Conjurar el peligro
La actividad violenta de las bandas latinas reclama medidas de prevenci¨®n e integraci¨®n
En la madrugada del viernes, un joven recibi¨® un disparo en la zona de Azca de Madrid, y falleci¨® poco despu¨¦s. Ten¨ªa 17 a?os, era cantante de rap y, seg¨²n fuentes policiales, jefe intermedio de la banda juvenil violenta Dominican Don't Play. Sali¨® con unos amigos de una discoteca, lo siguieron unos cuantos integrantes de los Trinitarios, un grupo dominicano rival, y cuando sub¨ªa a un taxi sufri¨® el impacto mortal. El supuesto asesino ten¨ªa m¨¢s o menos su misma edad, y la facilidad con que abri¨® fuego en un c¨¦ntrico barrio de la capital revela que, pese a los esfuerzos de la polic¨ªa (desde que estas bandas latinoamericanas desembarcaron en 2005 en Madrid s¨®lo se han contabilizado siete v¨ªctimas de su violencia; la anterior, en febrero de 2006), todav¨ªa quedan amplios flancos por cubrir.
La peligrosidad de estas organizaciones exige extremar la prevenci¨®n y no escatimar esfuerzos para evitar, no s¨®lo sus operaciones delictivas, sino el enfrentamiento de unas contra otras. Son casi 1.000 los j¨®venes que en Madrid forman parte de estas bandas, de estructura piramidal y cuya consigna interna reza que, mientras mayor sea la violencia que se use, m¨¢s f¨¢cil ser¨¢ escalar puestos en la jerarqu¨ªa. Aunque se desconoce el m¨®vil del ¨²ltimo crimen, la polic¨ªa baraja la hip¨®tesis de viejos ajustes de cuentas. Los jefes de los Trinitarios encargaron esta vez el crimen a un menor de edad ya que, en caso de ser condenado, no llegar¨ªa a cumplir ocho a?os de pena. As¨ª proceden estos grupos, y no hay que olvidar que la virulencia de sus actividades los ha convertido en un verdadero c¨¢ncer en sus pa¨ªses de origen.
Estas bandas se alimentan en la falta de integraci¨®n de los adolescentes inmigrantes. Suelen vivir en familias desestructuradas, donde la lucha por la supervivencia de los padres impide que se ocupen del cuidado y la educaci¨®n de los hijos. De ah¨ª la importancia de iniciativas como la que tom¨® el ayuntamiento de Barcelona hace unos a?os: impuls¨® un plan para integrar a estos grupos como asociaciones culturales, siempre que hicieran renuncia expresa de cualquier tipo de violencia. Lo que no se puede descuidar, en cualquier caso, es la vigilancia de las zonas donde estas bandas suelen moverse. Como Azca. Un lugar de ocio cuyo abandono han denunciado reiteradamente los vecinos a las autoridades.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.