El 'botell¨®n' de Andy Schleck
El segundo del Tour hace de aguador, y la 'liebre' Henderson gana
Los hermanos Schleck son dos tipos, sin duda, simp¨¢ticos; de ¨¦sos que se hacen querer; divertidos, joviales. Especialmente, Andy, un luxemburgu¨¦s bromista que rompe los t¨®picos sobre los hier¨¢ticos centroeuropeos. Ayer, a falta de 50 kil¨®metros, descendi¨® hasta el coche de su director y se carg¨® de bidones de agua para sus compa?eros. All¨ª, junto al veh¨ªculo, vestido con el tricolor maillot de campe¨®n de su pa¨ªs, nadie habr¨ªa dicho que se trata de uno de los tres o cuatro mejores ciclistas del mundo, segundo este a?o en el Tour, sino del 149? en la Vuelta, el lugar que ocupa tras el despiste del domingo, cuando cedi¨® 30 segundos absurdos. ?Bonhom¨ªa, compa?erismo, humildad o la traducci¨®n gr¨¢fica del inter¨¦s con el que ha llegado a la ronda espa?ola? Nunca se sabe; con Andy, nunca se sabe.
Era la imagen de una jornada en la que la liebre se impuso al gallo. Un neozeland¨¦s de Dunedin, ciudad financiera, cultural y surfera y unas cuantas cosas m¨¢s, Henderson, pistard y rutero, curtido en Estados Unidos y hecho ciclista en Europa, se adjudic¨® un sprint al que acud¨ªa como lanzador de Greippel -"pero en el ¨²ltimo kil¨®metro mire atr¨¢s y no le v¨ª, as¨ª que me lanc¨¦ por mi cuenta", se excus¨®- y en el que rebas¨® a Bozic, que hab¨ªa atacado de lejos, y a Freire, demasiado retrasado para el ri?oneo enloquecido de sus rivales.
Dos im¨¢genes dispares de una etapa infestada de nuevo de rotondas e isletas, aunque esta vez no fueron trampas para los escarmentados corredores. Ni uno se fue al suelo a pesar de que los ¨²ltimos 10 kil¨®metros el pelot¨®n rod¨® a 50 kil¨®metros por hora con los equipos habituales en cabeza y la escapada rutinaria del d¨ªa, esta vez protagonizada por dos holandeses, Bloom y Hoogerland, y un espa?ol, Rosendo. El del Andaluc¨ªa se endilg¨® 175 kil¨®metros de fuga para acabar entregando la cuchara a 12 de la meta. Publicidad obliga, pero no parece que, a estas peque?as alturas de la carrera, ninguna aventura pueda llegar a su fin.
Y entre el triunfo de la liebre y el botell¨®n del relajado Andy se consumieron los ¨²ltimos kil¨®metros en Holanda, un pa¨ªs entregada al ciclismo y a la Vuelta que hoy ser¨¢ relevado por B¨¦lgica, donde la afici¨®n no es menor y se espera a Boonen con pasi¨®n. Aunque, visto lo visto, la revoluci¨®n en el sprint (Ciolek, Henderson, en ausencia de Cavendish) parece derrocar a los generales.
Freire, con media barba cinematogr¨¢fica, era la baza espa?ola, pero le falta un golpe de pedal. El resto de nuestros corredores siguen la indicaci¨®n machadiana de hacer camino al andar, aunque el camino se le complique especialmente al Euskaltel en espera del comunicado oficial de la UCI sobre el contraan¨¢lisis de Astarloza. Un estado de nervios que atenaza al equipo.
Y luci¨® el sol en Holanda. Y no llovi¨®. Y no hubo viento. Todo cambia.
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