Que se mueran los guapos
Cinco millones de personas se acostaron de madrugada para ver el cap¨ªtulo final de la ¨²ltima temporada de Los hombres de Paco, en el que, por fin, Sara (Michelle Jenner) se decid¨ªa entre Lucas (Hugo Silva) y Aitor (Mario Casas). Al d¨ªa siguiente de su emisi¨®n, ni Silva est¨¢ muy satisfecho con el resultado final ni parece que tenga muchas ganas de hablar de Lucas, el personaje que le ha convertido en una estrella. "No pod¨ªa seguir. La serie me ha dado mucho, pero tres a?os son demasiados. Yo mismo me daba cuenta de que mi nivel de exigencia hab¨ªa ca¨ªdo y no me ve¨ªa bien. Mi marcha de 'los pacos' es definitiva..", comenta en el hotel donde se aloja.
Estamos en Jaca, en el Pirineo aragon¨¦s. Hugo Silva rueda aqu¨ª, junto a Carmen Machi y Javier C¨¢mara, la comedia Que se mueran los feos. Es evidente que al actor 'bermudas, camiseta y chanclas' no le interesa charlar sobre el mundo del famoseo ni sobre su condici¨®n de llenaportadas de revistas para quincea?eras. Quiere centrarse en Agallas, donde comparte protagonismo con Carmelo G¨®mez. Est¨¢ orgulloso de esta pel¨ªcula. Se nota que pretende dar un salto en su carrera. Y para ello tira del cl¨¢sico discurso de quienes tratan de demostrar que son algo m¨¢s que el mito er¨®tico de una generaci¨®n. La idea es pasar de una vez a la liga de actores serios, si es que este concepto significa algo.
"Si mi credibilidad dependiera de si salgo o no en la tele, estar¨ªa perdido"
Agallas es una pel¨ªcula oscura, con tintes de cine negro, sin vencedores y con muchos vencidos. En la primera parte, este madrile?o de 32 a?os aparece con los dientes mellados y una melenilla dise?ada por su peor enemigo. ?Realmente es necesario salir feo para demostrar que se es un buen int¨¦rprete? "Te prometo que todas las caracter¨ªsticas f¨ªsicas estaban en el gui¨®n. Yo no lo ped¨ª, pero claro que estaba encantado. Lo que me gusta es disfrazarme y tener un personaje lo m¨¢s alejado de m¨ª".
El g¨¢nster de medio pelo que interpreta en el filme, dirigido por Samuel Mart¨ªn Mateos y Andr¨¦s Luque P¨¦rez, procede de un barrio marginal no muy distinto de donde se cri¨® Silva. "No me gusta decirlo, porque suena como si alardeara, pero la verdad es que es bastante duro. Yo viv¨ªa en San Blas, uno de los centros de la droga en Madrid en los a?os ochenta, y crec¨ª viendo gente muerta en los bancos, atracadores con el monazo que no se pod¨ªan ni tener en pie. Aunque entonces no lo ve¨ªa tan tremendo. Era como un juego, ten¨ªas que correr cuando ve¨ªas al yonqui para que no te quitara las playeras. Y cuando volv¨ªa colocado, ¨¦ramos los ni?os los que le humill¨¢bamos a ¨¦l", cuenta en el jard¨ªn del hotel.
Silva estudi¨® electricidad por la sencilla raz¨®n de que el instituto de formaci¨®n profesional estaba al lado de su casa. Trabaj¨® con cables y enchufes, pero siempre con la obsesi¨®n de ser actor. ?Me colaba en todos los rodajes que ve¨ªa. Una vez me sali¨® una figuraci¨®n en Cr¨®nicas marcianas y mont¨¦ un show en el curro para que me dieran la baja. Evidentemente, mi jefe me vio en la tele, no se lo tom¨® nada bien y dej¨¦ el trabajo de electricista?, recuerda.
Tras su paso por series como Al salir de clase y Paco y Veva, lleg¨® la popularidad masiva gracias al poli Lucas. "Aunque a ¨¦l no le guste o no se lo acabe de creer, Hugo es m¨¢s que un buen actor, es una estrella en el sentido hollywoodiense. Es una pena que este concepto est¨¦ tan minusvalorado en Espa?a porque se refiere a los que son capaces de encarnar personajes con los que una gran mayor¨ªa puede identificarse, admirar y emocionar", dice David Molina, que le ha dirigido en las siete temporadas de Los hombres de Paco.
