Rossi se hace fuerte en casa
Lorenzo, segundo, incapaz de impedir que el italiano consiga su sexta victoria de la temporada
Con el taller de Yamaha en llamas por la explosiva rivalidad que hay entre Valentino Rossi y Jorge Lorenzo, el Gran Premio de San Marino se planteaba como el escenario perfecto para que los dos pilotos m¨¢s r¨¢pidos del panorama motero volvieran a medir sus fuerzas y libraran otro mano a mano de alto voltaje como el que mantuvieron en Montmel¨®. El rosco de Rossi en Indian¨¢polis combinado con la victoria que logr¨® all¨ª Lorenzo reactiv¨® el Mundial, y el circuito de Misano, a escasos diez kil¨®metros de la casa de Il Dottore en Tavullia, ten¨ªa que jugar un papel determinante a su favor. La marea amarilla abrig¨® a su h¨¦roe y le permiti¨® hacerse fuerte, imbatible durante todo el fin de semana, y le llev¨® en brazos, directo hacia su sexta victoria de la temporada. Esta vez Lorenzo se qued¨® corto, termin¨® el segundo por delante de Dani Pedrosa, y confirm¨® algo que se percibi¨® tras las sesiones de ensayos: Rossi era inalcanzable.
Entre una marea amarilla, Valentino se lo llev¨® todo: 'pole', vuelta r¨¢pida, triunfo...
"Cuando no eres r¨¢pido, hay que saber cerrar el acelerador", reflexion¨® Lorenzo
Con su Yamaha colocada en la pole position, el 46 sali¨® de forma calamitosa, vio c¨®mo Pedrosa le arrancaba los adhesivos, El¨ªas le ganaba la primera frenada y Lorenzo le superaba antes del primer paso por meta. "En ese momento ten¨ªa problemas porque la moto iba muy cargada de gasolina", reconoci¨® despu¨¦s. Colocado el cuarto, rod¨® a medio r¨¦gimen, sin hacer locuras (?Indian¨¢polis!), para dar tiempo a que sus neum¨¢ticos se calentaran. Llegado el momento (quinta vuelta), se zamp¨® a El¨ªas y a Lorenzo en dos frenadas y se fue a por Pedrosa, que le abri¨® la puerta al entrar largo en una curva a la derecha (en la octava), y le dej¨® el camino despejado para que pudiera campar a sus anchas. Asomado al frente del pelot¨®n y con la alianza de Pedrosa, que contuvo a Lorenzo durante seis vueltas, Rossi identific¨® el momento, intensific¨® su ritmo y se larg¨® como un disparo. Una vez que el mallorqu¨ªn super¨® al catal¨¢n, en el mismo sitio y gracias a otro error de c¨¢lculo del de Honda (vuelta 14), Giorgio se encontraba a un segundo y medio de su compa?ero. El 99 forz¨® la m¨¢quina y, cuando lo hizo, se le aparecieron los fantasmas de Jerez y de la Rep¨²blica Checa, donde jug¨® con fuego y termin¨® en el suelo, cabreado como una mona, por no haberse conformado con el podio cuando no estaba en condiciones de pelear por mayores cotas. Aprendida la lecci¨®n a base de tortas, Lorenzo rod¨® la segunda parte de la prueba en persecuci¨®n de Rossi, m¨¢s para presionarle y tratar de llevarlo a cometer un descuido que para tratar de adelantarle. Escaldado por el revolc¨®n que se dio en Estados Unidos, el vigente campe¨®n del mundo se limit¨® a mantener distancias, con tres o cuatro d¨¦cimas en el bolsillo, a la espera de tener que emplearlas. Al final no tuvo que hacerlo porque Lorenzo no fue el de otras ocasiones, no fue el matador de Jap¨®n o Le Mans, aquel irreverente chaval de 22 a?os que en una temporada y media, 31 carreras, se ha atrevido a cuestionar la autoridad del mejor piloto de todos los tiempos dentro de un contexto tan controvertido como es el equipo Yamaha, una escuder¨ªa que Rossi recuper¨® de la miseria cuando decidi¨® dejar Honda hace ya casi seis a?os y que ahora es la envidia del paddock.
"Cuando sientes que no eres r¨¢pido, hay veces en las que tienes que saber cerrar el acelerador", reflexion¨® Lorenzo, que las pas¨® canutas antes de poder adelantar a Pedrosa. A pesar de la manifiesta superioridad mec¨¢nica de las Yamaha, que ayer firmaron su quinto doblete del curso, los mec¨¢nicos del balear no terminaron de dar con la tecla que le permitiera a su piloto medirse con Rossi, que se fue a casa con un hat trick (pole, victoria y vuelta r¨¢pida), y tras haber sido el m¨¢s r¨¢pido en todas las sesiones de ensayos. "Ha sido un fin de semana perfecto porque sab¨ªa que estaba bien, que era r¨¢pido", resumi¨® el italiano, que celebr¨® la victoria con unas orejas de burro de peluche en la cabeza, en referencia al desliz que tuvo el domingo pasado. Entonces, la marca de los diapasones confirm¨® la renovaci¨®n de Lorenzo por un a?o, un acuerdo que Rossi, que tambi¨¦n termina contrato a finales de 2010, considera una ofensa. Parece mentira que Yamaha no sepa, por su propio bien, que no es bueno tenerle cabreado.
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