Mestalla descubre a Banega
El mediocentro argentino se exhibe ante un pobre Sevilla desintegrado tras la expulsi¨®n de Kanout¨¦
Sideral se presume la distancia entre los grandes, el Bar?a y el Madrid, y el resto de los equipos del torneo. Ni el m¨¢s provocador se atreve a decir que habr¨¢ un tercer invitado a la fiesta, pero qui¨¦n sabe: el Valencia de Ben¨ªtez le arrebat¨® una Liga al Madrid de los gal¨¢cticos. En efecto, si hay dos equipos dispuestos a mantenerles el paso a los gigantes al menos en las primeras jornadas, esos son el Valencia y el Sevilla, que ayer ofrecieron im¨¢genes contrapuestas en Mestalla. Consistente, decidida y valiente la valencianista. Timorata y especulativa la sevillista. Mejorado el conjunto de Emery frente al inestable equipo de la temporada pasada; irreconocible el de Jim¨¦nez, que nunca dio la sensaci¨®n de querer ganar el partido. Muy pertrechado ¨²nicamente para empatar. Las atrevidas palabras de Jim¨¦nez -"no tememos ni al Madrid ni al Bar?a"-, cayeron en saco roto.
VALENCIA 2 - SEVILLA 0
Valencia: Moy¨¤; Miguel, Alexis, Dealbert, Bruno (Mathieu, m. 46); Marchena (Albelda, m. 60), Banega; Pablo Hern¨¢ndez, Silva (M¨ªchel, m. 85), Mata; y Villa. No utilizados: C¨¦sar; Javi Navarro, Joaqu¨ªn y Zigic.
Sevilla: Palop; Konko, Squillaci, Escud¨¦, Navarro; Navas, Duscher, Romaric (Zokora, m. 21), Perotti (Negredo, m. 55); Kanout¨¦ y Luis Fabiano (Kon¨¦, m. 69). No utilizados: Javi Varas; Dragutinovic, Fazio y Capel.
Goles: 1-0. M. 47. Mata, de fuerte disparo con la zurda desde el borde del ¨¢rea. 2-0. M. 79. Pablo Hern¨¢ndez sorprende a Palop tras preciso pase de Banega.
?rbitro: Rubinos P¨¦rez. Expuls¨® a Kanout¨¦ (m. 45), por doble amonestaci¨®n. Amonest¨® a Navarro, Miguel y Squillaci.
Unos 47.000 espectadores en Mestalla.
El chico, de 21 a?os, se adue?¨® del campo con personalidad, t¨¦cnica y agresividad
Respecto al Valencia del a?o pasado, Emery sab¨ªa que ten¨ªa dos puntos d¨¦biles: la fragilidad defensiva, que lo convirti¨® en uno de los equipos que m¨¢s goles recib¨ªa, y la falta de toque en el centro del campo, lastrado por las lesiones de Baraja y por la inconsistencia de Fernandes. Pues bien, el entrenador vasco ten¨ªa razones ayer para sentirse doblemente satisfecho. Primero, Moy¨¤, fue un espectador m¨¢s de la calurosa tarde en Mestalla, gracias a la coordinaci¨®n en los marcajes tanto de Alexis como de Dealbert. El central castellonense lleg¨® silencioso a la plantilla, con una humildad apabullante que ha contrastado con la concentraci¨®n y eficacia de sus labores defensivas. Y segundo, el centro de campo. Mestalla, de pronto, descubri¨® a Ever Banega, un chico de 21 a?os que ven¨ªa siendo casi un apestado antes de esta pretemporada. No lo quiso Emery al comienzo del pasado curso y lo larg¨® cedido al Atl¨¦tico. Tampoco lo quiso el Atl¨¦tico, que lo devolvi¨® al principio de este verano. Pero algo cambi¨® en la mente de este rosarino cuando, a principios de junio, decidi¨® romper con el pasado y trat¨® de convertirse en el mediocampista que lleva dentro. Personalidad, t¨¦cnica y agresividad para adue?arse de un centro del campo y hacerlo funcionar. Dejando en evidencia a gente tan experimentada como Duscher, Zokora o antes Romaric. Mand¨® Banega, y el Valencia gir¨® a su voluntad. Particip¨® en la creaci¨®n del primer gol (pis¨® en ¨¢rea, una rareza en ¨¦l) para que picara Mata, que pasaba por all¨ª. Y en el segundo, tras aguantar las tarascadas de Duscher y abrir a la derecha a Pablo Hern¨¢ndez, favorecido en el remate por el extra?o bote que le dio el bal¨®n antes de impactarlo.
El Sevilla pas¨® por Mestalla como una sombra. Si lo pretende, Jim¨¦nez puede desplegar un cat¨¢logo de excusas: que si la expulsi¨®n un tanto severa de Kanout¨¦, que el mal estado del terreno de juego, la humedad, el calor, pero la realidad dice que el cuadro hispalense dispar¨® una vez a puerta en todo el partido: un tirito de Negredo en el minuto 88 que acun¨® Moy¨¤ como si fuera un presente. En su deseo de romper el bipartidismo, la actitud contemplativa del Sevilla result¨® decepcionante. Los chicos de Jim¨¦nez se dieron por satisfechos con ajustar las tuercas de su bien engrasada defensa y dejar que el tiempo pasara sin que pasara nada. Pocas ocasiones de gol, poca vida en ambas ¨¢reas. Paisaje id¨ªlico para Jim¨¦nez hasta que, al borde del descanso, Kanout¨¦ cometiera un error de juvenil: una aparatosa plancha sobre el pie del siempre teatral Marchena y segunda tarjeta. Y demasiada ventaja para el Valencia en la segunda parte.
La predisposici¨®n del equipo de Emery no admit¨ªa reproches. Hab¨ªa ido decididamente a por el partido. Apuntalado por una pareja de mediocentros que, con determinaci¨®n, se adue?¨® de tan decisiva parcela. El Valencia, sin embargo, se atascaba al llegar a la zona de tres cuartos. As¨ª fue hasta que, con la superioridad num¨¦rica, el cuadro de Emery comenz¨® a encontrar m¨¢s espacios. Banega conect¨® con los cuatro de su misma talla (Silva, Mata, Pablo y Villa) y, entre ellos, acabaron por hacer desaparecer al inesperado fantasma que visit¨® ayer Mestalla. Era el Sevilla y se esperaba mucho m¨¢s de ¨¦l.
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