Normalidad
Poco a poco la vamos alcanzando, aunque definirla puede costar un poco m¨¢s. El actual Gobierno vasco es noticia por lo que debe serlo: por cumplir la legalidad, buenas relaciones con las autonom¨ªas vecinas, disposici¨®n de colaboraci¨®n con el central,... Es lo normal, no es como el anterior Gobierno, que tanta noticia generaba -lo de hombre muerde a perro-, lo del Estado contra el Estado, porque el Gobierno vasco era Estado con Ibarretxe, y el autogolpe de soberanismo era una gran noticia por su surrealismo rayano con el disparatado dada¨ªsmo. En una palabra, uno puede ir relaj¨¢ndose un poquito.
Me dir¨¢n que ah¨ª todav¨ªa est¨¢n. El atentado de Mallorca, tan cruel por su est¨²pido fanatismo, nos lo recuerda. Pero ya no es lo que era. La impunidad va desapareciendo. Las calles tampoco son lo que eran, esa amenaza permanente de graffitis ensalzando el crimen m¨¢s horrendo, y a sus autores como h¨¦roes de esas aberraciones, van desapareciendo. Y el final de las fiestas patronales dejar¨¢n a nuestros gamberros pol¨ªticos sin espacios para hacer su botell¨®n pol¨ªtico-militar. Porque, adem¨¢s, el cambio pol¨ªtico en Euskadi ha dejado a los violentos sin muchas plataformas, muchos argumentos, muchas coartadas, muchos espacios, y sin el gran compa?ero, m¨¢s bien colegui, de viaje. Sigue siendo colegui, pero ya no manda tanto.
Y tambi¨¦n con el languidecer del verano, con los d¨ªas m¨¢s cortos, aunque el calor nos enga?e, con nuestra presencia en el afortunado trabajo -bienaventurado el que lo tiene- nos reafirmamos en que ya estamos en la normalidad, en la cotidianidad del tajo y de los problemas de todo el a?o. Con la mente de nuevo en el seguir resistiendo y superando esta crisis c¨ªclica del capitalismo que ya denunciaran los te¨®ricos, pero que a nosotros, que no sabemos bien sus razones, nos asusta. Porque las crisis siempre la hemos pagado los mismos. Pero esta vez tambi¨¦n seremos los mismos los que la superaremos, y les sacaremos a los dem¨¢s las casta?as del fuego, para que vayan a veranear a Marbella, con yate incluido. Nosotros nos conformamos con nuestro trabajo y que nos jubilen dignamente.
Normalidad, divino tesoro. Los sufridos del pa¨ªs, que somos la mayor¨ªa, que hemos padecido el poder y somos desconfiados gen¨¦ticamente porque lo hemos padecido todo, desde las levas que hac¨ªan los romanos al aviso de subida de impuestos de los de ahora, pasando por el plato ¨²nico del Auxilio Social, y cuyo himno debiera ser "Virgencita que nos dejen como est¨¢", volveremos a sacar esto de la crisis, y volveremos a veranear, y ETA no estar¨¢, y las fiestas ser¨¢n en paz a poco que siga esta t¨®nica de normalidad. ?O no?
Quiz¨¢s quede que la Vuelta Ciclista a Espa?a pueda pasar por Euskadi como lo hace por Holanda. Y entonces ya estaremos en la normalidad. Es la ¨²nica cosa que queda por ir resolviendo, pero resulta que los promotores de esos eventos no suelen tener el buen ¨¢nimo que nosotros hoy poseemos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.