A los pies de Freddie Mercury
Entre Lavigny y Montreux, m¨²sica y poes¨ªa en el sereno paisaje suizo del lago Leman
Lord Byron, de viaje con su amigo Percy Shelley en Suiza, hall¨® en los paisajes grandiosos del lago Leman ecos de los lamentos de un cautivo. Fascinado por la historia de Fran?ois Bonivard, que permaneci¨® cuatro a?os en una mazmorra en el ch?teau de Chillon bajo el nivel del lago, escribi¨® un extenso poema introspectivo lleno de amor a la naturaleza. Intuyendo que Chillon deb¨ªa ser la culminaci¨®n de un deslumbramiento, lo dej¨¦ para el final de mis vacaciones literarias en el lago. Era hu¨¦sped del ch?teau de Lavigny, antigua residencia del editor alem¨¢n Rowolth, amigo de Henry Miller, Camus, Faulkner y otros escritores que dan nombre a las habitaciones del ch?teau.
La m¨ªa, la biblioteca del editor, se llamaba Hemingway. Hubiera podido no salir de ella y alimentarme de los cinco mil vol¨²menes, pero el Leman, cuando est¨¢s cerca, te llama y te succiona. Verlo desde el jard¨ªn, admirar los Alpes al otro lado (el casquete n¨ªveo del Mont Blanc los d¨ªas claros), oler el aroma profundo de flores (en junio, las rosas envuelven Lavigny), no es suficiente. El segundo d¨ªa me excus¨¦ con el viejo Hem y baj¨¦ al lago. Cerca de Buchillon, rondado por conspicuos cisnes, me ba?¨¦. Aguas g¨¦lidas y fangosas, porque los r¨ªos bajan helados. Cruzar a la orilla gala desde territorio suizo requer¨ªa valor y un traje de neopreno. Me conform¨¦ con dibujar la silueta de las monta?as, con trazar el reflejo de la iglesia de Saint-Prex sobre el agua.
Un cruas¨¢n con las puntas hacia arriba: as¨ª es el Leman. Mirando hacia los Alpes, en el extremo derecho est¨¢ Ginebra, y en el izquierdo, Montreux. En medio, Lausana. Desde Ginebra, todo el lago es accesible con los espartanos trenes suizos. Fiel al convencimiento de que una regi¨®n se conoce mejor cuando se viaja despacio, utilic¨¦ la bicicleta y un caballo. Hay pocos caminos llanos en esta parte del Leman. La falda m¨¢s baja del Jura est¨¢ repleta de vi?as en pendiente, que pronto pintar¨¢n el paisaje de c¨¢lidos colores oto?ales. El resto son extensiones de manzanos y perales; granjas, campos de girasoles y hortalizas, cerezos. Bajarse de la bicicleta y en la tranquila ma?ana suiza tomar un pu?ado de rojas, oscuras cerezas: qu¨¦ placer m¨¢s sencillo y perfecto.
El vino blanco que producen esas cepas a las que se reserva las mejores vistas de uno de los paisajes m¨¢s bellos de Suiza tiene peculiares efectos entre los bebedores asiduos. Sobre todo el vino de Morges, agradable ciudad ribere?a. James Joyce era adicto a ¨¦l. Durante los a?os que escribi¨® Finnegans Wake beb¨ªa tres botellas de vino de Morges al d¨ªa. Seg¨²n ¨¦l, ten¨ªa unas propiedades euf¨®ricas y le manten¨ªa despierto e inspirado por las noches. El vino blanco de Morges, que nos era servido cada tarde en la veranda del ch?teau de Lavigny mientras el crep¨²sculo te?¨ªa los Alpes de rosa, me ocasion¨®, en efecto, persistentes insomnios. Me paseaba por la biblioteca intentando escribir algo parecido a la obra p¨®stuma del irland¨¦s, en vano por supuesto. Pero a otros les iba peor, porque Rowolth acab¨® cansado de rescatar escritores euf¨®ricos de la piscina y la cubri¨® de tierra.
