Hollywood deja California
Con el Estado en bancarrota, Schwarzenegger trata de evitar la fuga de los estudios
Hollywood abandona California. Poco a poco, las grandes superproducciones han ido dejando Los ?ngeles para trasladarse a otros estados de Estados Unidos o a otros pa¨ªses donde rodar sale m¨¢s barato y se pagan menos impuestos. Los rodajes cinematogr¨¢ficos en este estado se han reducido a la mitad con respecto a 2003; m¨¢s a¨²n, los grandes taquillazos de esta temporada se filmaron lejos de California. Watchmen, se fue a Canad¨¢. El caballero oscuro, la ¨²ltima entrega de Batman, tuvo como escenario Chicago. Y Terminator Salvation se rod¨® en el desierto de Nuevo M¨¦xico.
Aunque California cuenta con un terminator propio: su gobernador, Arnold Schwarzenegger. Si pudo -en la ficci¨®n- salvar a la humanidad de la dictadura de los robots, deber¨ªa resultarle m¨¢s f¨¢cil reflotar una industria que genera unos 26.000 millones de euros anuales y da trabajo a 250.000 personas. Pero Schwarzenegger tiene suficientes problemas en su estado como para, encima, tener que preocuparse por la fuga de pel¨ªculas. California est¨¢ al borde de la bancarrota, con una deuda p¨²blica de 18.000 millones de euros. En julio comenz¨® a hacer frente a sus deudas con pagar¨¦s.Aun as¨ª, el cine ofrece beneficios y fomenta el turismo. Y Schwarzenegger ha decidido pasar a la acci¨®n. El gobernador ofrece rebajas de impuestos a las productoras que se queden en la meca del cine. Su oferta ya ha tenido resultados: Un chihuahua de Beverly Hills 2 y Ag¨¢rralo como puedas 4 son los primeros t¨ªtulos de los 25 que se beneficiar¨¢n de esas medidas, efectivas desde el pasado 1 de julio.
Hace cinco a?os en California se rodaba el 66% de los filmes. Hoy, s¨®lo el 31%
Spielberg ha precisado ayuda de Reliance, un estudio de Bollywood
Una buena parte de esos descuentos, que se prev¨¦ que alcancen los 350 millones de euros distribuidos a lo largo de los pr¨®ximos cinco a?os, procede del c¨¦lebre plan de est¨ªmulo econ¨®mico de Barack Obama. El gobierno de California permitir¨¢ una desgravaci¨®n del 20% en la producci¨®n de aquellos largometrajes que cuesten entre 7 y 52 millones de euros. Para aquellas pel¨ªculas independientes y de bajo presupuesto en las que se invierta menos de 7 millones, se prev¨¦ una rebaja de impuestos aun mayor, del 25%. El 75% de la filmaci¨®n tiene que hacerse en California y como m¨¢ximo deben transcurrir seis meses desde la concesi¨®n de la ayuda al inicio de su rodaje.
"Luch¨¦ muy duro para que las medidas del est¨ªmulo econ¨®mico incluyeran incentivos a la producci¨®n de cine y televisi¨®n, porque debemos hacer lo posible para impulsar la econom¨ªa y generar puestos de trabajo en California", dijo el gobernador en una conferencia de prensa el 27 de julio. "Esto afecta a todos los maquilladores, los camareros y los innumerables peque?os negocios que dependen de los rodajes".
De hecho, la desgravaci¨®n es un ¨¦xito para Schwarzenegger, que llevaba a?os intentando rebajarle los impuestos a Hollywood y siempre se hab¨ªa encontrado con la negativa del congreso estatal. En la campa?a electoral de 2002 asegur¨®: "Quiero traer las pel¨ªculas de vuelta. ?sta ha sido una de nuestras principales exportaciones. Y ahora los canadienses nos la han robado". Ha tenido que derrumbarse Wall Street, como en una pel¨ªcula de cat¨¢strofes, para que los congresistas californianos le hicieran caso.
En este western econ¨®mico, los malos son los canadienses. A finales de los noventa, su Gobierno comenz¨® a ofrecer rebajas de impuestos y subvenciones a los largometrajes que se rodaran en Vancouver o Toronto. Adem¨¢s, a los productores les resultaba m¨¢s econ¨®mico pagar con d¨®lares canadienses, una divisa m¨¢s barata que la estadounidense. Cientos de pel¨ªculas se han filmado all¨ª, como X-men, Brokeback mountain o Capote, entre otras.
A la competencia extranjera se ha unido la de los propios estados de la Uni¨®n. Hasta 40 gobernadores estadounidenses ofrecen desgravaciones a aquellos productores que rueden en sus estados. Uno de los m¨¢s incisivos es Bill Richardson, de Nuevo M¨¦xico, que viaja con frecuencia a Los ?ngeles para convencer a ejecutivos de la industria, a los que les ofrece medidas muy beneficiosas, como rebajas de impuestos del 25%, pr¨¦stamos de 10 millones por proyecto y subvenciones de hasta el 50% del sueldo de los aprendices locales. La Oficina Cinematogr¨¢fica Estatal estima que estos rodajes han generado unos beneficios en la zona de 1.400 millones de euros.
Ese ¨¦xodo del celuloide preocupa en California, que hace cinco a?os era el escenario de un 66% de los largometrajes rodados en EE UU. Hoy en d¨ªa lo es s¨®lo del 31%. A ese descenso vertiginoso no le ha sentado nada bien el cataclismo de Wall Street. Los bancos han dejado de invertir dinero en pel¨ªculas. Incluso a reyes midas del cine como Steven Spielberg les cuesta encontrar financiaci¨®n.
El martes, Spielberg anunci¨® que hab¨ªa reunido capital suficiente para poner de nuevo en marcha su estudio DreamWorks, con el que planea producir 21 largometrajes en los pr¨®ximos cuatro a?os. Ha estado 11 meses buscando socios. Al final ha obtenido 578,5 millones de euros, s¨®lo la mitad de lo que se hab¨ªa propuesto inicialmente, con fondos aportados principalmente por un conglomerado multimedia indio, Reliance, uno de los grandes de Bollywood. Su proyecto inaugural ser¨¢ la versi¨®n de Harvey, el cl¨¢sico protagonizado por James Stewart y un conejo gigante imaginario.
Las majors pasan por muy malos momentos. Hoy se estrena en Estados Unidos Malditos bastardos, de Quentin Tarantino. Su productor, Harvey Weinstein, ex responsable de Miramax, necesita un buen taquillazo; si no, aseguran diversos blogs especializados, tendr¨¢ que cerrar su nuevo estudio, The Weinstein Company.
Otro terremoto. El consejo de administraci¨®n de Metro-Goldwyn-Mayer despidi¨® el martes a su consejero delegado, Harry E. Sloan, y le sustituy¨® por un equipo de tres ejecutivos cuyo ¨²nico objetivo es reducir la deuda (2.600 millones de euros) y evitar la quiebra. Este a?o MGM s¨®lo distribuir¨¢ el remake de Fama.
A Marilyn Monroe se le atribu¨ªa aquella frase que describ¨ªa el derroche y la falta de ¨¦tica imperante en los grandes estudios: "Hollywood es un lugar en el que te pagan mil d¨®lares por un beso y 50 c¨¦ntimos por tu alma". Y eso era en la ¨¦poca dorada de los a?os cincuenta. Hoy, se dir¨ªa que los productores ni siquiera se pueden permitir esos 50 c¨¦ntimos.
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