Fotoperiodismo en la UVI
El festival Visa pour l'Image pronostica un preocupante futuro a la profesi¨®n
Es un enfermo que comienza a necesitar respiraci¨®n asistida. Los males del fotoperiodismo son m¨²ltiples: la crisis, la competencia de Internet y los problemas econ¨®micos de las revistas, cada vez menos dispuestas a invertir un dinero que se esfuma en esta coyuntura adversa. Y sin embargo, Jean Fran?ois Leroy, director del festival Visa pour l'Image de Perpi?¨¢n, reivindica la necesidad del fotoperiodismo m¨¢s all¨¢ de las estrellas banales y ef¨ªmeras.
A este festival se le conoce como "el Cannes del fotoperiodismo". Pero, desde que arranc¨® hace 21 a?os, los objetivos no buscan las estrellas sobre la alfombra roja. Es la cara m¨¢s cruda del mundo lo que intentan mostrar -e interpretar- las im¨¢genes de las 28 exposiciones que pueblan Perpi?¨¢n hasta el 13 de septiembre.
"Nunca hab¨ªa visto una producci¨®n tan pobre como la de este a?o", dice Leroy
"La profundidad cuesta dinero", explica la fot¨®grafa Alexandra Avakian
En efecto, Farah Dibah es la ¨²nica celebridad rosa que aparece en los centenares de fotograf¨ªas expuestas en espacios religiosos que la ciudad francesa ha reconvertido en salas de exposici¨®n. La imagen la firma David Burnett. Fue tomada durante la revoluci¨®n de Ir¨¢n que acab¨® con la salida del pa¨ªs del Shah de Persia ahora hace 30 a?os.
Burnett es uno de los veteranos del Visa, como Fran?oise Demulder y Abbas. ?ste descubre los trabajos de preparaci¨®n de su libro In the name of who?, en el que retrata el mundo isl¨¢mico desde el 11-S. Y Fran?oise Demulder, la modelo que se hizo fotoperiodista, se fue a Vietnam y capt¨® la entrada de los tanques norvietnamitas en Saig¨®n en 1975, protagoniza la retrospectiva del festival. Demulder, fallecida el pasado diciembre, fue la ¨²nica en captar esas im¨¢genes de la derrota de EE UU.
Los tres atestiguan la ¨¦poca en que "grandes revistas como Life mezclaban a Lauren Bacall y Humphrey Bogart con la Guerra de Corea", como rememora Leroy. "Hoy, Letizia o Carla Bruni lo acaparan todo. Y la raz¨®n es simple. Obtener noticias de verdad es muy caro", a?ade.
"La profundidad cuesta dinero", coincide Alexandra Avakian, que trabaja para National Geographic y presenta en Perpi?¨¢n sus "memorias visuales" en el libro Windows of the soul, tambi¨¦n centrado en el mundo isl¨¢mico, uno de los protagonistas de la edici¨®n. Avakian denuncia que, por todo un reportaje, las revistas pagan hoy lo que cuesta un hotel en el pa¨ªs donde se elabora. O que pretenden imponer tarifas planas para comprar im¨¢genes. Los lectores, adem¨¢s, se han acostumbrado a la gratuidad con Internet. As¨ª que Avakian s¨®lo tiene una palabra para definir la situaci¨®n: "Desastrosa".
Sorprende la confianza que ambos tienen en que la profesi¨®n a¨²n existir¨¢ de aqu¨ª a 10 a?os. No saben decir c¨®mo lo lograr¨¢, pero los ¨²ltimos pasos de Avakian parecen sugerir que el futuro pasa por un divorcio entre la prensa y los fot¨®grafos, que se buscan la vida por otros caminos. Esta norteamericana, por ejemplo, se pudo trasladar a Bosnia para captar los efectos de la guerra gracias a un trabajo que le facilit¨® all¨ª un dise?ador de moda. Otras veces ha trabajado con diversas ONG.
Este divorcio lo ha consumado una de las promesas del festival, Miquel Dewever-Plana. "Antes de tomar una foto, me pregunto por qu¨¦ y para qui¨¦n la hago", dice, y nunca es para la prensa. Fue la Casa Am¨¦rica de Catalu?a quien public¨® en un libro su primer reportaje sobre la violencia en Guatemala. Y es, entre otros, el millonario filantr¨®pico George Soros el que ha pagado el trabajo que presenta en Visa sobre las tribus urbanas que perpet¨²an la violencia en el pa¨ªs centroamericano. Espera publicarlo en otro volumen y repartirlo en las escuelas guatemaltecas. "En la prensa, las im¨¢genes perecen en 10 minutos", dice Dewever. "Yo prefiero devolver las fotos a los que se las he robado, darles un instrumento con el que reconocerse" y reflexionar sobre la pregunta m¨¢s dif¨ªcil, importante y m¨¢s olvidada: ?Por qu¨¦?
Las fotos del Visa buscan los porqu¨¦s a la crisis en Pakist¨¢n (Sarah Caron, entre otros) o en Somalia (Pascal Maitre); a la violencia en el Congo (Dominic Nahr) o al narcotr¨¢fico en M¨¦xico (J¨¦r?me Sessini). Leroy asegura que no lo ha tenido f¨¢cil a la hora de seleccionarlas. "Nunca hab¨ªa visto una producci¨®n tan pobre como la de este a?o", a?ade. "Recibo unos 4.000 trabajos al a?o y 3.000 de ellos son mierda. No se trata de hacer s¨®lo buenas fotos: la informaci¨®n interesa cuando se presenta en su contexto".
Buscar ese contexto es para los fotoperiodistas de hoy dif¨ªcil, pero tambi¨¦n m¨¢s importante que nunca para proteger su estatus profesional en un mundo donde florecen Flickr y Fotolog. "Con lo digital, cualquiera se puede sentir fot¨®grafo", explica Devewer-Plana. "La diferencia s¨®lo se ve en el trabajo a largo plazo".
Hay reticencias, pero la Red ha puesto un pie en el Visa este a?o. Junto a los premios al mejor artista joven, que ha ganado Marcello Berrutti, un galard¨®n reservado a las mujeres, que se ha llevado Justyna Mielnikiewicz, y otra distinci¨®n al mejor reportaje humanitario que ha reca¨ªdo en Luca Catalana Gonzaga, este a?o se premiar¨¢ por primera vez al mejor webdocumental.
Y es que Internet es una oportunidad si se usa bien y de forma profesional, asegura Leroy. ?Y qu¨¦ papel tienen las aportaciones de ciudadanos an¨®nimos, como aquellos iran¨ªes que colgaron en la Red los retratos de la violencia contra las recientes protestas iran¨ªes? Leroy es tajante: "Una foto as¨ª nunca ser¨¢ expuesta en Perpi?¨¢n".

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