La recesi¨®n aboca a instituciones y partidos a la b¨²squeda del consenso
El mal estado de las arcas p¨²blicas reduce el espacio para el enfrentamiento
Necesidad obliga. La crudeza de la crisis econ¨®mica que ha llevado a Euskadi a la recesi¨®n va a traer consigo el oto?o y el curso pol¨ªtico comparativamente m¨¢s razonables que la comunidad aut¨®noma haya conocido en muchos a?os. El debate pol¨ªtico se va a centrar principalmente, por primera vez en una d¨¦cada, en la realidad que toca la calle, libre de la impronta con que cada septiembre lo marcaban las sucesivas propuestas de acumulaci¨®n nacionalista y soberanismo que marcaron la etapa de Juan Jos¨¦ Ibarretxe.
Por primera vez desde 1998, los tres principales partidos -el PNV, el PSE y el PP- parecen estar en lo mismo y los tres aparentan una voluntad de entendimiento y b¨²squeda del consenso cuyos frutos se ver¨¢n, o no, en breve. El debate parlamentario de pol¨ªtica general de cada ¨²ltimo viernes de septiembre se ha obviado este a?o por la cercan¨ªa con el de investidura de Patxi L¨®pez del pasado 5 de mayo. Partidos e instituciones entran as¨ª en materia desde ya, con la vista puesta en una reuni¨®n del Consejo Vasco de Finanzas en octubre que va a resultar clave y en los proyectos de presupuestos de las principales instituciones.
La opci¨®n final del PNV por el tipo de oposici¨®n que va a hacer resultar¨¢ la clave fundamental
La cuesti¨®n no se llama este mes de septiembre plan Ibarretxe ni ley de Consulta. Se llama dinero y, en concreto, 3.000 millones de euros menos de ingresos por ahora para las arcas p¨²blicas. El actual presupuesto del Gobierno asciende a casi 10.490 millones. Hay, por tanto, "problemas presupuestarios muy serios", como confes¨® el pasado viernes el propio lehendakari. Y no s¨®lo, ni siquiera principalmente, para el Ejecutivo, que tiene garantizada con el PP la mayor¨ªa para sus cuentas, as¨ª como una holgada capacidad de endeudamiento, sino a¨²n m¨¢s para las tres diputaciones, en precario en lo primero y con mucho menos margen para lo segundo.
El curso se inicia as¨ª con partidos e instituciones en una especie de embudo en el que todos tendr¨¢n que apretarse ordenadamente, sin estorbarse ni abrir codos, si quieren salir con bien al otro lado. El precio de lo contrario ser¨ªa atascarse en el estrecho paso que tienen que transitar. El m¨ªnimo ser¨¢, seg¨²n preven ya algunos relevantes dirigentes pol¨ªticos, un acuerdo de no entorpecimiento entre instituciones y partidos gobernantes en cada una de ellas.
Los puntos m¨¢s relevantes a los que estar atentos en este curso pol¨ªtico son los siguientes:
- Estrechar el gasto. Los dos partidos con responsabilidades de gobierno -el PSE en el Ejecutivo y el PNV en las diputaciones- se van a ver ante un estrechamiento presupuestario sin precedentes que les obliga a prescindir de lo sup¨¦rfluo, a gastar muy meditadamente y sin agitar con vendavales pol¨ªticos unas aguas que se pueden tragar a quien act¨²e de modo temerario o llev¨¢rselo en una direcci¨®n indeseada. El PP, aun en la oposici¨®n, est¨¢ igualmente obligado por su acuerdo de bases para el cambio con el PSE.
- Estabilidad del Gobierno. El Ejecutivo tiene garantizada su estabilidad parlamentaria por el pacto con los populares. Por m¨¢s que ambas formaciones discrepen en las recetas -en particular en lo relativo a una eventual subida de impuestos y al alcance de la deuda- nadie duda de que los escollos ser¨¢n superados. Ambas partes han hecho afirmaci¨®n expresa de ello y el acuerdo en las primeras medidas alcanzado por L¨®pez y el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, en su reuni¨®n del pasado jueves apuntan en esa direcci¨®n.
- La cuesti¨®n alavesa. El posible relevo del PNV en la Diputaci¨®n de ?lava no qued¨® cerrada en julio, pero el PP afirma que no lo sacar¨¢ a la palestra de modo preferente, sobre todo si el Gobierno proporciona a ese partido reconocimiento y otros factores de lucimiento. Como ejemplo, el anuncio a la prensa por Basagoiti de las medidas que debati¨® con L¨®pez.
- El debate social. En contraste con el fracaso con que se ha saldado la negociaci¨®n con patronal y sindicatos en el conjunto de Espa?a, la previsi¨®n en Euskadi es que el foro que re¨²ne al Gobierno con los emprsarios, CCOO y UGT d¨¦ lugar a acuerdos y compromisos. No garantizar¨¢n enteramente la paz social, por la ausencia de ELA y LAB, pero supondr¨¢n un colch¨®n para la acci¨®n del Gabinete.
- Di¨¢logo institucionalizado. La formaci¨®n antes de las vacaciones de las comisiones sectoriales acordadas entre el Ejecutivo y las diputaciones proporcion¨® un foro institucionalizado a ese di¨¢logo. El PNV les resta importancia y se?ala que ser¨¢ en la cumbre definitiva entre el lehendakari y su l¨ªder, I?igo Urkullu, y despu¨¦s en el Consejo Vasco de Finanzas de octubre donde se sustancien, o no, resultados.
- Reducci¨®n de actores. La desaparici¨®n del Parlamento de la izquierda abertzale oficial -que busca volver al tablero- y la irrelevancia de los ex socios del PNV dejan en manos de los tres grandes partidos el juego pol¨ªtico, a expensas del hueco, no decisivo, que logre hacerse Aralar. El tipo de oposici¨®n que el PNV termine por perfilar es la variable fundamental. Sus ofrecimientos en Euskadi y en Madrid, el reciente compromiso asumido desde Eudel con Interior, los ya alcanzados para el Tribunal de Cuentas, el Ararteko, las comisiones parlamentarias o el previsible para el Consejo de Administraci¨®n de EITB, apuntan en una direcci¨®n. La dureza de los pronunciamientos, a juicio del Gobierno, en otra.
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