El parto del 'Burro grande'

"El mito rom¨¢ntico del artista solitario es basura; detr¨¢s siempre ha habido empresas, encargos, ayudantes...". Fernando S¨¢nchez Castillo (Madrid, 1970) destroza el mito del creador ¨²nico entre hierros y chispas de soplete, rodeado de los obreros que ultiman su nueva obra. En el taller de la fundici¨®n Capa en Rivas el ruido es ensordecedor. Es el sonido que convierte las ideas en cosas a golpe de sierra, fuego y pintura.

La idea se titula Burro grande y es la obra m¨¢s espectacular de esta edici¨®n de la Noche en Blanco: un pollino de chapa de 14 metros de alto y 9,50 de ancho que recuerda al m¨ªtico toro de Osborne. "Una obra as¨ª crea puestos de trabajo, no la puedes hacer t¨² solo", dice S¨¢nchez Castillo paseando por el interior de la estructura de acero inoxidable que sujetar¨¢ su creaci¨®n. "Me gusta venir a ver c¨®mo se hace realidad", dice el artista, "y ver qu¨¦ opinan todos los implicados en el proceso, del concejal al soldador, aunque luego no haga caso a ninguno".

"Frente al toro at¨¢vico, el burro es lo cotidiano", dice el autor

La escultura, valorada en 100.000 euros, se donar¨¢ a un municipio

Puede que acabe siendo un trabajo colectivo, pero las obras siempre empiezan con un papel, un l¨¢piz y una idea: crear una obra de arte inspirada en un cartel publicitario, el toro dise?ado en 1956 por Manolo Prieto, "que a su vez se ha convertido en patrimonio y parte del paisaje de la... Pen¨ªnsula", dice el artista. No ha escogido la palabra "pen¨ªnsula" al azar. "Burro grande reflexiona sobre la animalidad de los nacionalismos". En el trasfondo de la obra est¨¢ la pol¨¦mica en torno al toro de Osborne como s¨ªmbolo de espa?olismo repetido mil veces en camisetas y pegatinas para el coche sobre la bandera. En Catalu?a, donde el ¨²nico cartel taurino ha sido reiteradamente derribado, se cre¨® como alter ego del toro el ruc catal¨¢ (la silueta en negro de un burro aut¨®ctono).

Colocando Burro grande en Madrid S¨¢nchez Castillo ironiza sobre esta pol¨¦mica y va m¨¢s all¨¢. "Es una obra con muchas lecturas: frente al caballo aristocr¨¢tico y militar, los valores del burro son los del pueblo, est¨¢ asociado al campo, a las clases populares, encarna el d¨ªa a d¨ªa; frente al toro at¨¢vico el burro es cotidiano, representa la templanza frente a lo irracional... Y con tantos toros en las carreteras hab¨ªa que equilibrar la balanza".

Para el artista la dificultad de esta enorme obra no es t¨¦cnica, sino conceptual. "Lo m¨¢s dif¨ªcil es encontrar instituciones con la valent¨ªa suficiente para instalar una obra as¨ª en el centro de Madrid". Puede ser, pero montar un bicho de 14 metros de alto tampoco es poca cosa.

Nos hab¨ªamos quedado en el l¨¢piz y el papel... Para documentarse sobre el animal que iba a dibujar, S¨¢nchez Castillo visit¨® la finca Burrolandia, en el Soto de Vi?uelas, donde fotografi¨® tres razas: "El burro zamorano, que tiene mucho pelo; el cordob¨¦s, que es muy alto, y el catal¨¢n". El suyo es una mezcla de los tres.

Tras el dibujo se hizo una maqueta. S¨¢nchez Castillo usa la escala 1:18 porque es la que tienen los cochecitos de juguete y as¨ª es f¨¢cil hacerse la idea del tama?o de la obra final. El artista saca una Vespa en miniatura del bolsillo y la coloca frente al burrito de madera de unos 77 cent¨ªmetros. La relaci¨®n impresiona.

"Luego lo m¨¢s complicado es el c¨¢lculo estructural", explica Jes¨²s de la Fuente, coordinador de producci¨®n en la fundici¨®n Capa y miembro del equipo de ocho hombres que llevan dos semanas haciendo el burro. El problema son las dimensiones. La escultura pesa s¨®lo 2.000 kilos, pero es tan grande que para que no vuelque necesita un contrapeso de 16 toneladas.

En una columna del taller hay un dibujo del animal dividido por una cuadr¨ªcula como un puzle. Cada pieza es una chapa de dos metros por uno, pintada de negro y numerada. La punta de la oreja derecha es la n¨²mero 1; la pezu?a izquierda, la 5.

Montarlas llevar¨¢ desde la noche del jueves a las dos de la tarde del viernes. Se har¨¢ en espiral desde el centro, "porque as¨ª si hay un desajuste al final no se nota; si vas de arriba abajo o al reves, un mil¨ªmetro puede convertirse en 10 cent¨ªmetros y al final en vez de un burro tienes una rana", explica De la Fuente. S¨¢nchez Castillo tambi¨¦n asistir¨¢ al montaje, y, subido a una cesta telesc¨®pica de 18 metros, pintar¨¢ de azul el hueco entre el rabo y el culo.

Burro grande pastar¨¢ del 19 al 27 de septiembre en la plaza de Carlos V, frente a Atocha. Luego, enlazando con la idea del regalo, leit motiv de esta Noche en Blanco, la escultura, que est¨¢ valorada en 100.000 euros, ser¨¢ donada a un municipio a trav¨¦s de un concurso. ?C¨®mo se elegir¨¢ al pueblo ganador? "Se tendr¨¢ en cuenta el paisaje y el compromiso del ayuntamiento con el arte contempor¨¢neo", dice el artista. "Pero sobre todo es importante que lo quieran, que sea un objeto deseado". Adaptando el refr¨¢n, aqu¨ª no vale eso de "a burro regalado no le mires el diente".