DIECIS?IS
Aquella ma?ana, cuando me qued¨¦ solo, Dedo empeor¨®. Se me muere, se me muere, gimoteaba yo yendo de un extremo a otro del pasillo, como un loco. Hab¨ªa probado a darle foie gras, que le molaba mazo, lo hab¨ªa acariciado, le hab¨ªa dado besos, le hab¨ªa pedido que no palmara, por favor, pero el animal me miraba como si se encontrara ya en otra dimensi¨®n. Y aunque ten¨ªa sus ojos pegados a los m¨ªos, su mirada estaba cada vez m¨¢s lejos. Pens¨¦ en telefonear a mi hermana al curro, pero ella qu¨¦ iba a hacer si desde que se hab¨ªa enamorado estaba en otra, si no se pispaba de nada de lo que ocurr¨ªa en su propia casa. Pens¨¦ tambi¨¦n en llamar a mi viejo, pero como que no me apeteci¨® pedirle ayuda. Telefone¨¦ entonces al veterinario que lo hab¨ªa vacunado y que estaba a dos calles de la nuestra, le cont¨¦ los s¨ªntomas y me dijo que lo llevara a la consulta cagando leches. Tom¨¦ a Dedo en brazos y corr¨ª como un loco. El veterinario coloc¨® al animal sobre una mesa de acero con un agujero en el centro y le palp¨® el vientre cent¨ªmetro a cent¨ªmetro poniendo cada vez peor cara.
En el est¨®mago encontr¨® uno de esos mu?ecos peque?os que se hinchan cuando los metes en el agua y con los que al hombre invisible le gustaba jugar en la ba?era
Luego se lo llev¨® a una habitaci¨®n oscura que hab¨ªa al lado de donde atend¨ªa, para hacerle una radiograf¨ªa. Dijo que ten¨ªa una oclusi¨®n estomacal. Se hab¨ªa tragado algo que le estaba jodiendo. Me pregunt¨® desde cuando no hac¨ªa de vientre y le dije que no ten¨ªa ni idea, aunque sab¨ªa que llevaba varios d¨ªas sin cagar. No se me hab¨ªa ocurrido darle importancia, pens¨¦ que era una cortes¨ªa del perro, ya ves t¨², para que yo no tuviera que recoger sus mierdas. Si lo hubieras tra¨ªdo antes, dijo el veterinario, pero en el estado en el que est¨¢... Total, que lo oper¨® a vida o muerte y se muri¨®. En el est¨®mago encontr¨® uno de esos mu?ecos peque?os que se hinchan cuando los metes en el agua y con los que al hombre invisible le gustaba jugar en la ba?era. Tra¨ªan unas instrucciones en las que se advert¨ªa del peligro de trag¨¢rselos. El veterinario dijo que no me preocupara por el cad¨¢ver, que ¨¦l se hac¨ªa cargo. Volv¨ª a casa como si me hubiera dejado la cabeza en alguna parte, entr¨¦ en la cocina, saqu¨¦ tres o cuatro cosas de la nevera y me puse a cocinar descabezado.
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