Litto Nebbia nunca mira atr¨¢s
Disculpa, Litto baja enseguida, pero es que le vino una canci¨®n. Una melod¨ªa bell¨ªsima". Quien habla es ?lex de Luca, la mujer de Litto Nebbia, en el portal de unos apartamentos del barrio madrile?o de Salamanca. Los proleg¨®menos de esta entrevista se ajustan as¨ª a uno de los t¨®picos que rodean a este m¨²sico: lo prol¨ªfico de su arte, su permanente estado de vigilia compositiva. Tiene escritas bastantes m¨¢s de mil canciones y supera ampliamente los cien ¨¢lbumes. "Las canciones vienen solas. Se me ocurren cosas todo el tiempo", explica sonriente cuando baja. No ha tra¨ªdo grabadora en este viaje y la canci¨®n que ha "llegado" esta ma?ana la ha estado transcribiendo a papel pautado, de ah¨ª la demora.
"Nunca me gust¨® que me pusieran una etiqueta, porque cuando te la ponen es como si despu¨¦s no pudieras hacer otra cosa"
Litto Nebbia (Rosario, Argentina, 1948) no hace gala de su estatus de leyenda de la m¨²sica popular en nuestro idioma, y podr¨ªa, pues su curr¨ªculo apabulla: a los 16 a?os grab¨® con el grupo Los Gatos Salvajes, sent¨® las bases del "rock nacional" argentino -o rock de autor en castellano- en 1967 con Los Gatos, para los que escribi¨®, junto a Tanguito, y en los lavabos de La Perla del Once -uno de los locales que sustentan la mitolog¨ªa rock de aquel pa¨ªs-, ese himno fundacional llamado La balsa, del que se vendieron en tiempo real 200.000 copias. Tras cinco discos con el grupo, inici¨® una carrera solista que ha estado marcada por una b¨²squeda constante: defini¨® la canci¨®n urbana, se aproxim¨® al folclore, prob¨® la improvisaci¨®n jazz¨ªstica aplicada al rock, firm¨® inmensas canciones que forman parte de la memoria popular argentina, se empap¨® de funk, escribi¨® bandas sonoras, m¨²sica para orquesta sinf¨®nica y canciones infantiles, se ali¨® con m¨²sicos brasile?os y uruguayos, grab¨® una soberbia trilog¨ªa en la que reley¨® a su aire el cancionero Beatle, y ¨²ltimamente se ha adentrado en el blues junto al tr¨ªo La Luz -banda vers¨¢til creada a su medida-. Adem¨¢s, este m¨²sico culto y completo produce y arregla discos de otros -por ejemplo, El palacio de las flores, de Andr¨¦s Calamaro- y, persiguiendo la libertad art¨ªstica completa, desde hace m¨¢s de veinte a?os mantiene su propio estudio de grabaci¨®n y discogr¨¢fica, Melopea Discos. Sello fundamental en los a?os noventa para el resurgir del tango, desde donde recuper¨® a tres de las glorias del g¨¦nero olvidadas en aquellos tiempos -Enrique Cad¨ªcamo, Virgilio Exp¨®sito y Roberto Polaco Goyeneche- y descubri¨® a nuevos y tan s¨®lidos valores como Adriana Varela o, ahora mismo, a los j¨®venes afincados en Madrid Mariel Mart¨ªnez y Alejandro Picciano, a los que ha producido su notable estreno.
Litto Nebbia es, en fin, tan torrencial y polifac¨¦tico como imposible de ajustar a un estilo: ¨¦l es, en s¨ª mismo, un g¨¦nero. "Para m¨ª, la m¨²sica es s¨®lo una", comenta, "lo ¨²nico que divide la m¨²sica es la gente: hay gente que toca como el culo y gente que toca bien; hay gente que tiene buen gusto, y gente que no. Cuando me meto en algo trato de mostrarme de manera natural. Me met¨ª mucho a producir tango, pero no quiero convencer a nadie de que vengo del tango ni de que soy un tanguero. Si uno ama una m¨²sica que no le pertenece de ra¨ªz, tiene que ilustrarse en la tem¨¢tica de esa m¨²sica para poder tocar algo con el estilo personal de uno, humildemente y sin ofender a esa m¨²sica, tratando de hacer algo creativo. Porque qu¨¦ sentido tiene, para la humanidad o para m¨ª mismo, que haga un tango id¨¦ntico a como era, ?no sirve para nada!". En todo caso, y pese a sus giros estil¨ªsticos, que en ocasiones pueden haber despistado a muchos, su impronta personal siempre ha permanecido indeleble, y ¨¦l sigue consider¨¢ndose parte del rock: "S¨ª, sin duda. Lo que nunca me gust¨® es que me pusieran una etiqueta, porque cuando te la ponen es como si despu¨¦s no pudieras hacer otra cosa".
