El Constitucional encalla en dos aspectos clave del Estatuto catal¨¢n
La mayor¨ªa, contraria al t¨¦rmino naci¨®n y al deber de conocer la lengua catalana
El Tribunal Constitucional est¨¢ "tremendamente dividido" en torno a algunos de los aspectos clave del Estatuto de Catalu?a, hasta el punto de que el Ejecutivo empieza a temerse una sentencia de inconstitucionalidad en dos de ellos: el alcance del t¨¦rmino naci¨®n y la obligatoriedad de conocer el catal¨¢n. El enfrentamiento entre los dos sectores de magistrados se extiende tambi¨¦n a los "derechos hist¨®ricos" y a los "s¨ªmbolos nacionales". Sobre algunos de los principales preceptos del T¨ªtulo Preliminar y despu¨¦s de tres intentos, las posiciones conservadoras no se han movido.
La magistrada ponente de la sentencia principal, Elisa P¨¦rez Vera, se fue a finales de julio con m¨¢s de un millar de folios bajo el brazo plagados de anotaciones para rehacer su proyecto de sentencia. Lleva ya tres lecturas y no consigue alcanzar el qu¨®rum necesario para que el recurso del Partido Popular sea replicado con una sentencia presentable. El ideal de una sentencia presentable ser¨ªa una votaci¨®n favorable por 8-2 o 7-3, pero a estas alturas incluso un 6-4 ya se considerar¨ªa admisible. La realidad es que a finales de julio no hab¨ªa votos suficientes para sacar adelante las cuestiones que enfrentan a los magistrados.
El enfrentamiento se extiende a los derechos hist¨®ricos y los s¨ªmbolos
Despu¨¦s de tres intentos, las posiciones no se han movido
El alto tribunal reanudar¨¢ los debates a partir del 7 de septiembre
El problema de fondo es volver a dise?ar el Estado de las Autonom¨ªas
En el ¨²ltimo pleno, la ponente principal present¨® su tercer proyecto con las anotaciones incorporadas de las dos lecturas anteriores. P¨¦rez Vera cumpli¨® su cometido, pero el Tribunal segu¨ªa "tremendamente dividido", seg¨²n las fuentes consultadas. No s¨®lo se encontr¨® con la oposici¨®n frontal del n¨²cleo conservador, a saber, Guillermo Jim¨¦nez, Javier Delgado, Vicente Conde, Ram¨®n Rodr¨ªguez Arribas y Jorge Rodr¨ªguez Zapata, sino que alguno de los progresistas, singularmente Manuel Arag¨®n, puso m¨¢s que pegas a la redacci¨®n del texto.
En concreto, respecto a la soluci¨®n habilitada sobre el t¨¦rmino naci¨®n, el principal caballo de batalla entre los dos bloques de magistrados, y sobre "el deber" de conocer el catal¨¢n por todos los ciudadanos de Catalu?a. Dos de los aspectos donde las posiciones, por ahora, son irreconciliables. El enfrentamiento se extiende tambi¨¦n a los "derechos hist¨®ricos" y a los "s¨ªmbolos nacionales". Sobre esos preceptos del T¨ªtulo Preliminar y despu¨¦s de tres intentos, las posiciones no se han movido.
Seg¨²n las fuentes consultadas, los desacuerdos tambi¨¦n se extienden a algunas de las competencias, a aspectos de la financiaci¨®n y a determinados elementos t¨¦cnicos competenciales. En algunos casos se podr¨ªa acabar alcanzando el consenso, al que no se llega por el desacuerdo general en los aspectos clave.
En materia de justicia, por ejemplo, la regulaci¨®n del Consejo de Justicia de Catalu?a -que el Partido Popular y el Defensor del Pueblo impugnan por ser "¨®rgano de gobierno" del Poder Judicial en Catalu?a y "¨®rgano desconcentrado" del Consejo General del Poder Judicial, adem¨¢s de por sus atribuciones- deber¨ªa haberse regulado, con car¨¢cter general, en la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial. Pero se ha empezado la casa por el tejado y el resultado es que el patr¨®n que se apruebe para Catalu?a ser¨¢ el que copiar¨¢n las dem¨¢s autonom¨ªas. De ah¨ª que se tenga que aquilatar al m¨¢ximo el modelo que servir¨¢ para el resto.
