Ya van 45
Un trabajador portugu¨¦s, de 35 a?os, subcontratado para las obras de El Corte Ingl¨¦s en Eibar, elev¨® el pasado jueves a 45 el n¨²mero de fallecidos en accidentes laborales en Euskadi en lo que va de a?o, seg¨²n los datos del Departamento de Empleo del Gobierno vasco. A tan t¨¦trico listado quiz¨¢ se podr¨ªa sumar el operario vizca¨ªno de 37 a?os que perd¨ªa la vida un d¨ªa despu¨¦s en Madrid mientras, paradojas de la vida, instalaba un sistema antica¨ªdas.
Todas las comparaciones son odiosas, pero el n¨²mero de fallecidos en el Pa¨ªs Vasco, tan s¨®lo en el presente a?o, en el desempe?o de su trabajo supera al de los provocados por ETA (35) en todo lo que llevamos de siglo XXI. Seg¨²n el Ministerio de Sanidad, las muertes por gripe A en el conjunto del Estado alcanzaban la semana pasada la cifra de 32 y se habla con gran alarmismo de que nos encontramos ante una pandemia. ?C¨®mo habr¨ªa que calificar entonces la siniestrabilidad laboral en Euskadi? ?Sangr¨ªa? ?Masacre?
Sin embargo, estamos tan acostumbrados a que personas en una edad joven, a menudo con hijos peque?os, pierdan la vida en el tajo que las noticias al respecto pasan desapercibidas. De hecho, es frecuente que la prensa no les dedique m¨¢s all¨¢ de una columna o un breve. Tan s¨®lo las protestas de los sindicatos ante semejante escabechina tratan de despertar a la sociedad de su sopor respecto a este problema.
En cambio, todos los medios dedicaban hace unos d¨ªas un generoso espacio a la informaci¨®n de que 23 operarios de France Telecom se hab¨ªan suicidado durante el ¨²ltimo a?o y medio. Seg¨²n el diario Lib¨¦ration dicha tasa de suicidios quintuplica la media francesa. La alarma social creada por estas cifras ha provocado la inmediata intervenci¨®n del gobierno galo, cuyo ministro de Trabajo, como ocurre en estos casos, ha anunciado "medidas" para hacer frente a la situaci¨®n.
?Va adoptar tambi¨¦n medidas nuestra consejer¨ªa de Trabajo o consideramos que la siniestrabilidad laboral actual es consustancial a los procesos productivos y, por lo tanto, inevitable? ?O es que ya no llama nuestra atenci¨®n el que alguien se encuentre con la muerte durante su actividad profesional? A fin de cuentas, siendo optimistas, el n¨²mero de fallecidos durante el mismo periodo en 2008 fue de 65 (pr¨¢cticamente la misma mortandad que se produc¨ªa en nuestras carreteras). Alguien nos podr¨¢ decir, con la frialdad que destila la estad¨ªstica, que la buena noticia es que ha muerto un 30% menos de trabajadores. Dudo que este dato consuele a la familia de Antonio Fleitas, nombre del obrero que perdi¨® la vida en Eibar.
A menudo he pensado que de entre los muchos lugares en los que podemos recibir la siempre odiosa visita de la Parca, uno de los m¨¢s indeseados ser¨ªa el puesto de trabajo. Ya es un triste sino tener que trabajar para vivir, pero ya es el colmo trabajar para morir.
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