Educaci¨®n
Soy muy partidario de la televisi¨®n educativa. Y creo que los j¨®venes de este pa¨ªs deber¨ªan ver con asiduidad el programa La Biblioteka. El propio nombre indica que el espectador sacar¨¢ ense?anzas de provecho. No se trata de formar una generaci¨®n de eruditos, la televisi¨®n comercial no est¨¢ para eso, sino de forjar car¨¢cter en las nuevas generaciones y prepararlas para la vida.
En La Biblioteka, que se emite por Neox (segunda marca de Antena 3), un grupo de chavales debe enfrentarse a situaciones muy parecidas a las que encontrar¨¢n, en el futuro, como ciudadanos responsables.
Los participantes hacen cosas como meterse lombrices en la boca, comer excrementos de cabra o meter la lengua en una trampa para ratones. Dicho as¨ª, el programa podr¨ªa parecer un simple esparcimiento. No lo es. Aprender a tragar sapos para ser capaz de ejecutar correctamente la operaci¨®n cuando el bien com¨²n lo exija, constituye la m¨¢s provechosa y aut¨¦ntica educaci¨®n para la ciudadan¨ªa.
Porque el proverbial sapo, como sabemos a estas alturas, no lo desayunan los pol¨ªticos, sino los ciudadanos. La dieta de batracios va haci¨¦ndose tan intensa que algunos medios de informaci¨®n optan por la piedad. Este mismo diario, por ejemplo, ayer, en el interesante suplemento Negocios, se entrevistaba a Rosal¨ªa Mera, la segunda mujer m¨¢s rica de Espa?a, y explicaba su estrategia inversora. Aportaba una pieza titulada 'C¨®mo se manejan 439 millones' (de euros) y contaba que la se?ora Mera lo hac¨ªa a trav¨¦s de dos Sicav (Sociedad de Inversi¨®n de Capital Variable), entidades reservadas a los muy ricos. Prefer¨ªa omitir, sin embargo, un detalle que, al fin y al cabo, no le hac¨ªa ninguna falta al lector porque es conocido: una Sicav paga a Hacienda s¨®lo el 1% de sus beneficios. ?Para qu¨¦ obligar al lector a tragarse ese sapo, justo en el fin de semana veraniego por excelencia?
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