La reforma sanitaria pone en apuros a Obama
Los planes para ampliar la cobertura m¨¦dica a los ciudadanos sin seguro restan popularidad al presidente de EE UU - Los cr¨ªticos afirman que la propuesta perjudicar¨¢ la calidad del servicio
El presidente Barack Obama se enfrenta al mayor obst¨¢culo pol¨ªtico desde que lleg¨® a la Casa Blanca. En debates p¨²blicos a lo largo y ancho de Estados Unidos, los que se oponen a su reforma sanitaria, que persigue dar cobertura a los 46 millones de ciudadanos que no tienen seguro, califican sus planes de caros e ineficaces y le acusan de querer convertir la medicina en un monopolio del Estado. La campa?a puesta en marcha por Obama y sus aliados para contraatacar y lograr el apoyo de la opini¨®n p¨²blica para sacar adelante el plan no ha evitado que la popularidad del presidente se haya visto afectada: en un mes, ha ca¨ªdo tres puntos de media en las encuestas.
En su discurso semanal a la naci¨®n, emitido ayer, Obama apel¨® al patriotismo para conseguir resultados concretos en esta reforma. Pidi¨® a los pol¨ªticos que "dejen atr¨¢s las divisiones, avancen juntos de la mano como una naci¨®n y un pueblo, algunos dem¨®cratas, otros republicanos, todos americanos". Las encuestas demuestran que su capacidad para unir a ambos partidos no es tan efectiva. Un 63% de los encuestados en un sondeo del centro de an¨¢lisis Pew dice que Obama y los republicanos no est¨¢n trabajando conjuntamente. Un 29% responsabiliza a los republicanos y un 17%, a Obama.
Los defensores de la opci¨®n p¨²blica niegan que eleve el coste del servicio
Un 46% conf¨ªa en la gesti¨®n de Obama en este tema; frente al 57% de abril
El presidente le ha pedido un esfuerzo al Congreso para llegar a un punto de consenso que permita reformar un sistema que cada vez cuesta m¨¢s dinero a las arcas p¨²blicas. En eso est¨¢n de acuerdo tanto republicanos como dem¨®cratas. Pero el mayor escollo para la Casa Blanca es una de las propuestas incluidas en la reforma: crear un seguro m¨¦dico p¨²blico voluntario, alternativo a los seguros privados. Tanto los republicanos como algunos dem¨®cratas conservadores rechazan esta medida, mientras los miembros progresistas del Congreso imponen esta llamada opci¨®n p¨²blica como condici¨®n para poder negociar.
Esta propuesta no s¨®lo se topa con el rechazo de muchos pol¨ªticos. Tambi¨¦n se han opuesto miles de ciudadanos que han participado en m¨ªtines durante las ¨²ltimas semanas, preocupados porque temen que sus empresas dejen de pagarles seguros privados cuando el Gobierno ofrezca p¨®lizas p¨²blicas baratas. Temen que la calidad del servicio empeore y no puedan elegir m¨¦dico. La mitad de los seguros que hay en EE UU son ofrecidos por las empresas.
Las ¨²ltimas encuestas reflejan un descenso en la popularidad de Obama, algo que los analistas relacionan con la negociaci¨®n de la reforma sanitaria. El diario The Washington Post y la cadena televisiva ABC publicaron esta semana una encuesta en la que aseguraban que el 46% de la ciudadan¨ªa conf¨ªa en que Obama tome las decisiones adecuadas en el proceso de reforma, una cifra que se ha reducido 11 puntos porcentuales desde abril. Su ¨ªndice de aprobaci¨®n se mantiene en un 57%, dos puntos menos que en julio. En la media de encuestas realizada por Real Clear Politics se mantiene en un 52%, diez puntos menos que en mayo.
Algunos pol¨ªticos han alimentado otros miedos. El senador republicano por New Hampshire, Judd Gregg, dijo esta semana en un mitin que el sistema de seguros p¨²blicos "nacer¨ªa con una considerable ventaja sobre el sistema privado, controlando los precios y colocando a un funcionario entre usted y su doctor". Gregg explic¨® que, en su opini¨®n, un seguro p¨²blico llevar¨ªa a "largas listas de espera" e incluso "escasez en los tratamientos".
Obama y los dem¨®cratas progresistas defienden todo lo contrario. El sistema norteamericano es uno de los m¨¢s caros del mundo: el pa¨ªs destina un 16% del PIB al gasto sanitario, la mitad es absorbida por diferentes sistemas p¨²blicos, el Medicaid y el Medicare, dirigidos a personas discapacitadas, de pocos recursos y los ancianos.
