A la pesca del g¨¢nster en Bridgeport
Un s¨¢ndwich de jam¨®n, r¨ªos trucheros y recuerdos del rodaje de 'Retorno al pasado', en la sierra de California
Al que no haya visto Retorno al pasado el nombre de Bridgeport le dejar¨¢ indiferente. Pero todos los que no hayan podido olvidar los movimientos de pantera de Robert Mitchum, la arrogancia herida de Kirk Douglas y la belleza sin piedad de Jane Greer sentir¨¢n un escalofr¨ªo al recordar el nombre de aquella peque?a ciudad perdida en mitad de la Eastern Sierra californiana, la capital del condado de Mono. En este asentamiento, a poco menos de 500 kil¨®metros de Los ?ngeles, apareci¨® un mal d¨ªa un mat¨®n reclam¨¢ndole al misterioso Jeff Bailey (Robert Mitchum) una vieja cuenta pendiente.
La pel¨ªcula cuyo nombre en ingl¨¦s es Out of the Past, fue estrenada en EE UU en 1947 y se rod¨® un a?o antes. Desde entonces no parece que Bridgeport haya cambiado mucho. Sigue siendo un lugar perfecto para desaparecer. Pero te tiene que gustar mucho la naturaleza en estado salvaje, la tranquilidad en estado puro y la pesca para que decidas pasar all¨ª el resto de tu vida. Porque a Bridgeport la gente va sobre todo a pescar. A pescar truchas, no g¨¢nsteres ni detectives.
Me apetec¨ªa comerme un ins¨ªpido s¨¢ndwich de jam¨®n como el que se zampa uno de los personajes, el que al final se queda con la chica, y eso fue lo primero que hice al llegar, entr¨¦ en un diner y ped¨ª el s¨¢ndwich "with butter, please" (con mantequilla, por favor) y una cerveza Bud. La camarera no era tan chismosa como la de la pel¨ªcula, y cuando le pregunt¨¦ si segu¨ªa en pie la gasolinera en la que trabajaban Bailey y el chaval sordomudo, se encogi¨® de hombros y cambi¨® de canal el televisor.
Pero en la barra hab¨ªa un tipo con m¨¢s ganas de hablar que la mujer que me hab¨ªa preparado el s¨¢ndwich, y ¨¦l fue quien me explic¨® que, adem¨¢s de la gasolinera, hab¨ªan desaparecido tambi¨¦n la mayor¨ªa de los habitantes de la ciudad que participaron en la pel¨ªcula, incluida la camarera chismosa. Me cont¨® que el director, Jacques Tourneur, sol¨ªa escaparse siempre que pod¨ªa a Bridgeport, antes y despu¨¦s del rodaje, porque le encantaba pescar y en ning¨²n otro lugar se sent¨ªa tan a gusto pescando. En cuanto a la estancia de Mitchum, que pas¨® por Bridgeport como un hurac¨¢n, digamos que hab¨ªa adquirido una dimensi¨®n legendaria. Su llegada al peque?o aeropuerto de Bryant Field, en una avioneta a la que le fallaron los frenos cuando las ruedas tocaron la pista de aterrizaje, no habr¨ªa sido m¨¢s peliculera ni a prop¨®sito. Y su afici¨®n al whisky, a la marihuana, a las broncas y a las mujeres fue convenientemente exagerada por las habladur¨ªas locales.
Me pregunt¨® si me hab¨ªa dado una vuelta por la calle principal, y le dije que todav¨ªa no. Se sonri¨® y me pidi¨® que lo acompa?ara. "?Ves esa tienda de all¨ª? F¨ªjate bien en ella y dime a qu¨¦ te recuerda". No puedo presumir de memoria visual, pero hay sitios que uno no olvida. Lo que en la pel¨ªcula era el Marny's Cafe hoy forma parte de una tienda de turismo pesquero, Ken's Sporting Goods. Hab¨ªan cambiado los modelos, pero los coches segu¨ªan circulando a la misma velocidad por la calle principal de Bridgeport, una calle por la que el tiempo apenas ha circulado. Me llev¨® luego al palacio de justicia, un edificio solemne de finales del XIX, que reconoc¨ª con alegr¨ªa al primer vistazo, y volvimos a Ken's Sporting Goods, donde me surt¨ª de folletos tur¨ªsticos y compr¨¦ la ca?a de pescar m¨¢s barata que hab¨ªa, una ca?a para ni?os. Ya ten¨ªa mi souvenir de Bridgeport. Me empe?¨¦ en invitarle a comer, por los servicios prestados, y ¨¦l se resign¨® a aceptar mi invitaci¨®n. Hizo una llamada con el m¨®vil y me pidi¨® de nuevo que le siguiera.