"Ha hecho un prota maravilloso en la serie. Pero ahora quiere volcarse en pel¨ªculas m¨¢s interesantes. Adem¨¢s, a cualquiera le habr¨ªa agobiado el fen¨®meno en el que se convirti¨® Hugo, con las ni?as, las revistas y esas cosas. Lleg¨® un momento en el que no pod¨ªa pasar delante de un colegio", cuenta su compa?ero y amigo Aitor Luna. "Muchas veces, los m¨¢s educados en su forma de acercarse eran los adolescentes. Hay padres much¨ªsimo peores", matiza el propio Silva.
En los ¨²ltimos meses ha encadenado el teatro, dirigido por Tomaz Pandur en Hamlet, con uno de los 'escasos' taquillazos que ha dado este a?o el cine espa?ol, Mentiras y gordas. Del primer proyecto guarda un recuerdo ambivalente. "Lo pas¨¦ muy mal. Reconozco que tuve ansiedad. Hac¨ªa mucho que no me sub¨ªa a un escenario y, de repente, lo hac¨ªa con la mejor obra de todos los tiempos, uno de sus personajes m¨¢s importantes y con los dos mejores actores que hacen teatro en Espa?a: Asier Etxeand¨ªa y Blanca Portillo. Sab¨ªa que, viniendo de la tele, iba a ser dif¨ªcil convencer a mucha gente".
Las flores que lanza a su amigo Etxeand¨ªa viajan en las dos direcciones. "No voy a ser parcial porque lo quiero con locura, como a un hermano", avisa antes de empezar. "Hugo tiene algo innato, una luz propia que hace que todo le salga bien, que todo parezca sencillo. Aunque le cueste. Me acuerdo de ¨¦l, minutos antes de estrenar Hamlet, gritando por los camerinos: "Me cago, me cago", porque es verdad que estaba acojonado. Gracias a su nobleza, no s¨®lo tendr¨¢ ¨¦xito en la vida, sino que, adem¨¢s, ser¨¢ feliz". Juntos vieron la exposici¨®n de Francis Bacon en el Museo del Prado. "Flip¨¦, pero los cuadros me atacaron al sistema nervioso y me qued¨¦ con el est¨®mago revuelto. Asier quer¨ªa que fu¨¦ramos a otro sitio y yo le dec¨ªa que necesitaba salir a la calle. Ver la vida".
Descalzo, dejando ver un tatuaje en el pie, da su visi¨®n del cine espa?ol actual. "A lo mejor soy muy ingenuo, pero parece que por fin empieza a funcionar, con pelis como Mentiras y gordas o Fuga de cerebros. No todo tiene que ser cine social. Hacen falta esos taquillazos para que se puedan hacer otro tipo de pel¨ªculas que a m¨ª, como espectador, me motivan m¨¢s".
Y del trabajo a lo que m¨¢s le cuesta hablar: de ¨¦l y su relaci¨®n con la fama. "Me jode mucho que saquen a mi familia en las revistas y les falten al respeto. Casi todo lo que se ha dicho de m¨ª es mentira. El otro d¨ªa ped¨ª ayuda a la dependienta en una droguer¨ªa. D¨ªas m¨¢s tarde paso por ah¨ª y la chica me ense?a una revista que la presentaba como mi novia, y a la se?ora de la cola, como mi suegra. Ella me dec¨ªa: "Es que esto es mentira. Soy una persona normal". Mi respuesta era que tambi¨¦n yo soy normal. Es un mundo aparte e incontrolable, que la ley ampara por eso del derecho a la informaci¨®n. Se dedican a vender mierda para que otros se la coman. Lo ¨²nico bueno es que al d¨ªa siguiente hace falta m¨¢s mierda y se olvida la antigua".
?No es el impuesto que hay que pagar por dedicarse a esto? "No, es el impuesto que tengo que pagar por c¨®mo es el ser humano, no por mi trabajo", responde muy serio. M¨¢s preguntas que no gustan al int¨¦rprete: ?tiene miedo de que, cuando ya no aparezca todas las semanas por televisi¨®n, pueda pasar al olvido, como ha ocurrido con otras estrellas que se han ido apagando? "Llevo un a?o sin salir en la tele. Si mi credibilidad dependiera de si aparezco ah¨ª o no, estar¨ªa perdido. Me tendr¨ªa que dedicar a otra cosa".
Agallas se estrena hoy en toda Espa?a.
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