descabellada lista de favorecidos. Bien le¨ªda, la prensa es fatal: en la misma semana de julio en la que se supo oficialmente que el presupuesto de cultura se redujo en un 20%, consultas a la agencia impositiva verificaron que el matrimonio Kirchner, que acaba de fracasar en el plan de alternarse en el poder, en apenas cinco a?os sextuplic¨® su patrimonio hasta alcanzar los so?ados diez millones de euros, que aqu¨ª en el Sur es mucho, aunque no signifique nada.
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