Nuevos aires para la e¨®lica en Euskadi
En el prime time de la cadena de televisi¨®n ultraconservadora Fox de Estados Unidos y en numerosos medios controlados por el imperio medi¨¢tico de Rupert Murdoch, en el que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar es consejero, se le otorgaba hace escasas semanas un inusual protagonismo a un economista espa?ol, Gabriel Calzada, poco conocido fuera de los c¨ªrculos m¨¢s neoliberales de este pa¨ªs. El presidente del Instituto Juan de Mairena, centro de pensamiento pr¨®ximo a la FAES y a Libertad Digital, desplegaba toda su arsenal de invectivas para desprestigiar el desarrollo de las renovables en Espa?a. Hac¨ªa poco tiempo, el presidente Obama hab¨ªa puesto a nuestro pa¨ªs como referencia en el tema de las renovables. El mensaje era corrosivo. Asociaba energ¨ªas renovables con desempleo.
La sensibilidad social sobre el emplazamiento de los parques ha cambiado sustancialmente
?Qu¨¦ tiene que aprender sobre energ¨ªas renovables Estados Unidos, ven¨ªa a decir nuestro economista, de un pa¨ªs como Espa?a que presenta un 18% de paro? El dardo era envenenado. Entre los da?os colaterales producidos por la campa?a de desprestigio est¨¢ el retroceso en el posicionamiento que las empresas espa?olas presentaban en el mercado norteamericano, en un momento en que Obama anunciaba la inversi¨®n de 100.000 millones de d¨®lares en renovables y eficiencia energ¨¦tica en los pr¨®ximos 10 a?os. ?C¨®mo entender ese desatino? Muy sencillo. Desde el momento en el que el presidente de los Estados Unidos ha anunciado que es una cuesti¨®n de seguridad nacional para su pa¨ªs ir abandonando la dependencia del petr¨®leo y que es preciso caminar hacia una econom¨ªa energ¨¦ticamente eficiente y m¨¢s baja en carbono, la poderosa industria del petr¨®leo norteamericana, con ExxonMobil a la cabeza, ha visto que las amenazas a su negocio en el medio y largo plazo por parte de las fuentes de energ¨ªa renovables son reales y ha comenzado a mover sus fichas.
En el a?o 2008, las renovables han supuesto el 20% de la electricidad consumida en Espa?a. Somos el primer pa¨ªs europeo en energ¨ªa termoel¨¦ctrica, el segundo en e¨®lica y fotovoltaica y el tercero en mini-hidr¨¢ulica, lo que nos convierte en un referente internacional en el sector emergente de las energ¨ªas renovables. Al finalizar el a?o 2008, las renovables ten¨ªan una potencia instalada en el conjunto del Estado de 31.101 MW y generaban 73.900 empleos directos. La e¨®lica presentaba una potencia instalada de 16.549 MW, encamin¨¢ndose hacia los 20.000 MW en el a?o 2010. Esa fuente de energ¨ªa evit¨® la importaci¨®n el pasado a?o de 15 millones de toneladas equivalentes de petr¨®leo y la emisi¨®n de 18 millones de toneladas de CO2 a la atm¨®sfera. El sector, formado por unas 700 empresas, genera 38.000 puestos de trabajo y un I+D+i de 175 millones anuales.
En Euskadi, sin embargo, el despliegue de la energ¨ªa e¨®lica previsto en la planificaci¨®n energ¨¦tica del anterior Gobierno ha fracasado. Los 624 MW planificados para el a?o 2010 van a quedarse en apenas 153 MW. El desarrollo de la energ¨ªa e¨®lica contemplado en el Plan Territorial Sectorial (PTS) respectivo ha chocado con la sensibilidad de un pa¨ªs que, de manera mayoritaria, quiere preservar los escasos espacios naturales que todav¨ªa conservan una cierta naturalidad, lo que dada nuestra orograf¨ªa significa preservar sus cordales monta?osos, especialmente aquellos que presentan singulares valores ecol¨®gicos y natural¨ªsticos. Buena parte de los parques previstos en el anterior PTS incid¨ªan directamente en espacios de la red Natura 2000.