Los defensores de la opci¨®n p¨²blica, los miembros de la izquierda del Congreso, lo ven como una avanzadilla hacia un sistema de sanidad universal similar al de Espa?a. "Un sistema de sanidad p¨²blica universal nos permitir¨ªa cubrir a todo el mundo sin gastar m¨¢s dinero del que gastamos ahora", seg¨²n dijo el representante dem¨®crata por Michigan John Conyers en una reciente comparecencia en el Capitolio.
En este momento, seis senadores, tres republicanos y tres dem¨®cratas, bautizados como la banda de los seis, est¨¢n intentando consensuar un borrador de ley distinto al proyecto de los dem¨®cratas que ya circula por la C¨¢mara de Representantes. Las reformas previstas en este ¨²ltimo costar¨ªan cerca de 700.000 millones de euros en los pr¨®ximos 10 a?os. Seg¨²n la Oficina de Presupuestos del Congreso, esto incrementar¨ªa el d¨¦ficit p¨²blico en 167.000 millones de euros. Antes del receso de agosto, la banda de los seis consigui¨® consensuar una versi¨®n que habr¨ªa reducido el precio del plan de la C¨¢mara en unos 69.000 millones de euros.
Sin embargo, la opci¨®n p¨²blica sigue estando en el aire. La oposici¨®n a las p¨®lizas del Gobierno ha calado en algunos dem¨®cratas del Senado. El senador dem¨®crata por Dakota del Norte Kent Conrad dijo la semana pasada en una entrevista en el canal Fox News que "no hay suficientes votos en el Senado para aprobar una opci¨®n p¨²blica". El tambi¨¦n senador dem¨®crata Steny Hoyer, de Maryland, dijo el viernes que su prioridad es "aprobar una ley", y no "defender la opci¨®n p¨²blica".
Obama ha tenido que reafirmar su apoyo a la opci¨®n p¨²blica ante las protestas del sector m¨¢s progresista del Congreso. La presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo: "No existe la posibilidad de que aprobemos una ley sin esa opci¨®n p¨²blica". "Hay objetivos y principios espec¨ªficos, como reducir costes o aumentar la cobertura sanitaria", aclar¨® el portavoz de Obama, Robert Gibbs.
Muchos republicanos han expresado en el pasado su voluntad de que la reforma sanitaria sea el gran escollo del mandato de Obama. El senador Jim de Mint lleg¨® a decir: "Si logramos detener a Obama en esto, ser¨¢ su Waterloo". Obama les respondi¨® el viernes. "El a?o pasado, por esta ¨¦poca, recordar¨¦is que los republicanos hab¨ªan nominado a su candidata a la vicepresidencia, y todo el mundo, los medios, todos, estaban obsesionados con ella, y las cadenas de televisi¨®n informaban sobre ella las 24 horas, diciendo, 'Obama ha perdido el encanto'. ?Os acord¨¢is de eso?". ?l, al parecer, lo tiene muy presente.
Las claves de la reforma sanitaria
- Un sistema p¨²blico.
El plan de Obama contempla un sistema p¨²blico de salud en convivencia (o en competencia, seg¨²n otros) con el privado.
- Coste. La reforma costar¨ªa cerca de un bill¨®n de d¨®lares (700.000 millones de euros), seg¨²n c¨¢lculos provisionales.
- Tipos de cobertura.
Un 15% de los ciudadanos no tiene ninguna cobertura; el 53% tiene un seguro que les ofrece su empresa; el 27% tiene un seguro subvencionado por el Gobierno para determinados grupos de poblaci¨®n (ni?os, jubilados, discapacitados, etc¨¦tera); y el 5% restante tiene un seguro privado sin ayuda de su empresa.
- Varios intentos anteriores. Presidentes y miembros del Congreso han intentado sin ¨¦xito, durante los ¨²ltimos cien a?os, crear un seguro m¨¦dico universal para los estadounidenses. En 1912, Theodore Roosevelt hizo campa?a en favor de un seguro nacional de salud. En 1934, durante la Gran Depresi¨®n, el equipo de Franklin D. Roosevelt estudi¨® la posibilidad de impulsar un programa nacional de seguros de salud, pero al final no se concret¨®. Tras ser elegido presidente, en noviembre de 1976, Jimmy Carter prometi¨® poner en marcha un sistema de seguros con cobertura universal, pero el tema fue aparcado por la crisis econ¨®mica de aquellos a?os. El ¨²ltimo intento antes de la llegada al poder de Obama fue durante el primer mandato de Bill Clinton. La entonces primera dama, Hillary Clinton, fue una de las grandes impulsoras de la reforma, que no consigui¨® ser aprobada por el Congreso.
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