La historia secreta de Tar¨¢ntula
Las denuncias de un ejecutivo del coloso bancario UBS abren un agujero en el sacrosanto secreto financiero de Suiza
Su historia parece sacada del mejor best seller de John Le Carr¨¦ o Frederick Forsyth. Se hac¨ªa llamar Tar¨¢ntula, el seud¨®nimo con el que Bradley Birkenfeld, un economista nacido en Boston hace 44 a?os, conect¨® en agosto de 2007 con la oficina en Z¨²rich de The Financial Times afirmando estar en posesi¨®n de "informaci¨®n que podr¨ªa poner fin al secreto bancario suizo". Los datos que proporcion¨® al fisco de Estados Unidos han abierto una verdadera grieta en el legendario secreto bancario de Suiza, obligando al coloso UBS a revelar a las autoridades norteamericanas los nombres de unos 300 de sus compatriotas con cuentas sospechosas en ese banco, el mayor de Suiza y el principal del mundo en la gesti¨®n de fortunas privadas.
Birkenfeld era parte de un equipo de 60 personas dedicadas a captar fortunas con ganas de escapar al fisco
El secreto bancario no ha sido abolido en Suiza. Pero este pa¨ªs coopera ahora con otros en asuntos fiscales
?Cu¨¢les son las razones que llevaron a Birkenfeld, ejecutivo de UBS, a denunciar a sus patrones? Para comprender la historia hay que remontarse a 2001, el a?o en que este hombre comenz¨® a formar parte de un equipo de ¨¦lite de unas 60 personas, los James Bond de las finanzas, cuya misi¨®n central consist¨ªa en captar grandes fortunas en Estados Unidos para sustraerlas al fisco de este pa¨ªs.
Uno de los clientes manejados fue Igor Olenicoff, millonario californiano de origen ruso, a quien Birkenfeld ayud¨® a disimular 120 millones de euros. Arrestado en octubre de 2007, el empresario se?al¨® con el dedo al ejecutivo de UBS como responsable del fraude. Birkenfeld, al verse atrapado, no vio otra salida que denunciar a sus empleadores. Su c¨¢lculo consist¨ªa en intentar beneficiarse de la prima del 30% sobre el dinero recuperado, ofrecida por la autoridad fiscal norteamericana a quienes denunciaran casos de fraude fiscal.
El banco UBS "ha mantenido un comportamiento temerario en Estados Unidos y por llamar la atenci¨®n de las autoridades el esc¨¢ndalo se nos ha venido encima", opina la economista y escritora Myret Zaki, autora de un libro sobre UBS. A su juicio, esa entidad "asumi¨® unos riesgos colosales en el mercado de las subprime, perdiendo m¨¢s de 50.000 millones de francos suizos". Adem¨¢s, la direcci¨®n del banco "exig¨ªa a sus equipos maximizar los beneficios y captar el mayor n¨²mero posible de clientes americanos que quisieran escapar del fisco de Estados Unidos. Para ello usaban todas las astucias posibles. Tanto la rama de banca de inversiones como la de banca privada obten¨ªan beneficios insensatos de este juego". Un buen ejemplo de captaci¨®n puede ser la feria de arte contempor¨¢neo Art Basel Miami Beach, de la cual UBS es un patrocinador importante. "All¨ª se llevaba a cabo de forma sistem¨¢tica la pesca de clientes con grandes fortunas".
Hasta ahora, Bradley Birkenfeld ha permanecido en arresto domiciliario en casa de su hermano, en Boston. Pronto ingresar¨¢ en prisi¨®n para cumplir una condena firme de tres a?os y cuatro meses dictada por la Corte Federal de Fort Lauderdale, en Florida. "Quisiera decir a los suizos que yo no he matado a la gallina de los huevos de oro
y que UBS me ha forzado a denunciar sus actividades criminales", dijo Birkenfeld al periodista Fran?ois Pilet, del diario suizo Le Temps, que revel¨® la historia y logr¨® publicar una entrevista con ¨¦l.
Durante el juicio, Birkenfeld denunci¨® a su jefe directo, Martin Lietchi, y a Peter Kurer, m¨¢ximo responsable jur¨ªdico de UBS. Este ¨²ltimo nunca fue interrogado, mientras Lietchi rehus¨® declarar contra s¨ª mismo y fue liberado en condiciones que no se conocen. "En el fondo, Birkenfeld es el gran perdedor de esta historia, pues fue muy ingenuo al esperar inmunidad de las autoridades americanas. Pero lo realmente interesante del caso es que sus jefes nunca fueron llevados a juicio. Los verdaderos responsables de esta pol¨ªtica agresiva de captaci¨®n de clientes no han rendido cuentas ante nadie", afirma Fr¨¦d¨¦ric Leli¨¨vre, responsable de informaci¨®n econ¨®mica de Le Temps.
Sin embargo, en el sacrosanto secreto bancario de Suiza se ha abierto una grieta, traducida en unos 300 nombres de clientes estadounidenses con cuentas abiertas en Suiza y acusados de fraude fiscal; a los que se suma otra lista obtenida por Francia, con m¨¢s de 3.000 nombres de presuntos violadores de las leyes fiscales de su pa¨ªs. El Ministerio de Finanzas franc¨¦s calcula en 3.000 millones de euros el volumen albergado en las cuentas sospechosas de estos ciudadanos.
UBS es uno de los bancos europeos que m¨¢s se involucr¨® en el mercado americano de las subprime. Al estallar la burbuja en Estados Unidos entr¨® en ca¨ªda libre y hubo de ser rescatado en noviembre de 2008 por la Banca Nacional, autorizada por el Gobierno de Berna. Casi al mismo tiempo estall¨® el segundo esc¨¢ndalo de la captaci¨®n de cuentas de millonarios estadounidenses, provocado por la denuncia de Bradley Birkenfeld, que enfrent¨® a UBS con la autoridad fiscal americana. Ambas situaciones ocurrieron bajo la presidencia de Marcel Ospel, recientemente sustituido al frente del banco por Kaspar Villiger, ex miembro del Gobierno suizo. El 20 de agosto, a la vista de que el buque insignia de la econom¨ªa suiza ya no iba a ser llevado a juicio en Estados Unidos, el Gobierno de Berna decidi¨® retirarse del capital de UBS, que ha vuelto a ser ¨ªntegramente privado.
?Y el secreto bancario? "Ning¨²n pa¨ªs puede venir a Suiza a exigir datos de cuentas de clientes extranjeros sin sospechas fundadas y documentadas. No se pueden organizar fishing expeditions (partidas de pesca) arbitrariamente", explica Leli¨¨vre. "Pero el elemento clave que ha cambiado como consecuencia de la denuncia de Birkenfeld es que ahora Suiza equipara fraude fiscal y evasi¨®n fiscal y acata las normas de la OCDE referentes a colaboraci¨®n con otros Estados". El secreto bancario no ha sido abolido, pero est¨¢ agrietado.
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