Desde la terraza del Hays Street Cafe, Bridgeport parece estar todav¨ªa m¨¢s cerca del cielo de lo que lo est¨¢. Comimos unos peces muy sabrosos, pero con demasiadas espinas. "Como no te veo con ganas de querer ir a estrenar tu ca?a a los Twin Lakes, ni te veo capaz de trepar por la pared de El Capit¨¢n ni por el tronco de una secuoya en Yosemite, lo que te recomiendo es que visites Bodie. Ver¨¢s lo que es un escenario de pel¨ªcula".
Fiebre del oro
A alguien que pas¨® toda su infancia y toda su adolescencia en un pueblecito pegado a Belchite la visi¨®n de una ciudad fantasma no deber¨ªa haberle impactado tanto, pero es que Bodie, al contrario que el bombardeado pueblo zaragozano, no ha degenerado en una tambaleante colecci¨®n de ruinas pisoteadas y saqueadas hasta el aburrimiento. Con Bodie ha ocurrido algo ins¨®lito y misterioso, porque ni el tiempo ni los hombres se han ensa?ado con ella. Bodie fue uno de tantos pueblos que la fiebre del oro hizo nacer en estas monta?as, pero a diferencia de lugares como Lundy, abandonados tras la fiebre y sepultados por la mala hierba, Bodie creci¨® y se convirti¨® en una ciudad llena de vida y de gente, hasta que en 1932 un incendio la asol¨® y la gente y la vida se esfumaron.
Camino por Bodie tropezando con fantasmas de todo g¨¦nero. He cambiado mi sombrero de detective y mi gabardina por un sombrero vaquero y unas espuelas. Ya no sigo los pasos de Robert Mitchum en Retorno al pasado, sino los de Gregory Peck en Yellow Sky (Cielo Amarillo, 1948). Cuando recorres el pueblo viejo de Belchite sientes que est¨¢s atravesando la historia, pero una historia arruinada. En Bodie, en cambio, la historia sigue viva. Las tazas, los platos y los manteles contin¨²an en las mesas de algunas casas, esperando a qui¨¦n sabe qu¨¦ comensales. En la mesa de billar del Wheaton and Hollis Hotel los palos y las bolas tambi¨¦n esperan que alguien se decida a jugar otra partida. En Boone Store hay cientos de botes, intactos, en las estanter¨ªas. En la iglesia metodista parece que en cualquier momento van a sonar las campanas y aparecer¨¢n el pastor y los feligreses para celebrar la resurrecci¨®n de Bodie. Si un soplo de viento les limpiara el polvo a los interiores de todos estos edificios fantasmales el efecto ser¨ªa milagroso.
? Julio Jos¨¦ Ordov¨¢s (Zaragoza, 1976) es autor de Nomeolvides (PUZ, 2008).
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C¨®mo ir
? Bridgeport se encuentra en el condado de Mono (www.monocounty.ca.gov), al extremo este de California, cerca de la frontera con el Estado de Nevada. Bodie se sit¨²a a 19 kil¨®metros al sureste de Bridgeport.
? El aeropuerto m¨¢s cercano es el de la ciudad de Reno (Nevada), a 185 kil¨®metros. Desde aqu¨ª se toma la carretera 395 en direcci¨®n sur; el viaje en coche dura unas dos horas y media hasta Bridgeport. Desde San Francisco, la distancia por carretera es de unos 370 kil¨®metros que se recorren en unas cinco horas.
Comer
? Hays Street Cafe (www.haysstreetcafe.com; 001 760 932 71 41). 21 Hays Street. Bridgeport. Precio medio, unos 10 o 15 euros por persona.
Visitas
? Bodie Museum (001 760 647 64 45). Bodie.
? Ken's Sporting Goods (001 760 932 77 07). 258 Main Street. Bridgeport.
Informaci¨®n
? Turismo de Bridgeport (www.bridgeportcalifornia.com; 760 932 70 70) ofrece un listado de hoteles, c¨¢mpings y restaurantes en la ciudad.
? Turismo del condado de Mono (www.monocounty.org; 001 800 845 79 22).
? Humboldt-Toiyabe National Forest (www.fs.fed.us).
? Turismo de California (www.visitcalifornia.com).
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