Antonio L¨®pez Lamadrid, gran editor y c¨®mplice

Desolaci¨®n, dolor, tristeza. No hay otras palabras para describir el sentimiento que embarg¨® ayer a todos cuantos conoc¨ªan a Antonio L¨®pez Lamadrid. Muri¨® por la ma?ana a causa de un maldito c¨¢ncer que le acosaba desde 2007. Fue una de las almas de Tusquets Editores junto a su fundadora y compa?era, Beatriz de Moura.

A principios de 2007, L¨®pez Lamadrid, Toni, desbordaba entusiasmo. Uno de sus autores, Henning Mankell, abarrot¨® y desbord¨® el teatro Romea de Barcelona, durante la BCNegra. Apenas tres semanas despu¨¦s se le diagnostic¨® ese maldito c¨¢ncer. Aguant¨® el tir¨®n y volvi¨® a la brecha. Hace unos meses celebraron el 40? aniversario de la editorial. Se volc¨®. Beatriz explic¨® entonces que ¨¦l hab¨ªa sido lo mejor en esas cuatro d¨¦cadas de Tusquets. "Lo mejor ha sido Toni, porque si no se hubiera comprometido con la sociedad en 1977 hoy no estar¨ªamos aqu¨ª hablando de libros, de historia y de futuro".

L¨®pez Lamadrid naci¨® en San Sebasti¨¢n en 1938 y all¨ª estudi¨® Qu¨ªmicas. Hasta 1975 se dedic¨® a los negocios textiles familiares y ya en los primeros setenta hab¨ªa creado dos sociedades industriales, pero lo del textil le aburri¨®. En 1976, empez¨® a asesorar a De Moura en temas financieros y comerciales. Beatriz, contra su opini¨®n, le puso despacho. Casi sin darse cuenta, ya era codirector de la editorial que, al a?o siguiente, con algunos amigos transform¨® en una sociedad an¨®nima. Qued¨® atrapado para siempre en el embrujo de los libros. Propici¨® la creaci¨®n de nuevas colecciones, como Andanzas, de narrativa; Tiempo de Memoria, historia, biograf¨ªas y memorias; F¨¢bula, de bolsillo, y Maxi, en 2007. Impuls¨® el Premio Comillas de Historia, Biograf¨ªa y Memorias, que han ganado, entre otros, Carlos Barral, Jorge Edwards, Javier Tusell, Carlos Castilla del Pino, Juan Luis Panero, Isabel Garc¨ªa Lorca, Juan Ram¨®n Recalde y Jos¨¦ Andr¨¦s Rojo. Los 2.300 t¨ªtulos de su fondo, desde Jorge Sempr¨²n a Woody Allen, Ernest J¨¹nger, Almudena Grandes, Cristina Fern¨¢ndez Cubas, Leonardo Padura, Leonardo Sciascia y tantos otros, avalan el trabajo de la pareja.

Era un hombre de una vitalidad y un entusiasmo enormes y contagiosos y estuvo siempre al pie del ca?¨®n en los temas importantes del mundo de la edici¨®n. A favor del precio fijo de los libros, por ejemplo. ?ltimamente su deseo era que los editores se unieran para afrontar juntos el reto de los e-books.

Fue el mejor amigo y c¨®mplice de sus autores y se preocup¨® por todo, desde sus problemas personales hasta la venta de sus derechos, pues Tusquets funciona tambi¨¦n como agencia literaria. Recibi¨® a los j¨®venes con los brazos abiertos. Miguel Aguilar, que trabaj¨® en Tusquets como tantos otros, dijo ayer que L¨®pez Lamadrid "lo era todo en el mundo editorial". "Yo estoy en Barcelona desde los 23 a?os por ¨¦l. Llegu¨¦ sin saber nada y aprend¨ª mucho en la editorial. Ten¨ªa una capacidad extraordinaria de entusiasmar a la gente. Ha sido mi modelo, mi mentor".

Lamadrid se granje¨® la amistad y el aprecio de sus competidores. Fue ¨¦l quien organiz¨® la fiesta de despedida de Riccardo Cavallero, de Random House Mondadori, cuando se fue a Nueva York. Fue uno de sus muchos gestos simp¨¢ticos, generosos y espont¨¢neos.

Tambi¨¦n vivi¨® momentos negros, cuando Tusquets sufri¨® una crisis de crecimiento entre 1995 y 2000. Primero vendieron el 40% de sus acciones a Planeta, pero no se sintieron a gusto en un gran grupo y las recompraron en 1998. De Jos¨¦ Manuel Lara Bosch siempre hablaba bien: "Se port¨® como un se?or cuando nos fuimos". Meses despu¨¦s vendieron el 50% a RBA y salieron por pies. Lo pasaron mal y L¨®pez Lamadrid se sinti¨® responsable. "Juro que no vender¨¦ nunca m¨¢s, Beatriz se morir¨ªa del disgusto".

Suena antiguo decirlo, pero era un caballero y un se?or. Un amigo y un c¨®mplice. Ser¨¢ extra?o y triste no o¨ªr su voz para decirte que los seis libros que prepara Almudena Grandes sobre la posguerra ser¨¢n la bomba; que el nuevo Murakami ser¨¢ el mejor; que con Padura nos vamos a llevar una sorpresa.