El problema de fondo, seg¨²n sostienen fuentes favorables a la constitucionalidad del Estatuto, es que hay que volver a dise?ar el Estado de las autonom¨ªas, pues lo contrario supondr¨ªa un retroceso de 30 a?os en el desarrollo del Estado constitucional. Y lo que en el Estatuto unos consideran "integrador", otros lo ven "separador". No s¨®lo porque Federico Trillo, el mentor del recurso dentro del Partido Popular, diga que todo es inconstitucional, sino porque algunos magistrados est¨¢n "obsesionados" con ese efecto "separador" de la unidad de Espa?a.
Sin embargo, el Estado de las Autonom¨ªas est¨¢ en la Constituci¨®n, y a favor del Estatuto juega tambi¨¦n, seg¨²n las citadas fuentes, la presunci¨®n de constitucionalidad de una ley aprobada democr¨¢ticamente. El Estatuto fue una ley enviada por el Parlamento de Catalu?a y aprobada por las Cortes Generales. Una ley que fue "pulida y cepillada" por la Comisi¨®n Constitucional del Congreso, por personas tan poco sospechosas de veleidades nacionalistas como, entre otros, Alfonso Guerra. No se cumpli¨® el "votar¨¦ lo que venga", del que se jact¨® el presidente Rodr¨ªguez Zapatero ante Pasqual Maragall. Se puli¨® todo el texto para que se pudiera votar.
En el pleno de finales de julio, el magistrado m¨¢s conservador del Tribunal, Jorge Rodr¨ªguez Zapata, present¨® tambi¨¦n su ponencia al recurso del Defensor del Pueblo. Un texto mucho m¨¢s escueto que el de Elisa P¨¦rez Vera y plagado de tachas de inconstitucionalidad. El gesto de Rodr¨ªguez Zapata fue interpretado como un mensaje de que ¨¦l hab¨ªa cumplido y lo dem¨¢s depend¨ªa de P¨¦rez Vera. L¨®gicamente, su ponencia ni se estudi¨® ni se someti¨® a la consideraci¨®n del Pleno, dado que su sentencia tiene que estar subordinada a la principal, la del recurso del PP.
Los magistrados se despidieron felices en julio por tener todo el mes de agosto por delante para relajar las ideas y recargar las pilas. La presidenta del Tribunal, Mar¨ªa Emilia Casas, no puso deberes y al final no cumpli¨® su amenaza de habilitar el mes de agosto, con la esperanza de que todos vuelvan m¨¢s frescos en septiembre.
Durante este mes, el Tribunal ha mantenido su Sala de Vacaciones, integrada este verano por la presidenta Mar¨ªa Emilia Casas; el vicepresidente, Guillermo Jim¨¦nez, y el magistrado Ram¨®n Rodr¨ªguez Arribas. Pero este tipo de salas s¨®lo se ocupan de los asuntos urgentes. Hasta septiembre, nada del Estatuto, aunque algunos magistrados hayan seguido trabajando a t¨ªtulo particular.
Y as¨ª est¨¢n las cosas para septiembre. Como los malos estudiantes, el Tribunal, que suspendi¨® en julio el examen del Estatuto, tendr¨¢ que presentarse a la repesca a partir del 7 de septiembre. Es la primera "semana jurisdiccional" del Tribunal Constitucional a la vuelta de las vacaciones, y los magistrados volver¨¢n a reunirse en pleno para reanudar las deliberaciones.
?Es definitiva esta situaci¨®n de bloqueo? Depender¨¢ en buena parte de lo que se consiga con las rectificaciones que se hagan al texto, pero en cualquier caso est¨¢ dif¨ªcil. Los defensores de la constitucionalidad quieren creer en que a ¨²ltima hora pueda producirse un corrimiento de voto para salvar los aspectos principales, "los que le llegan a la gente".
Por ejemplo, una declaraci¨®n de inconstitucionalidad de la exclusividad en las funciones del Sindic de Greuges -el Defensor del Pueblo catal¨¢n- o del r¨¦gimen de veguer¨ªas -que sustituyen a las diputaciones- podr¨ªa ser asumible por los nacionalistas sin grandes descalabros, pero no as¨ª los aspectos que durante tres a?os han sido el principal caballo de batalla entre defensores y cr¨ªticos del Estatuto catal¨¢n.
Una tercera v¨ªa, apuntada en algunos c¨ªrculos, de que el Tribunal Constitucional fuese renovado antes de dictarse la sentencia para intentar superar los desacuerdos parece absolutamente descartada, sobre todo porque la renovaci¨®n depende del PP y ¨¦ste est¨¢ m¨¢s cerca que nunca de rentabilizar su recurso.
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