Esta isla quiere agua de por medio
El Mont-Saint Michel recupera sus or¨ªgenes gracias a una compleja obra de ingenier¨ªa
Francamente, el encanto de uno de los islotes m¨¢s famosos del mundo ya no es lo que era. Siglos de acumulaci¨®n de sedimentos en torno a la maravilla francesa de Mont Saint-Michel han propiciado que el continente se acerque m¨¢s de la cuenta. De los cuatro kil¨®metros que mediaban hace siglos entre la tierra firme y la roca se ha pasado por el efecto del hombre y el turismo a unas decenas de metros. Dicho de otro modo, de repetirse la Guerra de los Cien A?os, Dios no lo quiera, el islote no podr¨ªa resistir como entonces, tan airosamente, el asalto de los ingleses, que fue parado por la marea alta. Los peregrinos que durante siglos visitaron la majestuosa abad¨ªa g¨®tica edificada en la cima del pe?asco tambi¨¦n tuvieron que lidiar con la repentina subida de las aguas. Hoy, unos carteles colocados en los arcos de la muralla medieval que dan acceso a la bah¨ªa arenosa advierten de los horarios de peligro. Pero la advertencia no infunde el respeto que sol¨ªa. Un proyecto gigantesco se propone ahora devolver su car¨¢cter insular a la roca y, de paso, renovar la oferta tur¨ªstica del monumento. Su primera fase, la gigantesca presa del r¨ªo Couesmon, se inaugura en unas semanas.
Legendre: "Se trata de revertir los destrozos causados por el hombre"
Un mirador ofrecer¨¢ una vista in¨¦dita sobre el r¨ªo con el islote al fondo
M¨¢s de tres millones de turistas visitan cada a?o este lugar clasificado Patrimonio Mundial de la Unesco por partida doble: por su bah¨ªa, que se extiende sobre 500 kil¨®metros cuadrados, y por la joya arquitect¨®nica que representa su abad¨ªa g¨®tica, construida desafiando la geograf¨ªa de la roca de granito. S¨®lo un tercio de los visitantes se anima a escalar hasta la cima, a unos 80 metros de altura, para visitar la abad¨ªa y contemplar la majestuosa estatua del arc¨¢ngel san Miguel. El resto se queda atrapado en la multitud de locales que se suceden sobre la principal calle de subida, en la que se alternan restaurantes, pasteler¨ªas tradicionales y tiendas con souvenirs de todo tipo, incluidas peque?as torres Eiffel. Por todo ello, en pleno verano, esta semana sin ir m¨¢s lejos, hay que contar una hora de cola para entrar en la abad¨ªa.
Lo primero que puso en peligro al pe?asco fueron las construcciones levantadas robando terreno al mar, hasta que se prohibi¨® por ley acercarse a m¨¢s de un kil¨®metro de "la maravilla". Luego, otras construcciones en la bah¨ªa, como los muros de contenci¨®n para evitar las inundaciones, han perturbado el drenaje y han acelerado la acumulaci¨®n de arena. La marea ya no se retira con la fuerza suficiente para devolver al oc¨¦ano los sedimentos.
"No pretendemos cambiar la naturaleza, sino revertir los da?os causados por el hombre", asegura Bruno Legendre, del sindicato encargado del proyecto. La soluci¨®n ideada por los ingenieros pasa por la construcci¨®n de una presa sobre el r¨ªo Couesnon, que desemboca frente al Mont Saint-Michel, para volver a equilibrar la relaci¨®n de fuerzas entre el r¨ªo y el mar. La presa se abre poco a poco para acumular el agua con la subida de la marea y la suelta con la bajada. Aumenta con ello la potencia del agua y libra las orillas de residuos. Dentro de 15 a?os, la frecuencia de marea fuerte deber¨ªa triplicarse: de los 50 d¨ªas anuales actuales pasar¨ªa a unos 150, explica Legendre quien utiliza el condicional. "Es algo que no se ha hecho nunca, nos basamos s¨®lo en datos cient¨ªficos".
