Juan Antonio Ram¨ªrez, historiador y pensador
Nada es m¨¢s triste y doloroso para un profesor universitario jubilado que tener que escribir la nota necrol¨®gica de quien fue primero su alumno, luego su colaborador en la c¨¢tedra y m¨¢s tarde su compa?ero en las aulas y los trabajos profesionales. Juan Antonio Ram¨ªrez (M¨¢laga, 1948- Madrid, 2009), catedr¨¢tico de Historia del Arte en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, que acaba de fallecer repentinamente cuando nadie lo esperaba, ha sido una de las figuras m¨¢s relevantes de la vida intelectual espa?ola a nivel internacional. Su s¨²bita muerte priva a todos sus lectores y admiradores de un cerebro excepcional y de primer¨ªsimo orden, ya que sus libros y dem¨¢s publicaciones siempre sobrepasaban el mero conocimiento formal de las obras de arte, para situarlas dentro del mundo del pensamiento y la reflexi¨®n trascendente del devenir de la cultura. Historiador y cr¨ªtico de arte, era a la vez un ensayista y escritor de aguda y acerada pluma, capaz de desvelar los aspectos ocultos y simb¨®licos que encierran las creaciones est¨¦ticas tanto del pasado como del presente.
Con un dominio de los distintos idiomas cultos, erudito que hab¨ªa explorado los fondos bibliogr¨¢ficos y documentales de los mejores centros de investigaci¨®n y bibliotecas de todo el mundo y que en sus m¨²ltiples viajes y estancias en el extranjero hab¨ªa conocido a fondo todos los museos, hab¨ªa asistido a diferentes congresos cient¨ªficos y visitado las exposiciones m¨¢s importantes celebradas en Europa y Am¨¦rica, Ram¨ªrez era verdaderamente un hombre universal. Interesado por igual por el mundo del pasado del humanismo que por las actuales vanguardias art¨ªsticas, indagaba tanto el legado del renacimiento y del barroco como ahondaba en la significaci¨®n de las tendencias m¨¢s radicales de hoy en d¨ªa. En todos los campos del saber est¨¦tico profundizaba desvelando siempre nuevas perspectivas. Su capacidad de transmisi¨®n oral a trav¨¦s de las lecciones en las aulas era tan grande como la de sus publicaciones. Con su desaparici¨®n se pierde un gran maestro.
Atento siempre al significado y a los aspectos simb¨®licos del hecho art¨ªstico, Juan Antonio Ram¨ªrez deja una enorme e imprescindible aportaci¨®n bibliogr¨¢fica. Sus libros y dem¨¢s publicaciones escritas con una prosa capaz de interesar por igual a los novatos como a los lectores m¨¢s cultos, son hoy textos esenciales. Esp¨ªritu original, con una avidez de erudici¨®n y una curiosidad insaciable por todo lo existente, lo antiguo y lo moderno.
Estudios de arquitectura
Sus estudios de iconograf¨ªa y teor¨ªa de la arquitectura, de las construcciones imaginarias y fant¨¢sticas, de los edificios ideales, de las problem¨¢ticas del movimiento moderno, de las met¨¢foras visuales de la cultura de masas, son textos hoy fundamentales que igual atraen la atenci¨®n de los especialistas como a los lectores cultos que quieren profundizar sem¨¢nticamente en el arte.
Resulta imposible resumir en pocas l¨ªneas la producci¨®n bibliogr¨¢fica de Ram¨ªrez. ?nicamente se?alemos su tesis doctoral Historia y est¨¦tica de la historieta en Espa?a, 1939-1970 (1975), La arquitectura en el cine. Hollywood, la edad de oro (1986), Dios arquitecto: J. B. Villalpando y el templo de Salom¨®n (1991), Duchamp. El amor y la muerte, incluso (1993), La met¨¢fora de la colmena. De Gaud¨ª a Le Corbussier (1998), Corpus solus (2003) y Edificios-cuerpo. Cuerpo humano y arquitectura: analog¨ªas, met¨¢foras, derivaciones (2003) y muchos m¨¢s t¨ªtulos, algunos traducidos a otras lenguas. La muerte nos priva de su proyecto, de un gran libro sobre la Torre de Babel y de muchos otros manuscritos que guardaba en su mesa de escritor.
Una faceta de su personalidad era la de dibujante de tebeos ir¨®nicos y cr¨ªticos que confeccionaba para su individual divertimiento, cajas met¨¢licas con tijeras para recortar papeles y hojalatas y tubos para pintar objetos de madera creados por un virtual artesano. Tambi¨¦n sus arquitecturas de juguete, como la maqueta del Templic¨®n, un crom¨¢tico y posmoderno edificio.
Conservo en una repisa de mi casa una fant¨¢stica Tarasca que me regal¨® Ram¨ªrez, que de esta manera enriqueci¨® mi peque?a colecci¨®n de dom¨¦sticos monstruos y raros objetos, que mezclado a los libros suyos en mi biblioteca, ser¨¢n el testimonio de una amistad entra?able nacida en las aulas y mantenida con ¨¦l y su familia con el ardor de la pasi¨®n especulativa que me un¨ªa a su se?era, singular e inolvidable personalidad, tanto en su faceta humana como intelectual.
Antonio Bonet Correa, catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad Complutense y director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
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