El di¨¢logo social como estrategia y sus riesgos
El Gobierno de Zapatero ha situado entre sus l¨ªneas estrat¨¦gicas la potenciaci¨®n del di¨¢logo social, una forma de hacer pol¨ªtica que parte de la convicci¨®n de que en una sociedad democr¨¢tica y para determinadas materias las decisiones que adopte el Gobierno tienen m¨¢s eficacia si son compartidas por quienes tienen que asumirlas y aplicarlas, ampliando as¨ª a las organizaciones sindicales y patronales un poder y una responsabilidad inicialmente exclusiva del Gobierno. La experiencia de la legislatura anterior, con m¨¢s de 20 acuerdos, la necesidad de generar confianza en la crisis econ¨®mica y la convicci¨®n de que sindicatos y empresarios compartir¨ªan un diagn¨®stico com¨²n, llevaron al Gobierno socialista a seguir defendiendo esta estrategia.
La CEOE mantuvo una negociaci¨®n err¨¢tica y cambiante, con un ojo puesto en el PP y sus intereses
Pero una pol¨ªtica que requiere el acuerdo entre patronal y sindicatos ten¨ªa un riesgo, que una de las partes ideologice al m¨¢ximo su posici¨®n radicalizando sus propuestas y planteando como exigencia inexcusable un programa de m¨¢ximos, pensando que el Gobierno acabar¨¢ cediendo ante su necesidad de resultados. Una posici¨®n de este tipo, que elude la b¨²squeda de espacios comunes de entendimiento, hace imposible cualquier acuerdo.
Los meses anteriores la derecha econ¨®mica ven¨ªa difundiendo una ecuaci¨®n muy simple: la salida de la crisis exige reformas estructurales, la reforma clave es la laboral y ¨¦sta consiste en abaratar el despido. Este pensamiento dominante dejaba en el olvido las causas de la crisis y su nula relaci¨®n con el mercado de trabajo, incluso su petici¨®n de un "par¨¦ntesis" en la econom¨ªa de mercado. Como se tem¨ªa, la representaci¨®n patronal no ha tenido voluntad de alcanzar ning¨²n acuerdo que no fuera la aceptaci¨®n pura y simple de su "programa m¨¢ximo", terminando en ruptura la actual fase de di¨¢logo social.
La CEOE ha puesto sobre la mesa al menos dos cuestiones inasumibles para los sindicatos y para el propio Gobierno. Primero, la modificaci¨®n del modelo de contrataci¨®n, a trav¨¦s de lo que pomposamente ha llamado "contrato para el siglo XXI". Se trata sin tapujos de un contrato que hace precarios a todos los trabajadores durante los dos primeros a?os, incluso con peor condici¨®n que los actuales precarios, y que impone un despido mucho m¨¢s barato, un despido sin causa que siempre ser¨ªa procedente y sin posibilidad alguna de control judicial.
Conscientes de que tal propuesta tiene en contra a la inmensa mayor¨ªa de la sociedad, dirigentes de la CEOE vienen declarando que no pretenden abaratar el despido ni menos a¨²n ir a un despido libre. Pero sus palabras quedan desmentidas por el documento enviado al Congreso de Diputados. Con este planteamiento la CEOE culpabiliza de la crisis al modelo actual de relaciones laborales, igual que hicieron Gobiernos anteriores cuando en 1994 y 2002, en crisis menos importantes pero con conflictos sociales semejantes, impusieron duras reformas laborales contra los sindicatos, afirmando que con ellas se terminar¨ªa la utilizaci¨®n del empleo como elemento de ajuste del ciclo econ¨®mico, lo que evidentemente no ha ocurrido.
Si recordamos que tambi¨¦n proponen eliminar la autorizaci¨®n administrativa en los EREs, la conclusi¨®n es que la CEOE quiere aprovechar esta crisis no s¨®lo para recuperar los beneficios empresariales reduciendo costes laborales, sino para incrementar el poder de dominaci¨®n del empresario y disminuir los derechos de los trabajadores, poniendo en cuesti¨®n el sistema de relaciones laborales que rige desde hace m¨¢s de 30 a?os y que posibilit¨® el notable crecimiento econ¨®mico y del empleo entre 1995 y 2007.
El segundo elemento tambi¨¦n inaceptable es la propuesta de disminuir cinco puntos las cotizaciones a la Seguridad Social, un recorte de m¨¢s de 17.000 millones de euros anuales, incrementando as¨ª los beneficios empresariales, pero poniendo en grave riesgo el sistema de pensiones. Por primera vez la CEOE rompe con el compromiso de sostenibilidad del sistema de pensiones p¨²blicas, que hasta ahora hab¨ªa apoyado tanto en el acuerdo inicial del Pacto de Toledo en 1995, como en su revisi¨®n en 2003 con un Gobierno del PP. No plantean una subida paralela de la fiscalidad, ni siquiera del IVA, propuestas que rechaza expresamente, sino, entre otras ocurrencias, sacar a muchos pensionistas futuros, como las viudas, del sistema contributivo, envi¨¢ndolas al asistencial.
Pero adem¨¢s la CEOE ha mantenido una negociaci¨®n err¨¢tica y cambiante, con un ojo puesto en los dirigentes del PP y en sus intereses. El mismo d¨ªa en que estaba convocada la Mesa para relanzar el di¨¢logo social tuvo lugar una reuni¨®n entre D¨ªaz Ferr¨¢n y Mariano Rajoy, a resultas de la cual los negociadores de la CEOE aparecieron en la Mesa con un papel escrito a mano replanteando de nuevo sus propuestas, quiz¨¢s porque al PP no le interesaba un acuerdo que reforzara al Gobierno, quiz¨¢s porque la patronal recibiera el compromiso de la derecha pol¨ªtica de que si alg¨²n d¨ªa ganaba las elecciones apoyar¨ªa el abaratamiento del despido, optando la CEOE por no llegar a un acuerdo con este Gobierno.
Ante la actitud y posiciones de la patronal, ha sido el propio Zapatero el que declar¨® inasumibles sus propuestas, optando por el mantenimiento de los derechos de los trabajadores y la sostenibilidad del sistema p¨²blico de pensiones, coherente con un discurso de izquierdas y con los compromisos program¨¢ticos del PSOE.
Manuel de la Rocha Rub¨ª es diputado socialista por Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.