La legislaci¨®n y los espacios sin humo

Soy totalmente partidario de proteger los espacios p¨²blicos del humo del tabaco. En diversas informaciones se ha remarcado c¨®mo en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de Europa se proh¨ªbe fumar en bares y restaurantes y, en cualquier caso, no se fuma, como aqu¨ª, entre plato y plato. A nosotros siempre nos pasa lo mismo: damos un paso y retrocedemos cuatro. Y no reaccionamos.

El anterior ministro de Sanidad, Bernat Soria, que es adem¨¢s un eminente investigador, dijo desde un principio que no reformar¨ªa la ley del tabaco; la actual titular, Trinidad Jim¨¦nez, lo volvi¨® a repetir, aunque ahora ha declarado t¨ªmidamente que cambiar¨¢ la ley.

Nos rasgamos las vestiduras por las muertes de la gripe A, y cada d¨ªa mueren varias decenas por los c¨¢nceres provocados por el tabaco, despu¨¦s de costos¨ªsimos tratamientos a cargo de la sanidad p¨²blica.

La ministra de Sanidad tiene la obligaci¨®n de reformar la Ley 28/2005 para prohibir que se fume en todos los espacios p¨²blicos cerrados, como en casi todos los pa¨ªses de Europa.

No pasar¨¢ nada. Si es por eso, a los bares y restaurantes seguiremos acudiendo tan frecuentemente como hasta ahora. Es la crisis econ¨®mica la que puede perjudicarles.

Nadie perder¨¢ y todos ganaremos. Es una decisi¨®n ineludible e inaplazable.