Majestuosamente simple
En esas semanas visit¨¦ los pl¨¢cidos pueblos de los alrededores: Aubonne, Saint-Livres, Etoy. Despu¨¦s de Pizy hay un espl¨¦ndido belvedere sobre el lago, Signal-de-Bougy, desde donde la naturaleza parece majestuosamente simple y serena. En la bajada, la ciudad medieval de Rolle, con su peque?o puerto. Y los profundos bosques alrededor de Apples, que recorr¨ª sobre un caballo grande de suave trote. La maravilla de cabalgar en solitarios caminos cerrados por altos abedules y robles resulta inolvidable.
Benditas ciudades las que ba?a el tambi¨¦n llamado lago de Ginebra. Lausana se encuentra a quince minutos en tren de Morges. Construida en la falda de la colina, sus calles se empinan como las de San Francisco. Tiene un museo original, la Collection de l'Art Brut, obras realizadas en psiqui¨¢tricos y c¨¢rceles que Jean Dubuffet, tras dejar su negocio de vinos para dedicarse a la pintura, reuni¨® a lo largo de su vida.
Frente a la fachada lacustre de Montreux, la de Lausana se olvida de inmediato. Hay pocos lugares que a¨²nen lo refinado con un aire de balneario, donde el tiempo fluye imperceptible, como la brisa sobre el lago, y todo el mundo parece de buen humor. Uno podr¨ªa estar merodeando por su florido y tropical paseo durante semanas, tomando un helado aqu¨ª o un caf¨¦ all¨¢, o bebiendo fresco vino de Morges ante un tablero de ajedrez. Nabokov pas¨® en Montreux sus ¨²ltimos quince a?os gracias al ¨¦xito de Lolita. Se cuenta que una vez Solzhenitsin fue a visitarlo en su suite del Palace Hotel y que al ver los conserjes tan engalanados y el brillo de los m¨¢rmoles y el oro de los metales, ¨¦l y su mujer se volvieron atr¨¢s pensando que no hab¨ªan sufrido el Gulag para ser humillados de esa manera.
Tampoco yo visit¨¦ la suite, modesta en realidad, donde vivieron los Nabokov. Sub¨ª, en cambio, hasta el coraz¨®n del vieux Montreux. Desde la terraza de la iglesia se divisa Vevey, donde viv¨ªa Chaplin, y las torres de Chillon. El mejor jazz ambienta cada a?o en julio el lugar, aunque tambi¨¦n la m¨²sica de Schubert puede irle de perlas. En el paseo me di de bruces con la figura de un descamisado con el brazo en alto: el bronce de Freddie Mercury. Parec¨ªa cantarle al lago, desafiarle, como hiciera el prisionero Bonivard. Otro Byron cantando ese estribillo tan pegadizo -"We are the champions"- que al lord ingl¨¦s le hubiera parecido acorde con el escenario de agua, monta?as y humanidad cautiva en Montreux.
? Jos¨¦ Luis de Juan es autor de Sobre ascuas (Destino, 2007).
M¨¢s propuestas e informaci¨®n en la Gu¨ªa de Suiza
Gu¨ªa
Visitas
? Castillo de Chillon (www.chillon.ch; 00 41 21 966 89 10). En Veytaux. 8 euros.
? Collection de l'Art Brut (www.artbrut.ch; 00 41 21 315 25 70). 11, avenida Bergi¨¨res. Lausanne.
Informaci¨®n
? Oficina de turismo de Ginebra (www.geneve-tourisme.ch; 00 41 22 909 70 00).
? Turismo de Montreux (www.montreux-vevey.com) y web del Festival de Jazz (www.montreuxjazz.com).
? Turismo de Suiza en Espa?a (tel¨¦fono gratuito, 00 800 100 200 30 y www.misuiza.com).
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