Entre modestos, cuesti¨®n de suerte

A veces, el f¨²tbol, por encima de t¨¢cticas de pizarra y de c¨¢lculos emp¨ªricos, queda reducido a una cuesti¨®n de suerte; en demas¨ªa, les ocurre sobre todo a los modestos. El Xerez, quiz¨¢ el m¨¢s d¨¦bil de salida en este campeonato dividido entre ricos y pobres, lo sufri¨® en carne propia, posiblemente cuando menos se lo merec¨ªa. Ante su gente ilusionada, en un duelo de Primera que se antojaba todo un sue?o hace unos a?os en la ciudad, el mal fario le castig¨® hasta la fatal resignaci¨®n.

Adem¨¢s, en este juego de vibraciones, reducto de laboratorio para sensaciones de cerebros r¨¢pidos y piernas ¨¢giles, la torpeza se penaliza. Por eso, Cuco Ciganda se pens¨® lo peor cuando el salto estrafalario de Abel en su ¨¢rea le permiti¨® a Ayza G¨®mez se?alar un penalti para debatir en la taberna. Incluso, hasta crey¨® que los ¨¢rbitros volv¨ªan a acordarse de sus enganchadas en Osasuna cuando aireaba en exceso los errores del colectivo. De hecho, en la primera jornada ya perdi¨® a dos jugadores por tarjeta roja. Anoche, uno m¨¢s.

Los andaluces hicieron el gasto ante un rival t¨ªmido, que puso en el escaparate a Muniain

Como modesto que es, el Athletic tambi¨¦n pen¨® su torpeza. Fue en este caso Javi Mart¨ªnez al lanzar el penalti y as¨ª no quebr¨® el ¨¢nimo de los locales para que siguieran haciendo un juego agradable, pero sin mover el marcador. Y les quedaba lo peor. Hab¨ªan pasado ya los azules por el trance de ver c¨®mo Iraizoz salvaba los muebles frente a Mario Bermejo, otro de los productos de Lezama que se hacen hombres lejos de casa, cuando lleg¨® la puntilla. Fue el fat¨ªdico error de David Prieto en el centro apacible de Susaeta, que siempre pasar¨¢ a la historia del Xerez como el jugador que marc¨® el primer gol de la Liga de las Estrellas en Chap¨ªn.

Caparr¨®s, que no acertaba a justificar hasta entonces la raz¨®n del miedo en una noche lluviosa de su timorato equipo, se frotaba los ojos con la situaci¨®n favorable sobrevenida. Son los escenarios que el curtido t¨¦cnico sevillano mejor domina. Por eso durmi¨® la pelea.

Por si acaso cambiaba la suerte, el Xerez sigui¨® haciendo el gasto como corresponde a los valientes aunque acaben con la cara partida. Adem¨¢s, acompa?¨® el sudor con jugadas trenzadas en el ¨¢rea bilba¨ªna, posiblemente porque conoc¨ªa que es el punto m¨¢s d¨¦bil de su rival. Supone la mejor esperanza para el calvario que le aguarda hasta mayo.

Mientras, al Athletic le bastaba con mirar el marcador para creerse que siempre hay alguien con peor mala suerte que t¨². Para suavizar las cr¨ªticas a su habitual juego rampl¨®n, aseado t¨ªmidamente por aquel cabezazo al larguero de Llorente antes del descanso, Muniain sali¨® al c¨¦sped para acabar con la teor¨ªa de que la cantera rojiblanca es sin¨®mino de hombres fuerza. Pizpireto, veloz y vertical, este jugador navarro tiene el futuro en sus pies. De momento, a ¨¦l se le debe atribuir que sus mayores decidieran sacudirse de sus temores a medida que comprobaban c¨®mo el Xerez era presa de sus biorritmos. Cuando trenzaba, Iraizoz pasaba miedo; cuando agachaba la cabeza, las m¨¢s, el Athletic se sal¨ªa con la suya.