La obra de ingenier¨ªa, operativa desde el mes de mayo y a punto de ser inaugurada oficialmente, ha sido ideada por el arquitecto Luc Weizman. Ha concebido la presa tambi¨¦n como un balc¨®n mar¨ªtimo. El mirador ofrecer¨¢ una vista panor¨¢mica hasta ahora in¨¦dita sobre la desembocadura del r¨ªo con el Mont Saint-Michel en el horizonte.
La presa es s¨®lo la primera etapa del proyecto, que cuenta con una financiaci¨®n de 200 millones de euros, repartidos entre diversas administraciones p¨²blicas, la Uni¨®n Europea y empresas privadas, y que culminar¨¢ en 2015 con la destrucci¨®n del dique-carretera que une a la isla con tierra firme desde finales del XIX y rompe la trayectoria de la corriente. A lo largo de m¨¢s de un siglo, a ambos lados del enorme bloque de hormig¨®n se ha formado una explanada de hierba de varios metros de ancho que sigue progresando. Algunos turistas la aprovechan para hacer pic-nic, ajenos al atasco que se forma en ambas v¨ªas de entrada y de salida, m¨¢s propio de una gran ciudad que de un paraje natural protegido.
El islote renovado ofrecer¨¢ un modo diferente de acercarse al monumento. Desaparecer¨¢ el dique as¨ª como el enorme aparcamiento de 15 hect¨¢reas construido a los mismos pies de la roca. Los coches, autobuses e incluso caravanas que llegan a diario al pe?asco deber¨¢n quedarse en tierra firme, en un nuevo emplazamiento que se situar¨¢ a unos dos kil¨®metros y medio del pe?asco, cuidadosamente camuflado entre los ¨¢rboles.
A partir de este punto, se invitar¨¢ a acercarse al lugar caminando, recuperando el esp¨ªritu de los peregrinos. Para regular el gigantesco flujo tur¨ªstico y atraer a los visitantes m¨¢s all¨¢ de las colapsadas callejuelas del pueblo (de apenas unos 40 habitantes incluida la decena de monjes alojados en la abad¨ªa), el proyecto propondr¨¢ tres recorridos diferentes que culminar¨¢n en un nuevo camino bordeando la bah¨ªa. En el ¨²ltimo kil¨®metro, una pasarela-puente ser¨¢ el ¨²nico brazo que una ya al pe?asco con el continente. El Mont Saint-Michel volver¨¢ a ser una isla tal y como reclamaba Victor Hugo a finales del XIX, indignado por la construcci¨®n del dique-carretera.
La leyenda cuenta que el arc¨¢ngel Miguel tuvo que aparecerse tres veces al obispo Aubert para que se decidiera a construirle en el siglo VIII un santuario en el lugar, entonces llamado Mont-Tombe (Monte-Alto). La realizaci¨®n del proyecto de restauraci¨®n de la roca tambi¨¦n se ha hecho de rogar. Una primera tentativa se inici¨® en los a?os ochenta, bajo la presidencia de Fran?ois Mitterrand, pero las querellas pol¨ªticas y de financiaci¨®n aparcaron su realizaci¨®n. El proyecto se recuper¨® a mediados de los noventa, con el lanzamiento de la fase de estudio. Ahora, con la inauguraci¨®n de la presa el proyecto parece finalmente estar en marcha.
![Vista del Mont Saint-Michel, desde la carretera-dique que le une a la costa en la actualidad.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FXMLPOCTZ67A64CMVX2NA42MXU.jpg?auth=6c724339afc45cf5377cc7a11555018b6ed9059fd4adfd835903389339db39e7&width=414)
![Bullicio en Mont Saint-Michel.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZZFJ35GFSD27RY26TOZOT7PTAY.jpg?auth=760cc027ae96cb573f2bf48ae669561a5f8c4ce8c4e61647d14031f773ad1673&width=414)
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