Hartos de los bares

Hartos. As¨ª dicen estar los vecinos de Azca, en la calle de Orense, de todos los problemas que arrastran por culpa de los bares de copas. Peleas continuas, ruidos a cualquier hora de la noche y suciedad, mucha suciedad que llega hasta sus portales, cuando los j¨®venes que acuden a esta zona de copas se meten en ellos para orinar.

"Los portales los hemos tenido que cerrar a cal y canto porque antes se colaban y hac¨ªan todo tipo de cosas. Una ma?ana de un s¨¢bado o un domingo, la entrada al edificio parec¨ªa un aut¨¦ntico estercolero, con olores a meadas que llegaban a toda la escalera". La que se queja es Pilar, una vecina de la calle de Orense que asegura que est¨¢ harta de aguantar durante a?os las broncas que se forman durante los fines de semana.

Los problemas llegan sobre todo los fines de semana, pero tambi¨¦n los d¨ªas previos, como los jueves, en que muchos chavales j¨®venes y no tan j¨®venes acuden a este lugar en el que se concentran una docena de bares. "Antiguamente, ven¨ªan macarras, despu¨¦s gente de ultraderecha y ahora mucho suramericano a los bares de m¨²sica latina", describe el portero de un inmueble.

La estructura de esta zona de oficinas y bares la hace especialmente predispuesta para que se formen grandes concentraciones. Los comercios tienen su entrada por la calle de Orense. Cierran en general a las ocho y media de la tarde. A esa hora ya empiezan a verse a grupos de j¨®venes tomando alcohol en las zonas pr¨®ximas a los bares. El momento de mayor presencia se da entre las dos y las cuatro de la madrugada, cuando centenares y centenares de personas se adentran en estos bares.

"Todos los d¨ªas las escaleras que suben a Orense est¨¢n llenas de meadas. Es imposible bajar al perro o dar una vuelta sin que a uno se le revuelva el est¨®mago", destaca Manuel, que pasea con su mascota. "Es necesario que se cierren algunos locales o esto cada vez va a ir a peor", agregaba.

Pero el mayor problema es la inseguridad. Cada cierto tiempo, Azca salta a los medios de comunicaci¨®n por una muerte violenta. "Eso es lo peor, pero todos los fines de semana hay peleas y reyertas entre j¨®venes. Beben mucho y no saben controlarse. Los gritos se oyen desde mi casa y muchas veces no nos dejan ni dormir", a?ade Jos¨¦ Mar¨ªa, otro residente. "Es cierto que llev¨¢bamos una temporada muy tranquilos, quiz¨¢ por el verano, pero necesitamos que haya mayor presencia policial, que aumente la seguridad para que no se repitan hechos como el de esta madrugada", a?ad¨ªa a rengl¨®n seguido.

La polic¨ªa mantiene que la zona est¨¢ vigilada y que todas las noches hay agentes uniformados y de paisano. Patrullan por la zona para evitar cr¨ªmenes como el de ayer. "Desde luego, no podemos estar en todas las partes y mucho menos dentro de los locales donde se producen la mayor¨ªa de las peleas y las reyertas. Cuando nos avisan, vamos de inmediato", destac¨® un mando policial.

Lo que no parece haber frenado la violencia y los problemas de la zona es la minicomisar¨ªa abierta hace ya 10 a?os en esta zona. La Delegaci¨®n del Gobierno pact¨® en febrero de 1999 un plan de choque contra la inseguridad que ya sufr¨ªa entonces Azca. Los responsables pol¨ªticos la promocionaron como "primordial para la prevenci¨®n de la delincuencia".