Divisi¨®n en el Gobierno italiano por la permanencia militar en Afganist¨¢n
Aliados clave de Berlusconi exigen el regreso de los soldados antes de Navidad
Al d¨ªa siguiente del brutal atentado talib¨¢n que caus¨®, el jueves, la muerte de seis paracaidistas italianos en Kabul, el Gobierno italiano mostr¨® una profunda divisi¨®n de opiniones sobre la duraci¨®n de la misi¨®n de paz y sobre un eventual regreso de las tropas a casa. Con una arenga populista y emotiva, Umberto Bossi, l¨ªder de la Liga Norte y ministro para la Reforma Federal, caus¨® el p¨¢nico al decir que la misi¨®n en Afganist¨¢n "se ha agotado" y exigir la vuelta de los 3.000 militares italianos "antes de Navidad".
El primer ministro, Silvio Berlusconi, siempre preocupado de no contrariar al d¨ªscolo Bossi, socio crucial para la estabilidad del Gobierno, trat¨® de contemporizar y afirm¨® que regresar¨¢n "pronto" los 500 soldados enviados como refuerzo para las elecciones, "como estaba previsto", aunque despu¨¦s "har¨¢ falta pactar una estrategia de transici¨®n" con el Gobierno afgano y los aliados.
El presidente Napolitano dice que el pa¨ªs cumplir¨¢ sus compromisos
En concreto, Berlusconi resalt¨® que Italia sigue "empe?ada en defender la democracia en Afganist¨¢n", aunque los aliados deben acordar el "n¨²mero de soldados y polic¨ªas afganos a adiestrar", para que "el Gobierno Karzai pueda garantizar por s¨ª mismo la seguridad, lo que permitir¨ªa disminuir la presencia militar extranjera".
Mientras tanto, el ministro de Defensa, Ignazio La Russa, y de Exteriores, Franco Frattini, sosten¨ªan tesis m¨¢s contundentes y criticaron incluso la apertura del debate en plena ola de emotividad. "Discutir ahora la estrategia de salida puede ser visto como un signo de debilidad o de ventaja para los terroristas", dijo La Russa.
En Bruselas, las noticias parecieron inquietar a la OTAN, cuyo portavoz, James Appathura, record¨® que no es el momento de abandonar: "No podemos permitirnos reducir ahora nuestro esfuerzo en Afganist¨¢n. Debemos hacerlo en modo apropiado y muy medido", se?al¨®.
La serenidad institucional la puso, esta vez desde Tokio, donde se encuentra en visita oficial, Giorgio Napolitano. El presidente de la Rep¨²blica intent¨® zanjar la escalada de declaraciones contradictorias y subray¨® que el salvaje atentado de Kabul (en el que hubo adem¨¢s 20 v¨ªctimas civiles) no supondr¨¢ "ning¨²n cambio en la misi¨®n". Italia, insisti¨® Napolitano, ser¨¢ "fiel al compromiso adquirido con la comunidad internacional bajo mandato de la ONU". Cuestionado por la divergencia de criterios en el Ejecutivo, el jefe del Estado hizo una apelaci¨®n a la responsabilidad de todos y contest¨® con una frase cortante: "Eso deben pregunt¨¢rselo al presidente del Gobierno. Solo s¨¦ que la oposici¨®n est¨¢ unida en esto".
La oposici¨®n del Partido Dem¨®crata, unida en torno al mensaje lanzado por el ex primer ministro Massimo D'Alema -"la retirada de la comunidad internacional ser¨ªa una cat¨¢strofe"-, critic¨® las disonancias de la mayor¨ªa. Arturo Parisi, ex ministro de Defensa, dijo: "Esperaba que al menos en el d¨ªa del luto y el dolor, el Gobierno lograse hablar con una lengua y una sola voz". El responsable de Exteriores del PD, Piero Fassino, acus¨® a los dirigentes del Pueblo de la Libertad de "cabalgar de forma demag¨®gica sobre las emociones, tal vez siguiendo los sondeos de opini¨®n". D'Alema, por su parte, abog¨® porque Estados Unidos ponga fin a la operaci¨®n Libertad Duradera y "permanezca en Afganist¨¢n s¨®lo la misi¨®n de la ONU".
Con las seis v¨ªctimas del jueves, las tropas italianas han sufrido ya 21 bajas en Afganist¨¢n desde que se inici¨® la misi¨®n en 2004. El analista Ahmed Rashid explic¨® ayer a La Repubblica que la intenci¨®n de los talibanes es atacar a las fuerzas de los pa¨ªses europeos cuyas opiniones p¨²blicas est¨¢n m¨¢s divididas. "Quieren obligaros a marcharos. Tambi¨¦n Espa?a y Alemania est¨¢n en la mira", advirti¨® Rashid.
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