Un modelo festivo en discusi¨®n
El debate sobre la participaci¨®n ciudadana en la gesti¨®n de las celebraciones resurge en Bilbao - PSE y PP piden mayor poder para el Ayuntamiento
Euskadi suma tres capitales y tres modelos festivos diferentes, unidos, eso s¨ª, por parecidas pol¨¦micas y por una elevada presencia de la pol¨ªtica, a la que este verano se ha sumado el debate sobre los s¨ªmbolos de apoyo a ETA en las txosnas y las actuaciones de la Ertzaintza para eliminarlos. A punto de finalizar agosto, todas las partes hacen un balance m¨¢s o menos positivo de la sucesi¨®n de fiestas en las tres capotales. M¨¢s o menos: en Vitoria y San Sebasti¨¢n algunos miran con envidia la organizaci¨®n festiva participativa existente en Bilbao. Mientras, en la capital vizca¨ªna, PSE y PP reclaman que se abra una reflexi¨®n sobre ese modelo para que ciertas decisiones que ahora dependen de la comisi¨®n de fiestas pasen a depender del Ayuntamiento.
El vac¨ªo de poder en la Transici¨®n dio origen al actual modelo en Bilbao
Sectores sociales de San Sebasti¨¢n y Vitoria se miran en el espejo bilba¨ªno
Los ediles socialistas y populares de Bilbao piden esos cambios para evitar que la izquierda abertzale ilegalizada "aproveche para politizar las fiestas y armar follones", en palabras de la portavoz municipal del PP, Cristina Ruiz.
Los representantes de ambos partidos en la comisi¨®n de fiestas, Goyo Zurro, del PSE, y Carlos Garc¨ªa, del PP, consideran que bastar¨ªa con que se respetase la normativa municipal de festejos, muy clara a la hora de proscribir la "utilizaci¨®n de carteles y/o s¨ªmbolos que apoyen el terrorismo".
A ra¨ªz de la pol¨¦mica surgida por el nombramiento como txupinera de Sonia Polo, hermana de un preso de ETA, ambas formaciones reclaman tambi¨¦n que ciertos s¨ªmbolos de la fiesta que "representan a todos los bilba¨ªnos" surjan del consenso entre los partidos, y no de una comisi¨®n de fiestas en la que ¨¦stos y el Ayuntamiento est¨¢n representados al mismo nivel que las comparsas festivas.
"Entre las 28 comparsas de Bilbao hay de todo, pero a la hora de tomar decisiones se suelen imponer las abertzales por el miedo", coinciden fuentes de ambos partidos. Algunos comparseros reconocen que declinan ir a las comisiones "porque supone mucho trabajo" y dejan que otras les representen.
Bilboko Konpartsak, entidad que agrupa a todas las comparsas, replica que las demandas de socialistas y populares suponen un ataque a una filosof¨ªa participativa de las fiestas que "se ha convertido en un referente para el resto de Euskadi".
El modelo surgi¨® en la Transici¨®n ante el "vac¨ªo de poder" de la ¨¦poca, recuerdan algunos de los primeros comparseros. "El alcalde franquista [Jos¨¦ Luis] Berasategui no ten¨ªa m¨¢s aspiraciones pol¨ªticas y dej¨® manga ancha para que las fiestas se hiciesen como planteaba el proyecto ganador del concurso de ideas", con el que hace 31 a?os se quiso revitalizar la semana festiva de la ciudad, relata Marino Montero, uno de aquellos pioneros.
Tras tres a?os de fiestas impulsadas desde la sociedad civil en el convulso Bilbao de la Transici¨®n, el siguiente primer edil, el peneuvista Jon Casta?ares, "crey¨® que conven¨ªa recuperar el poder municipal sobre la gesti¨®n festiva", rememora Jos¨¦ Mar¨ªa Amantes, otro de los primeros comparseros. Fracas¨® ante el boicot de estos colectivos -trotskistas, partidarios de la "libertad sexual", anarquistas, abertzales, activistas vecinales o juerguistas sin m¨¢s matices- convertidos en agentes festivos. Desde entonces, la comisi¨®n de fiestas mantiene la paridad entre comparsas y concejales.
En Vitoria, los colectivos de txosnas, a las que el Ayuntamiento cede un espacio en la zona universitaria durante La Blanca, reclaman la creaci¨®n de una "comisi¨®n popular de fiestas", a imagen y semejanza de la de Bilbao. De esa forma, no s¨®lo gestionar¨ªan un espacio, sino que participar¨ªan de la elaboraci¨®n de todo el programa. Sin embargo, el Ayuntamiento est¨¢ satisfecho con la situaci¨®n actual y la coordinadora de txosnas reconoce que es dif¨ªcil que se produzca una "grieta en el poder" como en el Bilbao de 1978.
En San Sebasti¨¢n, los grupos que en las otras dos capitales pondr¨ªan casetas festivas quedan fuera de la Semana Grande oficial. Uno en concreto, Donostiako Piratak, lleva siete a?os organizando un programa alternativo. Sus actividades gozan del favor de miles de donostiarras y el concejal de Cultura, Denis Itxaso, reconoce que aportan "un formato alternativo y contestatario que suma frescura y participaci¨®n en un marco m¨¢s informal".
Con todo, a los piratas se les critica lo mismo que a ciertas txosnas de Bilbao: la politizaci¨®n de la fiesta y su cercan¨ªa a la izquierda abertzale ilegalizada. "El problema de este pueblo es llevar la pol¨ªtica a todas partes", zanja Amantes.
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