En busca del duende de Lorca

Rafael Amargo se pisa las palabras, habla r¨¢pido y gracioso, con lo que ¨¦l llama "el aj¨¦". "?Humor? No, eso es muy gach¨ª, muy payo, el aj¨¦, eso es lo nuestro". El core¨®grafo y bailar¨ªn (Granada, 1975) estrena ma?ana en los Teatros del Canal de Madrid La dif¨ªcil sencillez, un espect¨¢culo basado en la conferencia de Federico Garc¨ªa Lorca Juego y teor¨ªa del duende. Codirigido con Pilar T¨¢vora, el montaje representa su vuelta al sur. "A mi tierra, porque, como dice Pilar, ya era hora de hacer patria y dejar de ser un bailar¨ªn del norte".

"Desde hace tiempo quer¨ªa hacer un Lorca, pero Lorca est¨¢ muy trillado y es dif¨ªcil. Por eso hasta que no conoc¨ª la conferencia sobre el duende no me decid¨ª", explica Amargo. La colaboraci¨®n con T¨¢vora ha sido fundamental para esta vuelta "a la esencia". "Ella me dijo que ten¨ªa que hablar de lo que conozco, y eso he hecho".

"No nos liemos con el duendecillo, que no hablamos de un 'pitufo"

"Me gustan los rebeldes, son con los que mejor me entiendo"

La conferencia de Lorca data de 1933 y la pronunci¨® en Buenos Aires y La Habana. Plagada de referencias literarias, musicales y pl¨¢sticas, pretende explicar un t¨¦rmino que hoy de puro manido dice tanto como tan poco. "No confundamos el duende con el duendecillo", avisa Amargo en jarras. "Que no hablamos ni de un gnomo ni de un pitufo. El duende es algo tan complejo que ni los fil¨®sofos han podido explicar. Es la m¨¢xima expresi¨®n de lo que hacemos, sube desde la planta del pie hasta el coraz¨®n y te cambia el estado de ¨¢nimo en un segundo. Te lo puede cambiar para bien, para mal o para regular. Pero te lo cambia".

El texto de Lorca busca la explicaci¨®n y para ello no se priva de nada: ni los m¨ªsticos, ni de Bach, de las pinturas de Goya, ni de Nietzsche, ni de la Ni?a de los Peines ni de Jorge Manrique. Escribe el poeta: "Sonidos negros dijo el hombre popular de Espa?a y coincidi¨® con Goethe, que hace la definici¨®n del duende al hablar de Paganini, diciendo: 'Poder misterioso que todos sienten y que ning¨²n fil¨®sofo explica'. As¨ª, pues, el duende es un poder y no un obrar, es un luchar y no un pensar. No es cuesti¨®n de facultad, sino de verdadero estilo vivo; es decir, de sangre; es decir, de viej¨ªsima cultura, de creaci¨®n en acto".

Para Amargo y T¨¢vora el reto era dar forma a la teor¨ªa lorquiana. "Un espect¨¢culo es forma, juego y vida y el texto de Lorca, era muy pajillero, muy metaf¨®rico. Hab¨ªa que buscar una forma".

La dif¨ªcil sencillez viaja as¨ª del flamenco "arcaico, de los viejos" a los maestros como Chocolate, Chano Lobato o Morente. Un audiovisual gu¨ªa al espectador por el camino de las coreograf¨ªas. "De un cuadro de Julio Romero de Torres al Sacromonte de Granada, las gitanas bailando la zambra, y surge el aj¨¦, el ¨¢ngel, la musa del duende", afirma el core¨®grafo. La muerte, contin¨²a, vertebra cada paso: "Ante la muerte el duende surge con m¨¢s fuerza que nunca".

Amargo y su compa?¨ªa (36 artistas entre m¨²sicos, cantaores y bailarines) permanecer¨¢n un mes en los Teatros del Canal con su compa?¨ªa. Luego empezar¨¢ una larga gira nacional con el espect¨¢culo. Entre representaciones y ensayos, ha terminado dos pel¨ªculas -Zigortzaileak (Los castigadores), un filme vasco sobre el bullying, y Cinque, una italiana en la que interpreta a un traficante de opio- y prepara para enero Un muchacho del flamenco, una producci¨®n americana sobre el flamenco.

"Yo no soy el mejor bailar¨ªn, ni el que mejor dirijo, ni el que mejor interpreto, pero estoy aqu¨ª y no soy un gnomo", afirma. "He encontrado mi sitio, con constancia con talento, porque con una de las dos cosas solas no vale. En el flamenco no hay un libro, luchas contra tu propio cuerpo y contra tu estado de ¨¢nimo. No es una coreograf¨ªa sino una b¨²squeda constante". "Yo soy muy polar", sigue moviendo las manos, "muy extremista, o estoy muy muy bien o muy muy mal. Por eso me gustan los rebeldes, son con los que mejor me entiendo. Polares, muy polares y nada de mediocres. Yo era muy rockero, muy medi¨¢tico, pero Pilar me ha ayudado mucho, me dijo que me fijara en la tierra que piso, en mis padres... Yo iba a Sevilla y no ol¨ªa ni naranjos ni a nada, y ella me dec¨ªa eso de que parec¨ªa un bailar¨ªn del norte, un extranjero. Ahora ya huelo, algo huelo...".