El PTS e¨®lico se aprob¨® por el Gobierno en 2002 pero sus directrices y criterios se establecieron a?os antes, a partir de 1998. En la d¨¦cada transcurrida desde entonces, la sensibilidad social respecto a los emplazamientos de los parques e¨®licos ha cambiado sustancialmente, haci¨¦ndose mucho m¨¢s exigente respecto a la necesaria preservaci¨®n de los espacios naturales y la biodiversidad. No haberlo entendido a tiempo fue un serio error de los responsables pol¨ªticos del anterior Gobierno. La paralizaci¨®n del proyecto de Ordunte en Vizcaya no fue algo coyuntural, casi anecd¨®tico, como lo interpretaron los responsables del Departamento de Industria del tripartito. Era la punta de un iceberg de desacuerdo social e institucional de gran calado, que acabar¨ªa anegando la propia viabilidad del plan.
El Parlamento surgido de las pasadas elecciones de marzo solicit¨® recientemente al Gobierno vasco, por unanimidad de sus fuerzas pol¨ªticas, la paralizaci¨®n de los procedimientos administrativos en curso para nueve nuevos parques y mini-parques e¨®licos. El Gobierno ha confirmado a trav¨¦s del responsable del Departamento de Industria su paralizaci¨®n y ha anunciado la preparaci¨®n de un nuevo plan territorial sectorial e¨®lico, el segundo PTS (el PTS 2.0), sobre la base de principios y criterios renovados. En esa direcci¨®n, el Gobierno vasco ha anunciado la intenci¨®n de forjar un amplio acuerdo pol¨ªtico e interinstitucional que permita y favorezca desplegar el potencial e¨®lico de este pa¨ªs, en condiciones de respeto a la biodiversidad y a la preservaci¨®n de los sistemas naturales m¨¢s valiosos. Al mismo tiempo y de manera complementaria, ha sentado las bases para una ambiciosa iniciativa de posicionamiento de la industria vasca en el tema de las renovables.
Euskadi cuenta con un tejido tecnol¨®gico, industrial y financiero de primer nivel -Iberdrola, Gamesa, Petronor, MCC, Sener, Guascor, Tecnalia, IK4, IDOM, el propio EVE y el CIC EnergyGune; entidades financieras como el BBVA o la BBK, que participan en el cluster de la energ¨ªa- para convertirse en una referencia en el ¨¢mbito de las renovables. Navarra es ya una regi¨®n l¨ªder en ese ¨¢mbito, por lo que tendr¨ªa mucho sentido que el propio lehendakari Patxi L¨®pez propusiera una alianza estrat¨¦gica a largo plazo con la comunidad aut¨®noma vecina para promover un espacio europeo de referencia en energ¨ªas renovables, liderando en ese ¨¢mbito al conjunto de Espa?a.
Esa transici¨®n y ese posicionamiento pasa en el Pa¨ªs Vasco por forjar un pacto de pa¨ªs a favor de la energ¨ªa e¨®lica y las renovables en el que participen las fuerzas pol¨ªticas parlamentarias, las Juntas Generales y sus diputaciones, las capitales y Eudel. En mi opini¨®n, ese pacto s¨®lo ser¨¢ posible si desde el Gobierno se apuesta porque los espacios naturales protegidos, la red Natura 2000, los biotopos y los enclaves que acogen poblaciones biol¨®gicas en situaci¨®n de riesgo queden preservados de desarrollos e¨®licos. Asimismo, aquellos parajes cuyo valor paisaj¨ªstico presente una gran singularidad. Es cierto que ese criterio conservacionista supondr¨ªa sacar de la planificaci¨®n bastantes enclaves que cuentan con recurso viento, pero es la condici¨®n que revelan las preferencias sociales e institucionales. Una estrategia inteligente lo tendr¨ªa en cuenta, ya que de lo contrario nos volveremos a encontrar con un fen¨®meno nimby generalizado.
Antxon Olabe es analista ambiental y socio de Naider.
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