Las mujeres mandan detr¨¢s del mundo machista de 'Mad men'
Un grupo de guionistas y realizadoras crea la serie de culto
El nombre lo dice todo: Mad men, hombres enfadados. Es una de las series del a?o, que hoy comienza a emitir los cap¨ªtulos correspondientes a su tercera temporada en el canal estadounidense AMC, y que retrata el ambiente, decididamente machista, de una agencia de publicidad neoyorquina en los a?os sesenta. En ella, las amas de casa son infelices y las mujeres que trabajan en la oficina s¨®lo pueden hacerlo, por lo general, como secretarias.
El protagonista, Don Draper (Jon Hamm), es el director creativo de la agencia, un personaje de presente atormentado y un pasado repleto de infidelidades. Algunas de sus perlas, soltadas en el ambiente de trabajo: "A m¨ª, una mujer no me habla as¨ª". "Sentir pena es como sentir autocompasi¨®n". "Lo que llam¨¢is amor es algo que inventamos tipos como yo para vender medias de nailon". Todo un derroche de sensibilidad.
El protagonista es un ejecutivo vanidoso de una agencia de publicidad
Cinco de los 13 episodios de la nueva temporada los han hecho directoras
As¨ª es la vida alrededor de Don Draper y sus amigos de oficina. Un mundo de hombres, una jungla de machos. Pero ideada y dirigida por mujeres. Los medios locales han destacado, en las pasadas semanas, que el equipo creativo de esa serie es, decididamente, femenino. El diario The Wall Street Journal sacaba la cuenta recientemente: siete de los diez guionistas son mujeres. En total, cinco de los 13 episodios de la presente temporada los han realizado directoras.
As¨ª, la presencia de las mujeres de la serie es sutil pero imprescindible. Betty Drapper (January Jones) es la mujer de Don, enga?ada y aislada, una ex modelo convertida en ama de casa. Peggy Olson (Elisabeth Moss) comienza como la secretaria de Drapper. Llega a tener un trabajo de redactora de anuncios cuando se queda embarazada y engorda unos cuantos kilos. Ser¨¢ la primera mujer en lograr un trabajo semejante en la empresa en lustros. Joan Holloway (Christina Hendricks) es la jefa de las secretarias, amante de su jefe, Roger. Fugazmente, brilla como lectora de guiones, algo de lo que debe desistir cuando un hombre, con menos cualidades, reclama el puesto.
En la cr¨ªtica del Journal se valora la producci¨®n como el retrato de "un mundo en el que los hombres toman el mando y las mujeres son m¨¢s complejas de lo que parece o m¨¢s de lo que los hombres creen". San Francisco Chronicle ped¨ªa recientemente "un grito de apoyo a las Mad women", jugando con el nombre de la serie y a?adi¨¦ndole la palabra en ingl¨¦s para mujeres.
"Don Drapper es vanidoso", dijo recientemente el creador de la serie, Matt Weiner, a la agencia Canwest. "Se arregla los gemelos constantemente, se estira la corbata, se ajusta el cuello de la camisa. Parte de ello es que esa generaci¨®n entera estuvo en el ej¨¦rcito y sab¨ªa c¨®mo verse bien arreglada. Y parte de ello es que la cultura del consumo en Am¨¦rica te obligaba a aparecer limpio... De lo que se trata es de decir: Soy exitoso, soy elegante, soy atractivo ante las mujeres".
Esta vivisecci¨®n de museo del macho de los sesenta, en la era de lo pol¨ªticamente correcto, ha sido todo un ¨¦xito. Ha sido la primera producci¨®n emitida por un canal que no es de pago en lograr un premio Emmy a la mejor serie dram¨¢tica. En total, ha recibido seis Emmy y tres Globos de Oro. Seg¨²n la cadena AMC, la serie tiene una fuerte presencia en Internet. Mientras cada episodio no superaba el mill¨®n y medio de espectadores, la audiencia total de la serie super¨® los 30 millones si se le incluyen los visionados y las descargas online.
La tercera temporada de Mad men, que se estrena hoy, comienza con los pies desnudos de Don frente a la nevera. Est¨¢ a punto de calentarle la leche a su mujer, que est¨¢ embarazada. El arranque de la temporada es tranquilo, incluso familiar. No lo ser¨¢ por mucho tiempo. Los problemas no tardar¨¢n en regresar para hacerle vida imposible al mis¨®gino de Don Drapper.
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