La ciencia en Espa?a en tiempos de crisis
Hacer recortes presupuestarios en investigaci¨®n cient¨ªfica minar¨ªa la credibilidad del Gobierno y ser¨ªa un error estrat¨¦gico. Nuestra econom¨ªa no tiene otra soluci¨®n que promover actividades de alto valor a?adido
La crisis econ¨®mica se prolonga y las acciones que los Gobiernos llevan a cabo para salir cuanto antes de ella y para paliar el paro que se crea producen un d¨¦ficit en los presupuestos que las Administraciones tratan de reducir. En Espa?a esta situaci¨®n es especialmente grave por los altos n¨²meros del desempleo en nuestro pa¨ªs y hay un reconocimiento general de que se requiere austeridad en el gasto p¨²blico. Las noticias que llegan acerca de donde se van a efectuar los recortes presupuestarios parecen indicar que pueden afectar gravemente al presupuesto del Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n. Un recorte anterior ya afect¨® a este departamento, as¨ª que, si esta noticia se confirma, el efecto sobre la ciencia espa?ola, que depende en gran medida de las acciones p¨²blicas, puede ser grave. Al mismo tiempo revelar¨ªa una grave incoherencia en la pol¨ªtica del actual Gobierno y una se?al err¨®nea sobre la direcci¨®n en la que se tiene que buscar una salida a la crisis en nuestro pa¨ªs.
Como dice Obama, en tiempos de crisis es cuando hay que tomar decisiones que abran el futuro
Es imprescindible aumentar el nivel educativo y tecnol¨®gico de nuestro pa¨ªs
La creaci¨®n de un sistema moderno de ciencia en Espa?a ha ido paralela a la formaci¨®n de nuestro sistema democr¨¢tico y a la modernizaci¨®n de nuestra econom¨ªa. No es una casualidad que el impulso a la investigaci¨®n cient¨ªfica que hemos vivido en los ¨²ltimos a?os proceda de la Ley de la Ciencia de 1985, que coincide casi en el tiempo con la entrada de Espa?a en la Uni¨®n Europea en 1986. La nueva Ley, junto con la entrada de dinero fresco con la creaci¨®n del Plan Nacional, cre¨® una nueva cultura de la que hemos estado viviendo hasta este momento. Este impulso se detuvo en los a?os noventa y los Gobiernos del Partido Popular plantearon pocas alternativas entre las que cabe se?alar la creaci¨®n de un Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa que durante sus cuatro a?os de vida no tuvo suficiente apoyo ni continuidad. Sin embargo, las iniciativas que se plantearon en aquel momento dejaron claro que era necesario un nuevo impulso econ¨®mico y legislativo para conseguir una ciencia competitiva en nuestro pa¨ªs.
La primera legislatura socialista del periodo actual incluy¨® en su discurso el apoyo a la investigaci¨®n como clave de la modernizaci¨®n de Espa?a. Efectivamente, durante aquel periodo se dio un aumento significativo de los fondos dedicados a la ciencia, aunque no hubo avances efectivos en la definici¨®n de un nuevo marco legislativo. Con el aumento de la actividad cient¨ªfica y su creciente calidad se fue demostrando que el marco administrativo en el que se mueve la ciencia espa?ola ha quedado obsoleto. El estatus de funcionario de muchos investigadores y las normas de gesti¨®n de proyectos y centros impiden un uso eficaz de los recursos, una relaci¨®n f¨¢cil y transparente con el entorno industrial e incluso un control ¨¦tico de la actividad.
Por ello se ha ido planteando en las ¨²ltimas legislaturas la necesidad de una nueva Ley de la Ciencia que deber¨ªa abordar al menos algunas de estas cuestiones. Hay un borrador de la Ley que ha circulado y que incluye un planteamiento parcial de las reformas de nuestro sistema de ciencia y tecnolog¨ªa. Ya lleva un retraso de varios meses y su presentaci¨®n en el Parlamento en las pr¨®ximas semanas puede no estar asegurada.
Todo ello puede quedar truncado si justamente se efect¨²an recortes presupuestarios importantes en el apoyo a la investigaci¨®n cient¨ªfica. El actual nivel de la actividad cient¨ªfica, todav¨ªa insuficiente, dif¨ªcilmente podr¨ªa sostenerse. Pero adem¨¢s no se podr¨ªa plantear una reforma del sistema.