En Madrid, en el verano de 2008, ultim¨® la grabaci¨®n de su m¨¢s reciente disco, So?ando barcos. Un trabajo que nace de ese entusiasmo, casi inconsciente que, cumplidos 60 a?os, es su fuerza: recibi¨® un correo electr¨®nico del letrista salmantino Juan Mari Montes, al que no conoc¨ªa de nada, present¨¢ndose como admirador suyo. Montes lleva dos d¨¦cadas firmando textos de canciones para gente tan dispar como C¨®mplices, Loquillo, Jos¨¦ Merc¨¦, Los Chichos, Hilario Camacho o el D¨²o Din¨¢mico. "Me envi¨® cinco letras", recuerda Nebbia, "y al rato me puse con el piano y musicalic¨¦ dos de ellas de un tir¨®n. Si mal no recuerdo, Si te vas y Botellas vac¨ªas. Hice una maqueta en mi casa y se la envi¨¦ en mp3. Como le gustaron mucho, me envi¨® m¨¢s textos, y pas¨® lo mismo, segu¨ª musicaliz¨¢ndolos. Finalmente, en un par de meses llegu¨¦ a tener catorce canciones. Sus letras son muy sensibles y est¨¦ticas. Es la primera vez que me ocurre algo as¨ª... escribir tantas canciones con alguien a quien no conozco personalmente". Una de esas canciones, Si te vas, acab¨® siendo interpretada por Ana Bel¨¦n en su ¨²ltimo ¨¢lbum.
Montes le pas¨® las maquetas de esos temas al m¨²sico y productor Paco Ortega y ¨¦ste, entusiasmado, se ofreci¨® a producir un disco con ese material. As¨ª comenz¨® a crecer So?ando barcos, con el correo electr¨®nico como medio de comunicaci¨®n. Un trabajo grabado por Nebbia y La Luz en su estudio de Buenos Aires, y retomado en Madrid por Ortega. Donde se introdujeron algunas ajustadas pinceladas flamencas -con la guitarra de Jos¨¦ Losada- y se grabaron -tocando en directo- tres temas enteros en Musigrama, el estudio de Ortega donde se finaliz¨® este ¨¢lbum viajero en el que todo encaja y suena perfecto, hermoso: con bandone¨®n o con guitarra flamenca, es puro Nebbia, el Nebbia que domina ritmo y melod¨ªa, el de la voz c¨¢lida y pr¨®xima, el creador que vive en constante evoluci¨®n. Para ¨¦l, ¨¦ste es su primer disco "hispano-argentino, por producci¨®n y canciones".
So?ando barcos acaba de llegar a las tiendas, pero antes, en Argentina, ha visto la luz Bella Madrid, una producci¨®n que tom¨® cuerpo durante los tiempos muertos de la grabaci¨®n de So?ando barcos. Son improvisaciones aprovechando el piano de cola del estudio. Al escucharlas, consider¨® que ah¨ª hab¨ªa "un disco s¨®lo a piano". Este redactor fue testigo de c¨®mo, tras calentar unos pocos minutos, y ante el pasmo de los presentes, grababa nuevas e incre¨ªbles improvisaciones para finalizar su otro disco espa?ol. Y es que Nebbia no piensa en m¨²sica, la respira y no pierde el tiempo: en Argentina acaba de editar otra obra, La virtud del d¨ªa, en la que musicaliza poemas de Hugo Diz, con la que cubre un a?o poniendo m¨²sica a versos ajenos. Como se puede apreciar, ordenar su discograf¨ªa es una pesadilla para el aficionado.
Para presentar So?ando barcos, tras girar por Francia, ofrecer¨¢ varios conciertos en peque?as salas espa?olas durante septiembre y octubre, tocando ¨¦l solo guitarra y piano y, en contra de lo que dice la leyenda -"?eso s¨®lo fue una ¨¦poca!"-, s¨ª tocar¨¢ algunos de esos cl¨¢sicos que pertenecen a varias generaciones de oyentes: S¨®lo se trata de vivir, El otro cambio, los que se fueron, Yo no permito o Nueva zamba para mi tierra.
So?ando barcos. El Pescador de Estrellas / EMI. Litto Nebbia actuar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 22 de septiembre en San Sebasti¨¢n (Bar & Jazz Alt Xerri), y en octubre, los d¨ªas 9 y 10, en Madrid (La Cueva del Bolero); el 29 y el 30, en Vigo (El Contrabajo), y el d¨ªa 31, en A Coru?a (Jazz Vides).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.