Un cambio en peligro
Obama se enfrenta a una feroz campa?a contra la reforma sanitaria
La popularidad de Barack Obama comienza a sufrir los embates de la dura realidad, tanto en pol¨ªtica exterior como dom¨¦stica. Aunque la econom¨ªa da se?ales de recuperaci¨®n, la pesada herencia de George Bush en el escenario internacional y las resistencias de los sectores m¨¢s conservadores en el plano interior suponen una amenaza para su presidencia.
La reforma sanitaria, una de sus principales banderas para esta legislatura, est¨¢ en peligro. Una poderosa coalici¨®n de intereses se ha unido en una feroz campa?a para descarrilar una reforma que ya intent¨® en 1993 el presidente Bill Clinton. Obama, que no consigui¨® que se votara el proyecto antes de las vacaciones, ha recorrido el pa¨ªs para responder a las dudas de los electores y para ampliar su base de apoyo a la reforma. Su objetivo es dar cobertura sanitaria a los cerca de 50 millones de ciudadanos que carecen de ella. Cifra que crece al ritmo de las crisis, ya que la p¨¦rdida de empleo acarrea la p¨¦rdida del seguro de salud. S¨®lo los pobres y los ancianos est¨¢n m¨ªnimamente protegidos por el Estado en dos programas sanitarios (Medicaid y Medicare) que gestionan compa?¨ªas privadas que pasan la factura al Gobierno.
La paradoja es que pese a las limitaciones del sistema, Estados Unidos se gasta al a?o 2,4 billones de d¨®lares (1,68 billones de euros) en salud. Seg¨²n datos de la OMS de 2005, EE UU invierte unos 2.850 d¨®lares anuales por ciudadano, cifra s¨®lo superada por pa¨ªses como Suecia, Noruega o Dinamarca. Las compa?¨ªas aseguradoras y las empresas sanitarias, apoyadas por el Partido Republicano, no parecen dispuestas a compartir el pastel. El proyecto de Obama contempla un sistema p¨²blico de salud en convivencia -o en competencia- con el sistema privado. La Casa Blanca entiende que de esa forma se puede atender a gente sin empleo y a trabajadores aut¨®nomos que no pueden pagar el coste de los seguros privados, sin que nadie tenga que renunciar a los seguros que tiene en la actualidad.
Los abogados de la contrarreforma han tomado la iniciativa con una campa?a bien financiada que est¨¢ haciendo mella en un electorado que desconf¨ªa de la burocracia. Obama est¨¢ desplegando sus mejores recursos pol¨ªticos para sacar adelante el plan. Con mayor¨ªa dem¨®crata en ambas c¨¢maras el naufragio de su proyecto ser¨ªa un duro golpe para su presidencia y para su lema "Yes, we can".
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