Hay cuestiones de fondo que deben reformarse como es el sistema de contrataci¨®n, y para que todo esto sea realizable los cambios necesitar¨¢n nuevos fondos para ser llevados a cabo. Pero sobre todo se estar¨ªa incumpliendo un compromiso del Gobierno lo que implicar¨¢ una grave crisis de credibilidad y se estar¨ªa dando un mensaje equivocado.
Los an¨¢lisis sobre las mayores dificultades que sufre la econom¨ªa espa?ola en el entorno internacional para salir de la crisis indican que el modelo de crecimiento espa?ol ha estado basado excesivamente en actividades de poco valor a?adido y que la productividad no ha crecido suficientemente durante los periodos de bonanza. Si se quiere que estos par¨¢metros sufran cambios significativos es imprescindible aumentar el nivel educativo y tecnol¨®gico del pa¨ªs en general y de las industrias en particular y esto requiere de la existencia de una investigaci¨®n potente y de calidad.
Al reducir los presupuestos en este cap¨ªtulo se estar¨ªa no solamente truncando una tendencia positiva en nuestra ciencia sino que se enviar¨ªa un mensaje equivocado respecto a como se puede salir de la crisis e incoherente, adem¨¢s, con los programas pol¨ªticos planteados.
El pasado 27 de abril, el presidente norteamericano, Barack Obama, se dirigi¨® al plenario de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos. En su discurso anunci¨® que su Administraci¨®n dedicar¨ªa una atenci¨®n especial a la ciencia que hab¨ªa sido maltratada durante las Administraciones republicanas anteriores. Durante el periodo de los Gobiernos de George W. Bush los presupuestos hab¨ªan sido congelados y, adem¨¢s, algunos informes cient¨ªficos sobre temas de importancia como el cambio clim¨¢tico hab¨ªan sido falseados.
En la justificaci¨®n de sus decisiones el nuevo presidente cit¨® un discurso pronunciado por Abraham Lincoln, a quien Obama recurre frecuentemente. El discurso lo pronunci¨® Lincoln en un momento especialmente incierto de la Guerra de Secesi¨®n. En aquel momento tom¨® la decisi¨®n de fundar la Academia de Ciencias y una red de universidades agr¨ªcolas que ha sido muy importante en el desarrollo de la potente agricultura norteamericana. Para Obama es justamente en tiempos de crisis cuando hay que tomar las decisiones que marcar¨¢n el futuro. De hecho, ha anunciado que Estados Unidos dedicar¨¢ a investigaci¨®n m¨¢s del 3% de su producto interior y ya en 2009 ha habido aumentos en los presupuestos de investigaci¨®n, que en alg¨²n caso hasta se han doblado. Tambi¨¦n anunci¨® decisiones para estimular la calidad en la ense?anza de las ciencias a los j¨®venes, algo en lo que tanto en Estados Unidos como en Espa?a se ha ido retrocediendo en los ¨²ltimos tiempos.
En Espa?a estamos lejos de los Estados Unidos en inversi¨®n en investigaci¨®n. Por ahora no vamos a llegar al 2% del PIB y parece que tambi¨¦n nos quedamos lejos en los niveles de decisi¨®n pol¨ªtica. La actual legislatura comenz¨® con la creaci¨®n del Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n que tuvo dificultades en ponerse en marcha y que al poco m¨¢s de un a?o de existencia sufri¨® una profunda reforma en su estructura. Si en este momento se recorta su presupuesto, tanto en sus acciones de financiaci¨®n de la investigaci¨®n como en sus acciones de reforma van a estar en dificultades.
Pero al mismo tiempo ni se estar¨ªa dando un mensaje de coherencia en la acci¨®n del Gobierno ni se demostrar¨ªa que se est¨¢ trabajando para que el nuevo ciclo econ¨®mico abra las puertas a una econom¨ªa de bases m¨¢s s¨®lidas y correspondientes al entorno europeo que la que ten¨ªamos hasta la fecha.
El discurso de finales del pasado abril del presidente Obama termina con una cita de su predecesor John Kennedy cuando tambi¨¦n se dirigi¨® a la Academia de Ciencia. Dijo Kennedy entonces: "En el reto est¨¢ nuestra salvaci¨®n". La forma como se superan los retos en tiempos de dificultad es lo que acaba marcando el futuro.
Pere Puigdom¨¨nech es profesor de Investigaci¨®n del CSIC.
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