Una investigaci¨®n con final incierto

Las andanzas de la trama de corrupci¨®n que dirig¨ªa Francisco Correa, el hombre que durante diez a?os mont¨® los actos del PP cuando estaba Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar al frente del partido y que durante otros cuatro a?os organiz¨® con sus empresas los actos institucionales de Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad de Madrid, llegaron hasta la Comunidad Valenciana a comienzos de 2004. Desde entonces hasta el pasado febrero, cuando el juez Baltasar Garz¨®n encarcel¨® al l¨ªder de la trama corrupta y a dos de sus colaboradores, la sociedad Orange Market goz¨® de un trato privilegiado por parte de los dirigentes valencianos. Le dieron m¨¢s de 40 contratos a dedo y gan¨® en los cuatro a?os que se present¨® el concurso para montar el pabell¨®n valenciano en la feria de turismo en Madrid.

Aunque el juez Garz¨®n encontr¨® indicios claros de tr¨¢fico de influencias y de otros delitos en la actuaci¨®n de los dirigentes valencianos, el Tribunal Superior de Justicia de esa comunidad, que asumi¨® el caso, decidi¨® investigar s¨®lo un caso de cohecho pasivo (recibir regalos en funci¨®n del cargo p¨²blico que se ocupa).

El juez Jos¨¦ Flors, que instruy¨® el caso, hall¨® suficientes indicios para llevar a Francisco Camps a juicio. La Sala Penal del Tribunal Superior, ante la que recurri¨® el presidente valenciano, decidi¨® archivar el caso por dos votos a uno. El recurso de la Fiscal¨ªa ante el Tribunal Supremo abre una nueva v¨ªa para que Francisco Camps pueda acabar siendo juzgado.

Mientras, en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid se siguen abriendo cajas de documentaci¨®n donde se mezclan las presuntas corruptelas de la Comunidad de Madrid con las de la Comunidad Valenciana. Si aparecen nuevos indicios de la trama valenciana, nadie sabe a estas alturas qui¨¦n podr¨¢ investigarlos.