Aguirre lanza fuegos de artificio y no menciona ni el 'G¨¹rtel' ni los esp¨ªas

Fue un discurso mon¨®tono, que escondi¨® las escas¨ªsimas novedades tras un ret¨®rico balance de gesti¨®n que dur¨® casi dos horas -130 folios le¨ªdos a trav¨¦s de las reci¨¦n estrenadas pantallas del teleprompter instaladas a ambos lados de la tribuna de oradores-, sin insuflar m¨¢s que autom¨¢ticos aplausos de las propias filas, algo descoordinados. La intervenci¨®n con la que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, abri¨® ayer el debate del estado de la regi¨®n, el segundo de la legislatura, ofreci¨® una conclusi¨®n principal: que en un Gobierno sin dinero, no hay m¨¢s que para fuegos artificiales.

La jefa del Ejecutivo regional ven¨ªa utilizando en a?os anteriores el primer d¨ªa del debate para armar el plan de trabajo de su equipo al inicio del curso pol¨ªtico. Ayer, no. Se limit¨® a sacar pecho de sus compromisos anteriores a trav¨¦s de una retah¨ªla de actos del Gobierno que hace tiempo que est¨¢n en marcha, en tramitaci¨®n parlamentaria o no se har¨¢n hasta un futuro pr¨®ximo. Como la privatizaci¨®n del 49% del Canal de Isabel II, el anuncio estrella del a?o pasado, que Aguirre dej¨® "para el momento m¨¢s apropiado" su salida a Bolsa. En la situaci¨®n financiera actual, eso equivale a guardarla en un caj¨®n.

"Es la hora de la humildad y de reconocer errores", dijo en su discurso

"Si no tenemos dinero, no hay otra f¨®rmula", consideraba en los pasillos del hemiciclo uno de los consejeros de gobierno. Por eso, la presidenta recurri¨®, como ¨²nicas novedades, a dos medidas efectistas que no costar¨¢n dinero alguno a las arcas regionales: una ley para otorgar el rango de autoridad p¨²blica a los maestros y la reforma de la Ley del Suelo y de la Ley de Evaluaci¨®n Ambiental.

En cambio, no hubo ni una sola menci¨®n a los conflictos que ha sufrido el Gobierno regional este a?o como el caso de los esp¨ªas o la trama G¨¹rtel, pese a que tres diputados de su grupo, ex consejero incluido, est¨¢n imputados en el caso.Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, mostr¨® ayer su cara menos frentista: eludi¨® arremeter directamente contra la oposici¨®n, ofreci¨® pactos parlamentarios a PSM e IU y la mano tendida a instituciones y agentes sociales. Si esto se tradujera en un nuevo talante, supondr¨ªa el fin de la bronca pol¨ªtica en la Asamblea, de las zancadillas al Ayuntamiento de su rival, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, de las puyas al Gobierno central y hasta la palabra "sindicalista" habr¨ªa dejado ahora de ser un insulto. Y, de momento, no cuela.

Porque si en algo se ha caracterizado estos a?os la presidenta regional es en hacer promesas en el mismo foro de ayer, que luego se lleva el viento. Como si nadie le hubiera o¨ªdo ya decir que reformar¨¢ la Ley del Suelo, ayer se volvi¨® a sacar el as de la manga. Esta vez anunci¨® que se debatir¨¢ en la Asamblea regional. "Quiero que [la ley] sea m¨¢s transparente, ¨¢gil y sostenible", afirm¨® en el hemiciclo. No dio m¨¢s datos, porque dice que estar¨¢ a lo que se acuerde en la C¨¢mara. S¨®lo anunci¨® que quiere acabar con "las operaciones urban¨ªsticas en las que los vecinos no se enteren de los planes de crecimiento" de sus municipios.

Pero antes que las promesas est¨¢n los hechos. Y la presidenta ya ha reformado la Ley del Suelo en numerosas ocasiones. Aunque siempre elud¨ªa el debate parlamentario, porque introduc¨ªa las reformas a trav¨¦s de leyes escoba como la Ley de Medidas Fiscales que sigue a los presupuestos regionales. Eso le permite votar la ley de una tacada en pleno, sin que los diputados puedan discutir las reformas en comisi¨®n art¨ªculo por art¨ªculo.

Una de las reformas m¨¢s pol¨¦micas fue la Ley de Modernizaci¨®n de la Administraci¨®n, aprobada en julio de 2007 con la mayor¨ªa de votos del PP, que supuso la modificaci¨®n de nueve textos legales a la vez. Tambi¨¦n la Ley del Suelo, lo que le sirvi¨® al Ejecutivo regional para prohibir que los edificios de los nuevos barrios tengan m¨¢s de cuatro alturas.

Hasta el Consejo Econ¨®mico y Social (CES), copado por consejeros afines a Aguirre, ha criticado esta f¨®rmula que utiliza la presidenta para tramitar leyes: "La Comunidad de Madrid debe evitar que la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas sea utilizada para regular o modificar normativas sobre materias espec¨ªficas que, por su complejidad o trascendencia, merecer¨ªan ser recogidas en su propia ley sustantiva", afirmaba el informe que el CES hizo en diciembre pasado para calificar la Ley de Acompa?amiento.

Y en lo que quiz¨¢s es un cambio de actitud que supone un nuevo prop¨®sito para el curso, Aguirre habl¨® ayer tambi¨¦n de "escuchar a todos". "Es la hora de la responsabilidad, de olvidar sectarismos, de la humildad y de reconocer errores", afirm¨® la presidenta. Algunos invitados en la tribuna se?alaban que Aguirre, ahora que el conflicto de Caja Madrid parece estar encaminado a una soluci¨®n, quiere cambiar su relaci¨®n con las fuerzas madrile?as. Y apuntaban como ejemplo el buen humor con el que su vicepresidente, Ignacio Gonz¨¢lez, recibi¨® a los l¨ªderes de CC OO, Javier L¨®pez, y de UGT, Jos¨¦ Ricardo Mart¨ªnez (como muestra la foto de esta p¨¢gina). O el recibimiento a los socialistas, que acudieron al hemiciclo en grupo, encabezados por su secretario general, Tom¨¢s G¨®mez.

Pero, pese a su intenci¨®n de reconocer errores, en el discurso de Aguirre no hubo nada que aludiera a la grave crisis pol¨ªtica que ha sufrido su gobierno en los ¨²ltimos meses a cuenta del caso G¨¹rtel y del supuesto espionaje en la Comunidad de Madrid. Tampoco quiso entrar en el otro conflicto que debe afrontar este a?o: la crisis econ¨®mica. Aludi¨® a ¨¦l, pero para criticar las medidas del presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero -una costumbre ya habitual en sus discursos en el Parlamento regional- y no ofreci¨® ninguna respuesta para el futuro.

Tras el discurso carente de sorpresas de ayer, algunos, incluidos en las filas populares, se tem¨ªan un golpe efectista para la sesi¨®n de hoy. Incluidos los rumores de crisis de gobierno. No ser¨ªa la primera vez que Aguirre intenta tapar as¨ª el d¨ªa de lucimiento de la oposici¨®n.