Interesante
Hay un momento en el v¨ªdeo del largo discurso autoexculpatorio de Silvio Berlusconi acerca de sus aventuras ("?pobre Italia!", como dijo ¨¦l), en el que el primer ministro italiano se dirige a su hu¨¦sped, el presidente espa?ol Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, para preguntarle si se est¨¢ alargando demasiado en su respuesta a Miguel Mora, el corresponsal de EL PA?S en Roma. Y el presidente espa?ol le responde al "mejor presidente italiano de los ¨²ltimos 150 a?os": "No. Est¨¢ interesante".
Entre todos los adjetivos que merec¨ªa Berlusconi, extra?a ¨¦se tan neutro, tan poco espec¨ªfico, tan ligero, "interesante". A los que estaban en la sala Silvio Berlusconi no les pregunt¨® nada -s¨®lo le pregunt¨® a Mora: "?Tiene envidia?"-, pero al final le aplaudieron. ?Porque les gust¨® lo que dijo? ?Porque explic¨® c¨®mo se goza en el amor? ?Porque afirm¨® que no paga para gozar? ?Porque se acord¨® de su t¨ªa Marina? ?Porque le pregunt¨® a Mora si le tiene envidia -de sus conquistas-? ?Por qu¨¦ re¨ªan? ?Por qu¨¦ le aplaud¨ªan?
?Le aplaud¨ªan porque eran de su s¨¦quito? ?Porque son del 64,8% de los que consideran que Berlusconi es "el mejor presidente de Italia de los ¨²ltimos 150 a?os" y porque adem¨¢s es un digno sobrino de su t¨ªa? Hab¨ªa periodistas entre los que re¨ªan y aplaud¨ªan. ?Es una tradici¨®n, es un tic? ?Es porque lo consideraban "interesante"?
Visto el metraje entero de la larga respuesta de Berlusconi a Miguel Mora hay un momento, casi al principio, en que el telespectador siente que algo le estimula las ganas de apagar. Es la mano de One-tti. Dec¨ªa Onetti que cuando se produce un disparate una mano siempre tiene la tentaci¨®n de golpear la mano que comete el disparate. All¨ª s¨®lo Zapatero estaba tan cerca de Berlusconi que era el ¨²nico que le pod¨ªa pegar en la mano. C¨¢llate, hombre, que averg¨¹enzas a la raza. Pero en lugar de hacerle ese favor dijo que aquello que dec¨ªa el mejor premier italiano en siglo y medio le parec¨ªa "interesante".
Ahora Berlusconi va a creer, si Zapatero no se lo desmiente, que el premier espa?ol considera que aquellos disparates eran cosas interesantes en lugar de disparates que podr¨ªan entrar, para verg¨¹enza de la raza, en la borgiana historia universal de la infamia.
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