L¨¢grimas para despedir las fiestas
Cientos de fieles siguieron la bajada de la Virgen de la Paloma por los bomberos
Cuenta la tradici¨®n que los fieles de la iglesia de la Paloma quisieron un d¨ªa bajar el cuadro de la Virgen de m¨¢s de 80 kilos y, al no poder, solicitaron la ayuda de los bomberos. Desde entonces son ¨¦stos los ¨²nicos que descuelgan a su patrona cada 15 de agosto para llevarla en procesi¨®n.
Este a?o Juan Cano fue el bombero elegido para bajar a la Virgen, que cientos de fieles besuquearon poco despu¨¦s, ignorando toda recomendaci¨®n de prevenci¨®n por la gripe A. "La fe es la fe", que dec¨ªan los devotos.
Juan, del parque de Aluche, no pudo reprimir las l¨¢grimas mientras descolgaba el retrato. Reviv¨ªa los momentos m¨¢s duros de sus 27 a?os de experiencia en el cuerpo. "Es una emoci¨®n inexplicable. Este momento puedes vivirlo como madrile?o y como tal es un orgullo, pero hacerlo como bombero es un honor, un privilegio", dec¨ªa una hora despu¨¦s con los ojos a¨²n llorosos.
El festivo d¨ªa, que puso fin a las fiestas m¨¢s castizas, comenz¨® con la ofrenda floral a la Virgen, por la que pasaron el vicealcalde Manuel Cobo y el portavoz socialista, David Lucas. El color de este a?o era el blanco y decenas de chulapos se arremolinaron para contribuir con sus rosas y claveles mientras comenzaba la multitudinaria misa.
En la iglesia de San Pedro Real no cab¨ªa un devoto m¨¢s y los ajetreados abanicos peleaban por aliviar los m¨¢s de 35 grados que sufrieron los fieles durante la misa, que se prolong¨® m¨¢s de una hora. "?Viva la Virgen de la Paloma! ?Viva!", gritaron exhaustos los congregados.
Fuera, envueltos en un intenso olor a fritanga y un sol de los de 15 de agosto, varias decenas de sexagenarios siguieron la eucarist¨ªa por megafon¨ªa. "Quien es devoto, es devoto, haga fr¨ªo o calor", dec¨ªa Mercedes, "madrile?a de toda la vida" y bautizada en la misma iglesia, que no abandon¨® su puesto en primera l¨ªnea ni un segundo. "Es mi Virgen" afirmaba la menuda mujer. "Salud y paz", vino a pedirle. Como todos los presentes.
Entre los que no encontraron la "forma humana" de entrar estaba tambi¨¦n Paloma, una joven ama de casa vestida de chulapa, que hab¨ªa acudido a todas las citas de las fiestas. Roz¨® la gloria en el concurso de mantones, pero fue en el de pasodoble donde consigui¨® la victoria. "La gente joven est¨¢ muy descastada", se quejaba. "A los ni?os hay que vestirlos desde peque?os, llevarlos a las fiestas castizas y, por supuesto, ense?arles a bailar el chotis". Mientras tanto, Jacinta, una diminuta anciana, se enjugaba las l¨¢grimas. "?C¨®mo no voy a llorar? ?Estoy viendo a mi patrona, la Virgen de la Paloma!".
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